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Pierdan toda esperanza quienes esperan un nuevo PSOE
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Antonio Casado

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Pierdan toda esperanza quienes esperan un nuevo PSOE

El lunes, catarsis. Apenas un titular de vísperas como anuncio del Comité Federal convocado para el lunes en la sede central del PSOE. Eso queda de

El lunes, catarsis. Apenas un titular de vísperas como anuncio del Comité Federal convocado para el lunes en la sede central del PSOE. Eso queda de la rueda de prensa de Rubalcaba. Y algo más: “Ni se me ha pasado por la cabeza dimitir”. Se emplaza a los disidentes a expresarse con libertad en esa reunión a puerta cerrada. “O que me lo digan a mi a la cara, no a través de la prensa”, dijo el líder de los socialistas.

En cuanto a la renovación de ideas y métodos para “volver a merecer la confianza de los ciudadanos”, se harán como estaba previsto pero con más celeridad. La banda sonora del núcleo duro de Ferraz insiste en que de la noche a la mañana no se puede recuperar el favor de los votantes perdido hace menos de un año, aunque creen haber entendido que se debe ir “más deprisa y más a fondo” para vender “otra forma de hacer las cosas”.

Pierdan toda esperanza quienes esperan grandes sucesos en la hoja de ruta y en la cabina de mandos del partido de Pablo Iglesias que, en contra de lo que dice Zarrías, jamás había vivido tan alejado de la ciudadaníaA partir de ahí, pierdan toda esperanza quienes esperan grandes sucesos en la hoja de ruta y en la cabina de mandos del partido de Pablo Iglesias que, en contra de lo que dice Zarrías, jamás había vivido tan alejado de la ciudadanía. Al menos en los tiempos de la España felizmente recuperada para la Democracia en 1978. Sin embargo, en el conclave anunciado para dentro de cuatro días se volverá a escenificar, como tantas otras veces en situaciones similares, el consabido cierre de filas en torno a Rubalcaba y su firme decisión de cumplir “hasta el final” el encargo de recuperar la credibilidad.  Es inimaginable un escenario de quiebra ocho meses después del congreso federal y en vísperas de unas elecciones tan importantes como las catalanas. Se equivocan quienes ven en el Comité Federal del lunes que viene la ocasión de precipitar el nombramiento del candidato socialista a la Moncloa en las próximas elecciones generales. Lo que le faltaba a este partido es una bicefalia de tres años.

Respecto a la forma de hacer oposición tampoco esperen grandes novedades, aunque el líder hablase ayer de endurecer su discurso frente a un Gobierno que no se presta a concertar nada. Eso ya se decidió en el último Comité Federal, solo hace mes y medio, cuando se alumbró un lema para seguir tirando en la incierta aventura política iniciada por Rubalcaba tras la caída de Zapatero. A saber: España no se merece una oposición dura pero el Gobierno del PP sí. La ecuación permite aparentar que sigue vivo el compromiso de ejercer una oposición “útil y responsable” y al tiempo convencerse de que “el 1 de septiembre ha comenzado el invierno de Mariano Rajoy”. Así el PSOE lanza propuestas como una reforma fiscal más justa, una ley de estabilidad social y unos Presupuestos alternativos para 2013, mientras denuncia con renovado vigor el fracaso de la política económica de Moncloa y lamenta el cada vez más difícil entendimiento en asuntos de interés general. Más recientemente, Rubalcaba ha invitado a los socialistas a sumarse a las movilizaciones contra la “política antisocial” del Gobierno.

Con ese discurso han ido los socialistas a las elecciones gallegas, erróneamente planteadas como un examen de la ciudadanía a los recortes del Gobierno, lo cual también era una forma de verlo como un examen a las propuestas alternativas del PSOE. Verificado ha quedado. Lo uno y lo otro. Y eso, al menos, sí tendría que ser asumido como un sonoro patinazo de esta dirección socialista.

El lunes, catarsis. Apenas un titular de vísperas como anuncio del Comité Federal convocado para el lunes en la sede central del PSOE. Eso queda de la rueda de prensa de Rubalcaba. Y algo más: “Ni se me ha pasado por la cabeza dimitir”. Se emplaza a los disidentes a expresarse con libertad en esa reunión a puerta cerrada. “O que me lo digan a mi a la cara, no a través de la prensa”, dijo el líder de los socialistas.