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Arias, candidato por empujón
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Antonio Casado

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Arias, candidato por empujón

Aunque sus asesores le tengan dicho que las elecciones europeas no motivan a los españoles, nadie quitará de la cabeza a Mariano Rajoy la angustia de

Aunque sus asesores le tengan dicho que las elecciones europeas no motivan a los españoles, nadie quitará de la cabeza a Mariano Rajoy la angustia de estar ante su primer paso por las urnas después de conquistar la Moncloa en noviembre de 2011. Interpretadas en clave nacional, las elecciones europeas del 25 de mayo van camino de confirmar en las urnas el hachazo que la crisis económica ya le ha dado al PP en las encuestas, en un porcentaje similar al que descargó sobre el PSOE en las últimas elecciones generales. En torno al 14%.

El presidente del Gobierno no podía con una querella más. Ya tiene bastantes con los barones respecto a la financiación autonómica, los recaditos de Aznar contra el marianismo vigente, la división interna en torno al aborto o la insumisión de Monago. Después de la espantada de Mayor Oreja y Vidal Quadras, Rajoy se estaba arriesgando a que la recomposición del cartel europeo volviera a plantear problemas sucesorios, también en el Consejo de Ministros, como los de Andalucía y el País Vasco. Por tanto, el dedo perezoso se convierte en dedo mandón. Algo así como Miguel te ha tocado y no hay más que hablar. Porque no era presentable que, a menos de mes y medio de las elecciones, el segundo partido más grande del bloque conservador europeo todavía no hubiese designado a su cabeza de lista.

Al final, el dedo mandón de Rajoy ha vencido la resistencia del ministro que quería ser comisario de la UE sin cubrir el expediente de una incómoda campaña electoral para convertirse en europarlamentario

El aún titular de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, declaraba no hace muchos días: “Creo que no iré de candidato a las elecciones europeas. Estoy muy contento donde estoy y me queda una apasionante segunda parte de la Legislatura”. Pero, al final, el dedo mandón de Rajoy ha vencido la resistencia del ministro que quería ser comisario de la UE sin cubrir el expediente de una incómoda campaña electoral para convertirse en europarlamentario. Será comisario, con toda seguridad, pero tendrá que bajar a la arena, por muy incómodo que le resulte a este coleccionista de coches antiguos cuyo destape patrimonial en 2011 le presentó ante la opinión pública como el ministro de mayor fortuna personal.

Ya, pero Rajoy no se ha fijado en eso. No le importa el valor de sus acciones del BBVA, del Santander, de Mapfre, etc., sino el hecho de ser el ministro mejor valorado por los ciudadanos y, sin duda, el más capaz de moverse por los pasillos de Bruselas como si estuviera en su propia casa. Toda la carne al asador. La mejor apuesta del presidente, cinco minutos antes de que en la calle se empezara a pensar que la falta de candidato europeo no trasladaba la imagen de un partido dividido, sino la de un partido paralizado en el que nadie quería añadir a su biografía un probable revolcón electoral.

Y eso, claro, de ninguna manera podía permitirlo Rajoy. Aunque sea con retraso y a riesgo de que el electorado vea en Arias Cañete un candidato a la fuerza que marcha a empujones hacia una batalla de muy dudoso final feliz en las urnas del 25 de mayo. Claro que es peor la versión del nombramiento de Arias (hoy mismo, en el Comité Electoral del PP) como tapadera mediática de un nuevo paso de Luis Bárcenas por el juzgado y el impacto del último informe policial sobre la contabilidad B del PP. Tiene poco sentido la tesis de que la fecha escogida para anunciar el candidato es intencionada, y no casual. Circulaba ayer en medios socialistas y sólo sirve para levantar acta de que el equipo de Rubalcaba ya ha empezado a rediseñar la campaña de Elena Valenciano.

Aunque sus asesores le tengan dicho que las elecciones europeas no motivan a los españoles, nadie quitará de la cabeza a Mariano Rajoy la angustia de estar ante su primer paso por las urnas después de conquistar la Moncloa en noviembre de 2011. Interpretadas en clave nacional, las elecciones europeas del 25 de mayo van camino de confirmar en las urnas el hachazo que la crisis económica ya le ha dado al PP en las encuestas, en un porcentaje similar al que descargó sobre el PSOE en las últimas elecciones generales. En torno al 14%.

Mariano Rajoy Miguel Arias Cañete