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Rajoy se hace un favor y todos salimos ganando
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Antonio Casado

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Rajoy se hace un favor y todos salimos ganando

El presidente del Gobierno acudirá al Congreso a explayarse sobre “algunos temas que preocupan a la opinión pública”. Léase caso Bárcenas, aunque ayer ni lo nombrara. Con

El presidente del Gobierno acudirá al Congreso a explayarse sobre “algunos temas que preocupan a la opinión pública”. Léase casoBárcenas, aunque ayer ni lo nombrara. Con esa decisión, anunciada junto a su colega rumano,Rajoyse hace un favor y todos salimos ganando. Es lo que le hemos venido pidiendo hasta enronquecer. Vale. Ya está. Comparecencia a petición propia en un pleno extraordinario a finales de julio o primeros de agosto. Hoy se decide la fecha exacta. No nos dediquemos ahora a ponerle pegas, porque entonces parecerá mercenaria la queja de antes porque no acudía al Parlamento o la de ahora porque finalmente acude.

La crispación no se irá de vacaciones como asignatura pendiente de un mal estudiante. Se puede comentar, naturalmente, si el presidente del Gobierno acude a la Cámara feliz o arrastrando los pies, por decisión suya o por decisión de Bárcenas,sediento de explicarse “donde debo hacerlo” o a empujones de su propio equipo. Pero será un debate de menor cuantía frente a la higiénica y democrática oportunidad de escuchar su versión del escándalo y contrastarla con las de las otras fuerzas políticas de base parlamentaria.

El reto del presidente: utilizar la anunciada comparecencia parlamentaria para conseguir de una vez por todas que el caso Bárcenas, básicamente judicial, no siga cursando como el caso Rajoy, básicamente político.

Eso es lo que queríamos y a este servidor de ustedes le da igual si la oportunidad es debida a la inquebrantable fe del presidente en el órgano de la soberanía nacional, como caja de resonancia del debate político, o simplemente se trataba de evitar la moción de censura del líder socialista,Pérez Rubalcaba, que hubiera lanzado al exterior la señal de un Gobierno acosado y tambaleante. Me inclino por lo segundo. No es una crítica. Es una constatación perfectamente congruente con el compromiso de Rajoy deesforzarse en preservar la estabilidad del país, bastante amenazada ya por el paro, la recesión y la pobreza.

En la anunciada comparecencia, el presidente del Gobierno quiere embutir el caso Bárcenas en un debate genérico sobre “la situación política y económica”. Puro voluntarismo. Sin embargo, le sobran tablas, decencia y capacidad política para dar su versión sobre el escándalo y capear los dosmiuras, la financiación irregular y los sobresueldos, sin dar la impresión de que busca en un temario alternativo la coartada desu persistente silenciosobre un caso de corrupción organizada que, le moleste o no escucharlo, afecta de lleno a su partido y puede causar serios desperfectos en la imagen de España y de su Gobierno.

Ese es el reto del presidente: utilizar la anunciada comparecencia parlamentaria para conseguir de una vez por todas que el caso Bárcenas, básicamente judicial, no siga cursando como elcaso Rajoy, básicamente político. La cuestión de fondo es de principio: la obligación de someterse al control parlamentario. Olvidar eso estaba perjudicando a España, a su partido y a sí mismo. Ahora tiene ocasión de rebatir, donde tiene que hacerlo, la extendida sospecha de que está siendo condicionado por un sinvergüenza y su dircom.

El presidente del Gobierno acudirá al Congreso a explayarse sobre “algunos temas que preocupan a la opinión pública”. Léase casoBárcenas, aunque ayer ni lo nombrara. Con esa decisión, anunciada junto a su colega rumano,Rajoyse hace un favor y todos salimos ganando. Es lo que le hemos venido pidiendo hasta enronquecer. Vale. Ya está. Comparecencia a petición propia en un pleno extraordinario a finales de julio o primeros de agosto. Hoy se decide la fecha exacta. No nos dediquemos ahora a ponerle pegas, porque entonces parecerá mercenaria la queja de antes porque no acudía al Parlamento o la de ahora porque finalmente acude.

Luis Bárcenas Recesión