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Basagoiti y López, ante el nuevo rompecabezas vasco
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Antonio Casado

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Basagoiti y López, ante el nuevo rompecabezas vasco

En la agenda del comentarista había quedado desplazada por los acontecimientos la última foto política del País Vasco. Ya no aparecen juntos el lehendakari López y

En la agenda del comentarista había quedado desplazada por los acontecimientos la última foto política del País Vasco. Ya no aparecen juntos el lehendakari López y el líder regional del PP, Antonio Basagoiti, cuya sintonía ha dado un excelente resultado durante los últimos tres años. La complicidad de los dos grandes partidos constitucionales en territorio comanche ha sido el gran resorte para la recuperación de la normalidad después de treinta y tantos años de reinado nacionalista por las buenas y por las malas. En Euskadi hoy la gente sale a la calle con los hombros más ligeros. Y en el resto de España no vivimos pendientes de la última ocurrencia soberanista. Eso puede volver, pero sin pistolas será otra cosa.

La ruptura del pacto PP-PSE es el resultado de esa normalidad democrática reconquistada por el propio pacto. Su tarea prioritaria era crear las condiciones políticas y policiales para la desaparición de ETA

La ruptura del pacto PP-PSE es el resultado de esa normalidad democrática reconquistada por el propio pacto. Su tarea prioritaria era crear las condiciones políticas y policiales para la desaparición de ETA. Eso pasaba por impedir un enésimo Gobierno nacionalista en 2009, algo que estaba en la mano del PP. Pero Basagoiti y sus 13 diputados garantizaron la estabilidad del Gobierno socialista de Patxi López sin compartirlo, a pesar de la incomprensión e incluso la repulsa de una parte de su partido.

Pero los tiempos cambian. Sobre todo en política. Si la prioritaria tarea de acabar con el terrorismo era entonces punto de encuentro, la prioritaria tarea de acabar con la crisis económica es ahora punto de desencuentro. Ha dicho Basagoiti que el PP no puede seguir apoyando en Vitoria a quien se declara insumiso con la política del Gobierno del PP en Madrid. Y como quiera que los contenidos de esa política consisten en los consabidos recortes al Estado del Bienestar -o así lo creen los socialistas-, Basagoiti le dio el discurso hecho al lehendakari, Patxi López, que anteayer presumió de estar defendiendo el bienestar de los vascos mientras el PP aspira a recortarlo, como está demostrando el Gobierno de Rajoy con sus hachazos a la Educación, la Sanidad y otros servicios públicos.

Es decir, que el movimiento estratégico de Basagoiti -ruptura del pacto como inductor de elecciones anticipadas-, empieza mal. De momento ha servido para reforzar el discurso de Patxi López respecto al modo de enfrentarse a la crisis económica en Euskadi. Como resulta palmario, lo que quiere aquel es diferenciarse ante el nuevo escenario político que se avecina y ante la incógnita de si el eje va a ser identitario (predominio nacionalista) o ideológico (modelos de sociedad). Como es lógico, tanto los socialistas de López como los populares de Basagoiti apostarán por lo segundo. En esa dinámica puede ocurrir de todo. Desde la convergencia del PNV con el PP, cuyo modelo de sociedad es el mismo, teniendo en la cara B del disco una eventual convergencia de los socialistas con la izquierda aberztale, hasta el temido frente soberanista de mayoría parlamentaria. Y si el pragmatismo se acaba instalando en la política vasca, sin otras miras que la de una buena gestión a favor del bienestar de los ciudadanos, nos podemos encontrar al PP por un lado y los socialistas por otro, haciendo ritos de apareamiento con el PNV.

En la agenda del comentarista había quedado desplazada por los acontecimientos la última foto política del País Vasco. Ya no aparecen juntos el lehendakari López y el líder regional del PP, Antonio Basagoiti, cuya sintonía ha dado un excelente resultado durante los últimos tres años. La complicidad de los dos grandes partidos constitucionales en territorio comanche ha sido el gran resorte para la recuperación de la normalidad después de treinta y tantos años de reinado nacionalista por las buenas y por las malas. En Euskadi hoy la gente sale a la calle con los hombros más ligeros. Y en el resto de España no vivimos pendientes de la última ocurrencia soberanista. Eso puede volver, pero sin pistolas será otra cosa.

Patxi López Antonio Basagoiti