Rajoy busca un respiro en la cruzada contra el déficit

Sin que sirva de precedente, el Gobierno del PP y los sindicatos aparecen en el mismo bando un minuto antes de comenzar la Cumbre Europea. Como lo oyen. En carta remitida a Moncloa por los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez y Fernández Toxo piden a Rajoy que hoy reclame en Bruselas más medidas orientadas a la reactivación de la economía y menos prisas en la carrera hacia el déficit cero.

Todo conspira para que la UE tenga a bien flexibilizar sus exigencias en abril, que es cuando toca revisar el programa de estabilidad. Lo cual no impide que de la cumbre de hoy salga una apuesta por el crecimiento, como condición sine qua non para la creación de empleo.

Lo primero requiere estimular el crecimiento para evitar que los ajustes fiscales, por presión de los mercados sobre la deuda y el déficit público, acaben ahogando la economía. En eso están los dos partidos de izquierda que aspiran a suceder a a Sarkozy (2012) y Merkel (2013). Tanto François Hollande, lider de los socialistas franceses, como Sigmar Gabriel, presidente del SPD (si el candidato no acaba siendo Steinbrück), han dicho ya que sus verdaderos enemigos son los mercados. Es exactamente la línea argumental adoptada por los socialistas españoles -aquí son iguales Rubalcaba y Chacón- en su crítica al tijeretazo de Nochevieja (primeros recortes del Gobierno), convencidos de que la cruzada contra el déficit público debe acompañarse de guiños a la demanda.

Rajoy evitará la apariencia de alineamiento con el PSOE en este minuto y resultado de la crisis, pero la idea ha calado en Moncloa: a menos sacrificio de recursos en la lucha contra el déficit más posibilidades de reanimar la inversión y el consumo. Viene en los manuales. Ese y no otro es el sentido de intentar flexibilizar las exigencias de calendario en la lucha contra el déficit, ahora fijadas en un 4.4 % para 2012 y un 3% para 2013. Esos objetivos están vigentes. “Hoy por hoy el objetivo sigue siendo lograr el 4.4% este año”, dice Rajoy, y no miente, pues se limita a recordar el programa de estabilidad de la UE.

Pero ese programa se elaboró en función de unas previsiones de crecimiento que han saltado por los aires y, por lo tanto, lo suyo es que el programa se revise a la luz de las nuevas previsiones. Esa es la reclamación que Rajoy lleva a Bruselas en su primera participación en una Cumbre Europea: un calendario más realista para un país que hace los deberes. Y la formulará a sabiendas de que Durao Barroso le recordará hoy por la mañana (se entrevista con el presidente de la Comisión antes de la Cumbre) que no habrá revisión hasta que se conozcan las nuevas previsiones de crecimiento de la UE a finales de febrero. Las que ya hemos conocido del Fondo Monetario Internacional y del Banco de España para 2012 son desalentadoras: una caída del PIB del 1,7, según el FMI, y del 1,5 según el BdE.

Así que todo conspira para que la UE tenga a bien flexibilizar sus exigencias en abril, que es cuando toca revisar el programa de estabilidad. Lo cual no impide que de la cumbre de hoy salga una apuesta por el crecimiento, como condición sine qua non para la creación de empleo. Y, ojo, también para combatir el déficit público. Sería una buena noticia su celebración conjunta por parte del Gobierno, el PSOE y los sindicatos.