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Una temeraria defensa del Barça
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Antonio Casado

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Una temeraria defensa del Barça

No me sumo a la lapidación del presidente del Consejo Superior de Deportes. Me crearía un problema de conciencia, al no haber criticado antes a quienes

No me sumo a la lapidación del presidente del Consejo Superior de Deportes. Me crearía un problema de conciencia, al no haber criticado antes a quienes hicieron y siguen haciendo exactamente lo mismo que Miguel Cardenal: poner la mano en el fuego (su artículo “Orgullosos del Barça”) por alguien o por algo que está sometido a la acción judicial (por el Barça en este caso), incluso de forma mucho más descarada. Hay ejemplos para aburrir. Sin ir más lejos, tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón, han declarado públicamente estar convencidos de la inocencia de la infanta Cristina, imputada por presuntos delitos fiscales, como los del Barça en el fichaje de Neymar.

Es normal el interés de un gobernante por preservar el buen nombre de las instituciones. O el de un dirigente político por la buena imagen del partido, cuando sus siglas aparecen asociadas a un escándalo de corrupción. Hay ejemplos a patadas de dirigentes del PP, del PSOE o de otros, que ponen la mano en el fuego por un compañero imputado, se solidarizan, denuncian supuestos linchamientos y apelan todo el rato a la presunción de inocencia. Forma parte de la normalidad política e informativa diaria. Nadie se rasga las vestiduras si Rubalcaba pone la mano en el fuego por Griñán o Esperanza Aguirre por Ignacio González, aunque la Justicia les tenga echado el ojo. La actuación de la Guardia Civil por los sucesos del 6 de febrero en Ceuta ha motivado la apertura de acciones judiciales por si se hubiera podido cometer algún delito y el ministro del Interior, Fernández Díaz, se pasa el día –y hace muy bien– defendiendo la actuación de los agentes. Cumple con su obligación de impedir un daño a la imagen del Cuerpo, sin perjuicio del respeto al proceso judicial abierto.

Nadie se rasga las vestiduras si Rubalcaba pone la mano en el fuego por Griñán o Esperanza Aguirre por Ignacio González, aunque la Justicia les tenga echados el ojo

En ninguno de los casos citados y en cientos que podrían citarse recuerdo un rasgado de vestiduras como el de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, inmediatamente coreado por terceros, en relación al pronunciamiento público de este secretario de Estado en defensa de la buena imagen del Barcelona, la Liga Española de Fútbol y la propia imagen de España en el exterior, tantas veces asociada a los triunfos deportivos del Barça, ahora que el caso Neymar las empaña por el impacto mundial del oscuro fichaje del jugador. Estaba trabajándose Cardenal la presentación de un torneo internacional de pretemporada en nuestro país apoyado por el Alto Comisionado de la Marca España, pero la polémica va a enrarecer el acto previsto para hoy. Me temo.

Sobre la base de que “el FC Barcelona es un activo fundamental de la marca España” (¿alguien va a discutir eso?), Cardenal se rebela contra la “desmesura”, pues el club está siendo “acusado” y “acosado”. Aunque dice tener claro que “nadie piensa que alguien vinculado al Barça se haya apropiado de cantidad alguna” y cree en “la voluntad de sus directivos de cumplir la ley”, en el artículo afirma expresamente que, como es natural, no entra “en el terreno propio de los jueces” ni “en el debate sobre la información dada por los responsables del fichaje”.

No le ha servido de nada su expresado respeto a la acción judicial. Según el fiscal de la Audiencia Nacional, las palabras de Cardenal “cuestionan la actuación judicial del caso” y suponen  una “injerencia ilegítima”. En algunos sectores políticos, sobre todo en el PSOE y en UPyD, se critica a Cardenal con el mismo argumento, pero si les parece podríamos seguir con declaraciones de dirigentes políticos que han defendido a compañeros sometidos a la acción judicial sin que ningún fiscal les haya acusado de injerencia.

No me sumo a la lapidación del presidente del Consejo Superior de Deportes. Me crearía un problema de conciencia, al no haber criticado antes a quienes hicieron y siguen haciendo exactamente lo mismo que Miguel Cardenal: poner la mano en el fuego (su artículo “Orgullosos del Barça”) por alguien o por algo que está sometido a la acción judicial (por el Barça en este caso), incluso de forma mucho más descarada. Hay ejemplos para aburrir. Sin ir más lejos, tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón, han declarado públicamente estar convencidos de la inocencia de la infanta Cristina, imputada por presuntos delitos fiscales, como los del Barça en el fichaje de Neymar.

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