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Los demócratas ponen en su sitio a los amigos de ETA
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Antonio Casado

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Los demócratas ponen en su sitio a los amigos de ETA

Para el portavoz de los amigos de ETA en el Congreso (Amaiur), el exjugador de la selección española de balonmano, Xabier Errekondo, carecen de sentido las

Para el portavoz de los amigos de ETA en el Congreso (Amaiur), el exjugador de la selección española de balonmano, Xabier Errekondo, carecen de sentido las apelaciones al cumplimiento de la ley en un marco jurídico que ellos quieren reventar. Pero las apelaciones al cumplimiento de la ley en boca del presidente, Mariano Rajoy, sonaron ayer más creíbles que nunca a los oídos de la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Algo había cambiado veinticuatro horas antes de que Errekondo formulase una pregunta oral al presidente en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. La pregunta se formuló ayer. Quiere saber Amaiur qué se hará para resolver el “conflicto” vasco”. Y la fuerza moral y política que blindaba la respuesta de Rajoy nacía del pacto firmado el día anterior por los demócratas. Se trata de un protocolo común para gestionar el fin de ETA. Por fin, todos los demócratas hablando con una sola voz. Queda fuera Amaiur, por razones obvias, y el partido de Rosa Díez por torpeza política. El mensaje es muy simple. Primero, exigencia de disolución incondicional de la banda. Segundo, compromiso redoblado con las víctimas del terrorismo. Y tercero, cumplimiento de la ley como norte de todas las actuaciones encaminadas a reprimir conductas delictivas y a crear las condiciones para favorecer la convivencia social.

El Gobierno no instará la ilegalización de Amaiur pero, a cambio, va a disponer de un eficaz blindaje moral y político para frenar las delirantes aspiraciones de los amigos de ETA. A saber: autodeterminación, territorialidad vasca y cambio de marco político

Los dos grandes partidos nacionales (PP y PSOE) y los dos grandes partidos nacionalistas (CiU y PNV) firmaron anteayer ese acuerdo que, a mi juicio, tiene una importancia histórica a pesar de su incierta textura jurídica. Nació como enmienda a una propuesta de UPyD reclamando la ilegalización de Amaiur, aunque la enmienda no se votó las ser rechazada por el partido de Rosa Díez. Resultado: el Gobierno no instará la ilegalización de Amaiur pero, a cambio, va a disponer de un eficaz blindaje moral y político para frenar las delirantes aspiraciones de los amigos de ETA. A saber: autodeterminación (derecho a decidir), territorialidad vasca (Navarra es Euskadi) y cambio de marco político (el Estatuto de Autonomía no sirve).

Sin ese blindaje probablemente ayer hubiera respondido la pregunta de Errekondo el ministro del Interior. Con él, el presidente del Gobierno dio un paso al frente y ocupó la tribuna para explicarle al portavoz de Amaiur los pasos que el Gobierno va a dar hasta la definitiva solución del “conflicto”, una vez aclarado que el único “conflicto” que existe en el País Vasco es la imposibilidad de levantar el acta definitiva de la desaparición de ETA. Y que, efectivamente, el Gobierno, apoyado por todos los demócratas, se dispone a dar los pasos necesarios para hacerlo posible. Siempre bajo el imperio de la ley, que incluye la actuación de la Justicia para depurar responsabilidades penales y la estricta aplicación de una política penitenciaria aplicada individualmente a quienes ya están cumpliendo condena. Y, a ser posible, con la ayuda del propio Errekondo, tal y como Rajoy le pidió en el uso de su influencia dentro de la llamada izquierda abertzale.

Noticias excelentes en la larga lucha contra el terrorismo ¿Ven como no era tan malo para Rajoy alejarse de Mayor Oreja y acercarse a Rubalcaba?

Para el portavoz de los amigos de ETA en el Congreso (Amaiur), el exjugador de la selección española de balonmano, Xabier Errekondo, carecen de sentido las apelaciones al cumplimiento de la ley en un marco jurídico que ellos quieren reventar. Pero las apelaciones al cumplimiento de la ley en boca del presidente, Mariano Rajoy, sonaron ayer más creíbles que nunca a los oídos de la inmensa mayoría de los ciudadanos.