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La España asediada por las previsiones del CIS y el FMI
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Antonio Casado

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La España asediada por las previsiones del CIS y el FMI

El ministro de Economía, Luís de Guindos, se compromete a luchar contra las previsiones del FMI (Fondo Monetario Internacional) como los candidatos perdedores se comprometen a

El ministro de Economía, Luís de Guindos, se compromete a luchar contra las previsiones del FMI (Fondo Monetario Internacional) como los candidatos perdedores se comprometen a derrotar a las encuestas. Un obligado acto de voluntarismo digno de mejor causa en la España retratada en el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas): el 70% de los ciudadanos dicen que estamos peor que hace un año y que dentro de un año estaremos igual o peor tanto políticamente (76%) como económicamente (46%).

Pues habrá que luchar también contra esa encuesta que, en la misma entrega (Barómetro de septiembre), vuelve a señalar a la clase política como nuestro tercer problema, después del paro y la situación de la economía (mala o muy mala para el 89 % de los españoles). Siempre estaremos a tiempo de crear una comisión. Lo anunciaba este lunes la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría. Moncloa ha encargado al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales la elaboración de un plan para la regeneración de la democracia que coordinará Benigno Pendás. La iniciativa recuerda a la ya adoptada por la dirección del PSOE que ha encargado algo similar a un grupo de expertos coordinado por el ex ministro Ramón Jáuregui de cara a la conferencia política a celebrar en el otoño de 2013. Los dos grandes partidos han recibido el mensaje. Ambos se desploman en la intención de voto. Respecto a las elecciones del 20 de noviembre, el PP pierde 14 puntos y 4 el PSOE, en favor de los partidos-escolta (IU y UPyD, básicamente).

Los dos grandes partidos han recibido el mensaje. Ambos se desploman en la intención de voto. Respecto a las elecciones del 20 de noviembre, el PP pierde 14 puntos y 4 el PSOE, en favor de los partidos-escolta (IU y UPyD, básicamente)El otro jarro de agua fría sobre el ya maltrecho tono vital del país lo arrojó esta semana el FMI. Varapalo a los PGE para 2013 antes de llegar al BOE. Según el organismo que dirige Christine Lagarde, seguirá subiendo el paro, vamos a desbordar el déficit público comprometido y el PIB va a caer el triple de lo que dice el Gobierno. El panorama vuelve a hacer aconsejable el rescate financiero de España (compra directa e indirecta de deuda por parte de Europa), salvo que las legiones internacionales de inversores y deudores hagan oídos sordos al dictamen del FMI y crean, como interesadamente cree Alemania, que es suficiente con el préstamo al sector bancario.

Lo importante no es lo que crea el ministro Schäuble, o lo que crea el ministro De Guindos (“el problema no es España sino el euro”, dice), sino lo que crean los mercados, pues de ellos depende que la prima de riesgo baje a niveles soportables en la financiación de nuestra deuda. Y los mercados acaban de saber por el FMI que no se dan las condiciones para eso. Alguien decía el otro día que “el rescate es cumplir el déficit público”. No es el caso. La recesión y el paro, que van a más -a más de lo previsto- se vuelven a comer todos los recortes y hacen imposible el aumento de los ingresos fiscales.

Si encima hemos perdido la fe en los gobernantes y en la clase política como la barca salvadora en medio de la tempestad, a nadie debe extrañar que la gente prefiera expresar su malestar en la calle antes que decantarse entre lo malo y lo peor.

El ministro de Economía, Luís de Guindos, se compromete a luchar contra las previsiones del FMI (Fondo Monetario Internacional) como los candidatos perdedores se comprometen a derrotar a las encuestas. Un obligado acto de voluntarismo digno de mejor causa en la España retratada en el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas): el 70% de los ciudadanos dicen que estamos peor que hace un año y que dentro de un año estaremos igual o peor tanto políticamente (76%) como económicamente (46%).

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