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Los recortes también son para el verano, según Rajoy
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Antonio Casado

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Los recortes también son para el verano, según Rajoy

La primera gran oleada llegó en la Nochevieja y la segunda en Semana Santa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nos anuncia la tercera. El emplazamiento

La primera gran oleada llegó en la Nochevieja y la segunda en Semana Santa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nos anuncia la tercera. El emplazamiento está hecho de cara a las próximas semanas porque los recortes, como las bicicletas de Fernando Fernán Gómez, también son para el verano. Lo anunció el lunes en Sevilla ante la Junta directiva del PP, aunque la hazaña de Kiev lo relegó en páginas interiores. Como si no lo hubiéramos oído.

No hay prestación sin contraprestación, como diría Angela Merkel. Entre bomberos que se pisan la manguera, Rajoy se trajo de Bruselas el compromiso europeo de apagar cuanto antes el incendio de la deuda a cambio de más recortes. Básicamente, los sugeridos en la lista de recomendaciones de la UE, muy parecidas a las del FMI, remitidas en su día al Gobierno del Reino de España. En la medida que se apliquen, nuestro país dispondrá del blindaje necesario frente a la voracidad de los mercados. Ya no podemos seguir cautivos de la prima de riesgo y unos costes de financiación insostenibles, como venía ocurriendo.

Se trata de no dar motivos y demostrar que somos pobres pero cumplidores. Así que la tijera funcionará al hilo de lo que nos recomienda la UE

Al regreso de Bruselas, descontado el gozoso paréntesis de Kiev, Rajoy nos dijo el lunes que “hay que apretar el acelerador de las reformas”. Aunque está pendiente una puesta al día en el sector energético y el funcionamiento de la Administración, en nombre de la competitividad, la próxima oleada “reformista” consistirá en subir el listón en las pruebas de resistencia practicadas a los españoles desde el “tijeretazo” de Zapatero (mayo 2010). Léase subida de impuestos y más recortes de gasto público porque el déficit amenaza con volver a desmadrarse como ya se desmadró a finales del año pasado.

En pleno manguerazo de autoestima por el triunfo de España en la Eurocopa, Alemania y sus aliados en la cruzada del rigor se disponen a dar la batalla de la letra pequeña respecto a lo prometido en Bruselas: ayuda directa a la banca y compras de deuda soberana con cargo a la caja común. Se trata de no dar motivos y demostrar que somos pobres pero cumplidores. Así que la tijera funcionará al hilo de lo que nos recomienda la UE : privatizaciones, subida del IVA, subida de impuestos especiales y distintas tasas,  recortes en la Ley de Dependencia, supresión de desgravaciones fiscales, nuevo hachazo salarial en el funcionariado, etc.

Las cartas se irán destapando en consejos de ministros del mes de julio y tal vez en alguno de agosto, ya en el marco que anuncia las líneas básicas de los Presupuestos Generales del Estado para 2013, más duros todavía que los de 2012. Se avecinan también nuevas recomendaciones de gastos a la baja en las Comunidades Autónomas y no se descarta en absoluto la posibilidad de que alguna de ellas o varias sean intervenidas por el Gobierno de la Nación.

La primera gran oleada llegó en la Nochevieja y la segunda en Semana Santa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nos anuncia la tercera. El emplazamiento está hecho de cara a las próximas semanas porque los recortes, como las bicicletas de Fernando Fernán Gómez, también son para el verano. Lo anunció el lunes en Sevilla ante la Junta directiva del PP, aunque la hazaña de Kiev lo relegó en páginas interiores. Como si no lo hubiéramos oído.

Mariano Rajoy