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Obama demostró ser mejor candidato que presidente
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Antonio Casado

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Obama demostró ser mejor candidato que presidente

 Cuatro años más para el sueño americano de Barack Obama. La noche electoral no deparó sorpresas. Cuando a las cinco de la madrugada española las proyecciones

 

Cuatro años más para el sueño americano de Barack Obama. La noche electoral no deparó sorpresas. Cuando a las cinco de la madrugada española las proyecciones anunciaban que el titular iba a ganar en dos de los tres estados decisivos (Florida, Virginia, Ohio), todos los analistas empezaron a cantar la derrota del aspirante, Mitt Romney. Había llegado el momento de preparar las palabras de agradecimiento que el presidente Obama debía a sus seguidores concentrados en Chicago.

Al final, la disputa electoral entre el 44º presidente de los Estados Unidos y quien aspiraba a convertirse en el número 45 no estuvo tan reñida como se había anunciado. Al menos en el recuento del llamado voto electoral (por encima de los 270 delegados). No así en el voto popular, donde el ganador de las elecciones ha sufrido un considerable retroceso. En todo caso, puede afirmarse que Barack Obama ha vuelto a demostrar que es mucho mejor candidato que presidente.

Véase lo ocurrido con la entrada en campaña del huracán Sandy, que se llevó por delante todos los asuntos que aparentemente dividen a los electores (pensiones, política exterior, sanidad, empleo, impuestos, etc) e hizo pensar a los analistas que lo que realmente iba a influir en el ánimo de los votantes sería la conducta de Obama y de Romney respecto al desastre material y humano causado por este fenómeno natural.

Influyese o no el huracán Sandy, el caso es que Obama ha obtenido con relativa facilidad su segundo mandato después de cuatro años de decepciones, incumplimientos y una crisis económica sin resolver

Influyese o no, el caso es que Obama ha obtenido con relativa facilidad su segundo mandato después de cuatro años de decepciones, incumplimientos y una crisis económica sin resolver. Mitt Romney no ha sido capaz de aprovechar que siempre es más fácil hacer una campaña sobre promesas. Ese es el privilegio del aspirante. Pero el hombre que triunfa en los negocios no supo acortar la distancia que separa al millonario de la gente corriente. Era lo bueno por conocer, cuando apostaba por el crecimiento y no por la subida de impuestos como resorte para crear empleo.

Aunque las clases medias y los sectores empresariales veían con buenos ojos los  planes de jibarización del gasto público y bajada de impuestos, propuestos por Romney, los hispanos y en general las capas sociales más desprotegidas reaccionaron instintivamente a favor de lo malo conocido. Fundamental ha sido la aritmética en el caso de los hispanos (unos 12 millones de votantes), tradicionalmente afectada por la desidia a la hora de acudir a las urnas. Esta vez no han sido perezosos. Se ha cumplido el augurio de que una alta participación de los hispanos dejaba a Obama en la vía hacia el segundo mandato.

Buena noticia para España, porque de hecho el reelegido presidente se ha convertido en un defensor de loas políticas de arropamiento económico y financiero del flanco débil de a Unión Europea. Aunque en plena campaña electoral puso a nuestro país como ejemplo de de lo mal y tarde que se hicieron las cosas para luchar contra la crisis, inmediatamente después apeló a la necesidad de ayudar a España, so pena de que el resto de Europa, y también EEUU, paguen las consecuencias.

 

Barack Obama