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El PSOE elude la declaración de siniestro total
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Antonio Casado

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El PSOE elude la declaración de siniestro total

¿Vuela el ave fénix socialista sobre sus propias cenizas? Digamos que vuela sobre los agoreros del siniestro total, después de las autonómicas de mayo y las

¿Vuela el ave fénix socialista sobre sus propias cenizas? Digamos que vuela sobre los agoreros del siniestro total, después de las autonómicas de mayo y las generales de noviembre. Casi se había convertido en un lugar común la total bancarrota política del PSOE después de la presentida liquidación de restos en estas elecciones regionales. No hubo tal. Sale mucho mejor parado de lo previsto.

Pérez Rubalcaba hubiera firmado hace unos días el desenlace electoral de anoche en las elecciones andaluzas y asturianas. Con paradoja incluida. El PSOE pierde en Andalucía pero seguirá gobernando. Por el contrario, gana en Asturias y se queda sin gobernar. Cosas de la democracia parlamentaria, que impone el pacto de gobernabilidad de la izquierda en Andalucía y de la derecha en Asturias.

Lo de Andalucía es un chute de autoestima que, bien llevado, puede convertirse en el ariete político e ideológico de la izquierda contra el Gobierno de Mariano Rajoy

Lo de Asturias es más de lo mismo para el PSOE, aunque sube en votos y escaños, a sabiendas del reencuentro de la derecha sin mover a Cascos de la presidencia. Pero lo de Andalucía es un chute de autoestima que, bien llevado, puede convertirse en el ariete político e ideológico de la izquierda contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo digo justamente en estos términos porque una de las consecuencias del irremediable pacto del PSOE con IU va a ser la reafirmación de las políticas de izquierdas frente al discurso economicista de Moncloa, con muy probable reversión de la extravagancia extremeña, donde tendría poco sentido la continuidad de un Gobierno PP apoyado por IU ante la entrada de IU en la Junta de Andalucía.

A la vista de los resultados y de las expectativas creadas, es evidente que acertó José Antonio Griñán al disociar su suerte política de Zapatero y de las elecciones generales (20-N) con las que venían coincidiendo las andaluzas desde 1996. Además acertaron los socialistas andaluces aireando en la campaña el miedo a perder el Estado del Bienestar y arremetiendo contra la reforma laboral del Gobierno. Al menos les ha sido más rentable que la insistencia del PP en el escándalo de los EREs y los 30 años consecutivos de reinado socialista. De momento van a ser cuatro más.

La Izquierda Unida andaluza de Diego Valderas es la reina de los mares en esta inesperada remontada del vuelo socialista. En sus manos está modelar esa remontada con el derecho que le da el trasvase de votos socialistas. Quede claro: la mayoría de votos perdidos por el PSOE se quedaron en la izquierda. De los nueve escaños que se ha dejado en el camino, seis han ido a parar a IU y tres al PP. Arenas se lo debería hacer mirar.

En Asturias, como queda dicho, el PSOE seguirá en la oposición aun habiendo sido primera fuerza y mejorado en porcentaje y escaños. No será el temido islote socialista que temía Mariano Rajoy. El islote será Andalucía (puede haber reversión al PSOE en Extremadura y lo del País Vasco tiene fecha de caducidad) pero casualmente es la región más poblada de España, con casi 8 millones y medio de habitantes. Algo más que un islote socialista.

¿Vuela el ave fénix socialista sobre sus propias cenizas? Digamos que vuela sobre los agoreros del siniestro total, después de las autonómicas de mayo y las generales de noviembre. Casi se había convertido en un lugar común la total bancarrota política del PSOE después de la presentida liquidación de restos en estas elecciones regionales. No hubo tal. Sale mucho mejor parado de lo previsto.