Pedradas de ida y vuelta entre vientos de pacto

Después de oír este fin de semana al líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, y a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, nadie diría que soplan vientos de pacto entre el Gobierno del PP y el principal partido de la oposición. Pero soplan. Al menos por la parte de los socialistas, “porque nosotros no somos como ellos”, decía ayer Rubalcaba en Durango (Fiesta de la Rosa), en referencia implícita a la persistente falta de cooperación del PP con los papeles cambiados. Pedradas de ida y vuelta. La número dos del PP tampoco cierra la puerta a los pactos, pero “no para volver a lo de antes”. O sea, lo mismo que dicen los socialistas respecto a las actitudes del PP lo dice el PP respecto a las políticas de los socialistas: para no hacer como ellos. Por tanto, nada de pactos si se trata de repetir las políticas “que nos han traído hasta aquí”.

Mientras Cospedal hablaba de la “ruinosa situación” que dejaron los socialistas, Rubalcaba acusaba al Gobierno del PP de “causar sufrimiento a la gente que no conoce”, aprovechar la crisis para cargarse el Estado del bienestar, dar marcha atrás en las políticas de igualdad y de querer un sistema educativo con escuelas para pobres y escuelas para ricos.

Y, sin embargo, se mueve. Ahora bien, nada que ver con ese gran pacto nacional del que el expresidente Felipe González le ha hablado a Mariano Rajoy en Moncloa como antídoto de la crisis institucional. Más o menos de lo mismo que, en presencia de este, hablaba en Sitges este sábado el exministro Josep Piqué en su condición de presidente del Círculo de Economía. Los dos, tanto González como Piqué, han tenido mucho que ver en el deshielo de las relaciones Gobierno-PSOE. De momento, con perspectivas más bien modestas. Se limitan a la forja de una postura común ante el próximo Consejo Europeo (empleo juvenil, créditos para las pymes del BEI, unión bancaria) y tal vez la ley de transparencia.

Europa puede ser el comienzo. El PSOE no va a desaprovechar la buena disposición mostrada por Rajoy en la sesión parlamentaria del miércoles pasado. Empezando por las cosas de comer. Seguirá insistiendo Rubalcaba en un pacto de rentas como palanca de competitividad alternativa a la devaluación salarial derivada de la reforma laboral. Ese frente común contra el desempleo es, hoy por hoy, la prioridad máxima de los actuales dirigentes socialistas en materia de eventuales acuerdos con el Gobierno. No deja de ser esperanzador que Moncloa empiece a asumir las dos ideas sobre la crisis económica presentes desde el minuto uno en el discurso de Rubalcaba. Una, que se debía negociar con la UE más tiempo para reducir el déficit publico. Y otra, que sólo con ajustes no salimos de la crisis.

Además, con ocasión de su reciente encuentro con François Hollande en París, Rajoy acaba de proponer que el BEI (Banco Europeo de Inversiones) facilite la financiación de las pymes, en total coincidencia con una de las principales líneas del Plan para la Reactivación y el Empleo que el PSOE ha enviado ya a Moncloa y acaba de presentar a la patronal, a los sindicatos y a los grupos parlamentarios.