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El pesimismo que no cesa en un nuevo barómetro del CIS
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Antonio Casado

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El pesimismo que no cesa en un nuevo barómetro del CIS

Es una lástima que el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) no recoja el impacto de la Eurocopa en el estado de ánimo de

Es una lástima que el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) no recoja el impacto de la Eurocopa en el estado de ánimo de los españoles. Ahora estaríamos celebrando una cierta remontada en este ámbito de los intangibles, tan valorado por los expertos en el seguimiento de la crisis económica. Confiar en la solución de un problema es empezar a solucionarlo. Arriba los corazones.

La reciente hazaña deportiva de España ha influido para bien en lo extradeportivo, aunque el efecto no se refleje porque el trabajo de campo se hizo antes. Concretamente, entre el 2 y el 11 de junio. Por el contrario, sí se refleja el retroceso en la confianza de los españoles en los bancos, aunque peor hubiera sido si las fechas hubieran coincidido con la causa judicial abierta en la Audiencia Nacional contra exdirectivos de Bankia.

Aun así, se explica. El trabajo del CIS coincidió en el tiempo con la apremiante llamada del Gobierno de Mariano Rajoy a las puertas de la Unión Europea a favor de la parte más averiada del sistema financiero. De ahí la escalada de los bancos en el ranking de las principales preocupaciones de los españoles, encabezado por el paro, la economía, la clase política y la corrupción.

Los ciudadanos, perplejos por la desigual asignación de sacrificios para salir del agujero, siempre tenderán a comparar el rescate de los bancos con el abandono a su suerte de miles de familias avocadas a la indigencia y el desahucio

Es la inquietante novedad del último chequeo oficial a la opinión pública de un país agobiado por la crisis económica. Y de unos ciudadanos perplejos por la desigual asignación de sacrificios para salir del agujero. Siempre tenderán a comparar el rescate de los bancos con el abandono a su suerte de miles de familias avocadas a la indigencia y el desahucio. Aunque peor que ese sentimiento de agravio comparativo es el deterioro de la confianza en la banca como depositaria del ahorro popular.

Hay cosas peores que la preocupación de los españoles por la banca, emergente pero en niveles razonables. Por ejemplo, ese sentir mayoritario de que la situación económica está peor que nunca. En estas regulares tomas de temperatura al estado de ánimo colectivo nunca se habían alcanzado cifras semejantes. Nada menos que el 90,2 % de los españoles valoran la situación como “mala” o “muy mala”. Y más de la mitad de los encuestados (62,5 %) la ven peor que hace un año, mientras que el número de los que creen que vamos a peor (30,6%) dobla al de quienes creen que habrá mejoría en 2013 (15,8%).

Tampoco anima la recelosa mirada que nos dedican nuestros socios europeos. El mismo hecho de que los Presupuestos Generales del Estado del año en curso acaben de ser aprobados por el Parlamento, por increíble que parezca, es ya una anomalía a los ojos de la UE y de nuestros acreedores, convencidos de que la diferencia entre ingresos y gastos no se ajustará ni de lejos al 5,3% de déficit comprometido con Bruselas. Y ni aún así nos vamos a librar de una nueva oleada de recortes que, a la vista de lo ocurrido con las anteriores, seguirán sin romper el círculo vicioso que se abre con los recortes en nombre de la austeridad y se cierra con la recesión a causa de la austeridad.

Es una lástima que el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) no recoja el impacto de la Eurocopa en el estado de ánimo de los españoles. Ahora estaríamos celebrando una cierta remontada en este ámbito de los intangibles, tan valorado por los expertos en el seguimiento de la crisis económica. Confiar en la solución de un problema es empezar a solucionarlo. Arriba los corazones.