Esto es lo que hay y el PSOE debe ponerlo en valor

Una vuelta más al desenlace del congreso socialista. El PSOE ha ido de derrota en derrota hasta el naufragio final. Y en ese punto y hora ha tenido que buscarle sucesor al piloto desahuciado entre dos candidatos que venían de hacer la misma travesía, en la misma nave, con la misma inercia. Rubalcaba y Chacón, compañeros de viaje. Pues, claro.

Por otra parte, la apresurada convocatoria del 38º congreso, con tan escaso margen de tiempo, fue una forma quizás deliberada de excluir una tercera candidatura. Como diría el ex ministro Juan Fernando López Aguilar, “un descarado achique de espacios a favor de dos personas largamente presentidas”. Y tanto. Apenas dos meses cargados de fiestas. Y eso taponó la posibilidad de una candidatura exenta de felipismo y zapaterismo. De modo que los 956 delegados ni siquiera tuvieron la opción de apostar por algo nuevo. Estuvieron condenados a elegir entre continuismo sin complejos (Rubalcaba) y continuismo de reestreno (Chacón), como ya comenté en mi artículo de ayer.

La apresurada convocatoria del 38º congreso, con tan escaso margen de tiempo, fue una forma quizás deliberada de excluir una tercera candidatura. Como diría López Aguilar, “un descarado achique de espacios a favor de dos personas largamente presentidas"

Pero harán bien los socialistas si lo ponen en valor y dejan de recrearse en lo que pudo ser y no fue. La melancolía es paralizante y no resuelve problemas. Además no se la puede permitir el PSOE cuando los ciudadanos le están exigiendo que vuelva a funcionar lo antes posible como alternativa creíble de poder y sólido pilar izquierdo del sistema.

Como diría el castizo, es lo que hay. Y no está nada mal si comparamos. ¿O es de mejor condición llegar a la Moncloa después de dos derrotas consecutivas, como Rajoy, que intentarlo a la segunda? De hecho, reparen ustedes en el cuidado que los dirigentes del PP han tenido de no descalificar la elección de Rubalcaba en función de su pasado, su edad o sus antecedentes. Con una excepción que confirma la regla. La de Javier Arenas, líder del PP andaluz, cuando dice que “el futuro no se puede construir desde el pasado”.

Falso, porque atenta contra la lógica evolutiva (naturalmente que el futuro se construye sobre el pasado). Inoportuno, porque olvida que Rajoy acaba de suceder en Moncloa a un presidente más joven que él. Y además, torpe. La prueba viva es el propio Javier Arenas, que tiene percebes en los sobacos de su biografía política y, sin embargo, aspira legítimamente a un cuarto intento de ganar la presidencia de la Junta de Andalucía en las elecciones del mes que viene.

Muy correcta, en cambio, la reacción oficial del PP, con su nota pública del domingo por noche. Además de felicitar al PSOE, como mandan los manuales de la cortesía política, mostró su “sincera disposición a dialogar y cooperar juntos, por el bien común de todos los españoles”. Saben los españoles y sabe el PP que al país le interesa tanto un Gobierno solvente como una oposición eficaz, que ahora no da la talla por indisposición propia. Es de general interés que los socialistas vuelvan a funcionar como esa oposición “útil” y “responsable” que anuncia la flamante número dos del PSOE, Elena Valenciano.