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¿Por qué Rajoy no explica su éxito en el Congreso?
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Antonio Casado

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¿Por qué Rajoy no explica su éxito en el Congreso?

Gobierno desbordado, ciudadano perplejo. Entre esas dos barandillas aflora una escandalosa desproporción. Las preguntas del gobernado ganan por goleada a las respuestas del gobernante. En ese

Gobierno desbordado, ciudadano perplejo. Entre esas dos barandillas aflora una escandalosa desproporción. Las preguntas del gobernado ganan por goleada a las respuestas del gobernante. En ese contexto resulta indefendible la negativa del presidente, Mariano Rajoy, a explicar cuanto antes en el Congreso el rescate europeo de una parte de la banca. No lo considera necesario. Comparecerá pero sin prisas. El Parlamento puede esperar hasta julio o ya veremos.

A Moncloa no le parece prioritario que el Parlamento cumpla con su deber institucional de controlar al Ejecutivo. Mal servicio a una de las tres funciones asignadas por la Constitución, junto a la de legislar y aprobar los Presupuestos. Gobierno y PP no consideran urgente una comparecencia especial del presidente para explicar la ayuda de 100.000 millones de euros comprometida sin entrar en detalles el sábado último por el Eurogrupo. No tan urgente como su agenda internacional. Es la coartada. A saber: reunión del G-20, cumbre sobre el crecimiento y Consejo Europeo de finales de junio donde, según el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, “nos la estamos jugando”.

Ningún gobernante renuncia a la explotación de un éxito político. Salvo que no estemos ante ningún éxito político sino ante una operación de salvamento. Así lo creen la prensa internacional y nuestros grupos políticos de representación parlamentaria a excepción del PP

¿Nos la estamos jugando? Entonces es razón de más para que los representantes de la soberanía nacional quieran conocer la trastienda del manguerazo a nuestro sistema financiero, cuáles son las condiciones pactadas, cómo va a afectar a España y, sobre todo, cómo va a afectar a los españoles. Sin embargo, debe ser razón de menos en el análisis del PP, pues ayer bloqueó con su mayoría absoluta la demanda del resto de los grupos exigiendo una comparecencia urgente del presidente.

Siguiendo el propio discurso de Rajoy en su regateada rueda de prensa del domingo -antes del fútbol-, estamos ante un éxito del Gobierno. Por tanto, no se entiende su negativa a comparecer ya mismo en el Congreso. De momento supone renunciar a una ocasión de ejercer el liderazgo en momentos difíciles. Difíciles, sí, pero después de haberle demostrado a Europa que España no es Uganda, que lo del sábado no es ningún rescate y que hasta el Rey ha felicitado al ministro De Guindos.

Ningún gobernante renuncia a la explotación de un éxito político. Salvo que no estemos ante ningún éxito político sino ante una operación de salvamento. Así lo creen la prensa internacional y nuestros grupos políticos de representación parlamentaria a excepción del PP. Se entendería entonces su temor a quedar en evidencia ante la Cámara como ya quedó en evidencia ante los medios de comunicación extranjeros, que no han acertado a detectar el presunto éxito del Gobierno español en este préstamo condicionado de la Eurozona.

Entonces la lógica sería otra. Así no habría razón para felicitarse ni para hablar de logro personal de Rajoy. Aunque nos dijo que lejos de sentirse presionado fue él quien presionó, estaríamos ante un rescate puro y duro de la banca española más perjudicada. Ahora ya sabemos que la línea de crédito va asociada a ciertas exigencias (lógico, ayer lo recordaba Angela Merkel) y que el Gobierno se desmintió a sí mismo veinticuatro horas después de asegurar que no pensaba pedir ayuda para la Banca y que España no se deja rescatar por nadie. Hasta ahí podíamos llegar.

Con todos esos datos sobre la mesa, se entiende mejor que Mariano Rajoy no tenga ninguna prisa por explicarse ante el Parlamento.

Gobierno desbordado, ciudadano perplejo. Entre esas dos barandillas aflora una escandalosa desproporción. Las preguntas del gobernado ganan por goleada a las respuestas del gobernante. En ese contexto resulta indefendible la negativa del presidente, Mariano Rajoy, a explicar cuanto antes en el Congreso el rescate europeo de una parte de la banca. No lo considera necesario. Comparecerá pero sin prisas. El Parlamento puede esperar hasta julio o ya veremos.

Mariano Rajoy