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Mas remite el pacto fiscal a la voluntad política de Rajoy
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Antonio Casado

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Mas remite el pacto fiscal a la voluntad política de Rajoy

En cierta ocasión, hace año y medio aproximadamente, pregunté directamente a Mariano Rajoy si, como presidente del Gobierno, estaría dispuesto a negociar el pacto fiscal reclamado

En cierta ocasión, hace año y medio aproximadamente, pregunté directamente a Mariano Rajoy si, como presidente del Gobierno, estaría dispuesto a negociar el pacto fiscal reclamado por CiU si el PP llegase a necesitar el apoyo catalanista en la formación de una mayoría parlamentaria para gobernar en mayoría. “No, en ningún caso”, dijo acompañándose de un gesto evasivo de la mano, como de pase de mi este cáliz.

Me parece relevante recordarlo cuando los 16 diputados de CiU acaban de apoyar el tijeretazo de Nochevieja decretado por el Gobierno del PP y veinticuatro horas después el presidente de la Generalitat, Artur Mas, habla en Madrid del pacto fiscal (independencia económica, al modo vasco y navarro) “no como problema sino como oportunidad para superar el creciente divorcio”… entre Cataluña y España.

Ojo al entrecomillado. La textualidad de la cita no incluye la palabra Cataluña ni la palabra España, tal y como las usa servidor de ustedes. No. Está claro en las notas que tomé en directo: los términos utilizados por Artur Mas fueron “el mundo catalán”, en vez de Cataluña, y “el mundo de las instituciones del Estado”, en vez de España. Hasta ese punto debe ser consciente el molt honorable del peligro que conlleva llamar a las cosas por su nombre en cuestión de patrias.

Mas se remite a la voluntad política de Rajoy (“Si se quiere, se puede”), cuya fuerza política y parlamentaria va sobrada para complacer el gran objetivo político del nacionalismo catalán de este año y también para impedirlo

Lógico. No es lo mismo hablar de segregación económica, fiscal y financiera respecto al Estado español, aunque tal es exactamente la aspiración del nacionalismo catalán llamado moderado, que hablar de “pacto fiscal”. Lo segundo sugiere la conformidad de la otra parte. El Gobierno Rajoy en este caso. Y Artur Mas, invitado por Europa Press, lo anunció ayer en Madrid: “Cataluña va a plantear en 2012 el pacto fiscal”.

Paseando la mirada entre el presidente del Congreso, Jesús Posada, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por si el gesto les delataba, trató de desactivar en lo posible el atrevimiento de este nuevo tirón nacionalista en la agenda del Gobierno del PP. Tal que así: “Si se quiere, se puede. No está escrito en ninguna parte que Cataluña no pueda gestionar sus propios ingresos y sus propios gastos”.

En definitiva, Mas se remite a la voluntad política de Rajoy (“Si se quiere, se puede”), cuya fuerza política y parlamentaria va sobrada para complacer el gran objetivo político del nacionalismo catalán de este año y también para impedirlo. Efectivamente, es un problema de voluntad política (si no me rectifican los constitucionalistas). Lo cual me remite a la respuesta que obtuve del hoy presidente del Gobierno sobre el carácter innegociable de la reivindicación planteada ayer en Madrid ¿Y si no prospera? ”Quien crea que no habrá consecuencias se está haciendo trampas en el solitario”. dice Mas.

Ahí le queda eso, presidente.

En cierta ocasión, hace año y medio aproximadamente, pregunté directamente a Mariano Rajoy si, como presidente del Gobierno, estaría dispuesto a negociar el pacto fiscal reclamado por CiU si el PP llegase a necesitar el apoyo catalanista en la formación de una mayoría parlamentaria para gobernar en mayoría. “No, en ningún caso”, dijo acompañándose de un gesto evasivo de la mano, como de pase de mi este cáliz.

Mariano Rajoy