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El harakiri de Rubalcaba no está en la agenda del PSOE
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Antonio Casado

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El harakiri de Rubalcaba no está en la agenda del PSOE

Lo previsto: cierre de filas en torno a Rubalcaba y apelaciones a la necesidad de recobrar el favor de la gente. Sin forzar el calendario. Ni

Lo previsto: cierre de filas en torno a Rubalcaba y apelaciones a la necesidad de recobrar el favor de la gente. Sin forzar el calendario. Ni en relación con el mandato del secretario general ni con la candidatura a la Moncloa (elecciones primarias). Tampoco lo pidió nadie. Ni lo uno ni lo otro. “Porque no toca”, declaró Rubalcaba en rueda de prensa posterior a la reunión. Por el contrario, habrá más celeridad de la prevista para acometer en las anunciadas conferencias la prometida renovación orgánica e ideológica del PSOE.

Poco más dio de sí la primera convocatoria de su Comisión Ejecutiva Federal tras el batacazo electoral en Galicia y el País Vasco. Fue mucho más tranquila de lo esperado. Lo cual es absolutamente lógico tratándose de un equipo formado por el ganador del último congreso (febrero 2012, Sevilla), pero la lógica se resiente ante la suplantación de hechos por deseos en base a declaraciones de dirigentes amortizados o escasamente representativos.

Hubiera sido la primera vez en la historia del PSOE que en una Ejecutiva recién elegida su presidente tratase de hacerle la cama a su secretario general

Con una excepción: la del presidente andaluz, José Antonio Griñán, que también es presidente del PSOE. Habían tenido un eco muy amplio sus reticencias, expresadas a través de los medios de comunicación. En la Ejecutiva, ni media palabra. Intervino para anunciar que Andalucía no permitirá quedarse fuera de un modelo autonómico cocinado en función de Cataluña y Euskadi pero se abstuvo de pedir a Rubalcaba que no caiga en la tentación de atrincherarse. Y también se abstuvo de ofrecerse como posible alternativa de mando.

Aunque ayer le dijo a Rubalcaba que sus declaraciones habían sido mal interpretadas, los dos recados que Griñán había dejado flotando en el ambiente no dejaron de utilizarse, desde fuera, como precursores del caos interno. Y desde dentro, como una maniobra desestabilizadora sin precedentes. Hubiera sido la primera vez en la historia del PSOE que en una Ejecutiva recién elegida su presidente tratase de hacerle la cama a su secretario general. Solo hay un precedente similar. Y no en el PSOE sino en el PP. Su presidente honorario, José María Aznar, ninguneó abiertamente al líder, Mariano Rajoy, en la primavera de 2008, después de las elecciones de aquel año y en vísperas del congreso nacional del partido en Valencia, cuando Aznar y otros, como Esperanza Aguirre, no se cortaban un pelo diciendo más o menos discretamente que con ese candidato el PP no volvería a ganar unas elecciones generales.

Los hechos están ahí. Tres años después Rajoy ganaba por mayoría absoluta y obtenía el mejor resultado de la historia del PP, después de dos derrotas consecutivas (2004 y 2008) ¿Vale que Rajoy se atrincheró en 2008 o vale que Rajoy ganó un congreso y practicó la virtud de la paciencia, por encima de las críticas de una buena parte de su partido?

No digo que se vaya a repetir la historia con Rubalcaba, pero sí digo que Rubalcaba se ha ganado democráticamente el derecho a intentar la remontada de un partido en horas bajas. No tiene sentido pedirle que se haga el harakiri cuando solo han pasado ocho meses de su elección en un congreso federal del partido. Eso no está en la agenda del PSOE. Al menos por ahora.

Lo previsto: cierre de filas en torno a Rubalcaba y apelaciones a la necesidad de recobrar el favor de la gente. Sin forzar el calendario. Ni en relación con el mandato del secretario general ni con la candidatura a la Moncloa (elecciones primarias). Tampoco lo pidió nadie. Ni lo uno ni lo otro. “Porque no toca”, declaró Rubalcaba en rueda de prensa posterior a la reunión. Por el contrario, habrá más celeridad de la prevista para acometer en las anunciadas conferencias la prometida renovación orgánica e ideológica del PSOE.

Alfredo Pérez Rubalcaba