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Madina propone, Susana controla
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Antonio Casado

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Madina propone, Susana controla

Se la mira como aspirante al liderazgo nacional del PSOE, pero Susana Díaz ya ha dicho que Andalucía es su prioridad. Ergo, su trabajo como primera

Se la mira como aspirante al liderazgo nacional del PSOE, pero Susana Díaz ya ha dicho que Andalucía es su prioridad. Ergo, su trabajo como primera dirigente socialista no sería prioritario. ¿Una secretaria general dedicando sus horas libres a un partido tan necesitado de mimos, atención y cuidados? Ni hablar, por mucho que agite la especie el líder andaluz del PP, Juan Manuel Moreno. Ni creo que vaya a ocurrir, aunque ciertos sectores políticos y mediáticos se empeñan en cantarlo.

Fue una de las dos habladurías de ayer en el culebrón socialista. La otra es una idea del diputado Madina, uno de los postulantes. Propone que al nuevo secretario general lo elijan los militantes en nombre de sí mismos y no los delegados asistentes al congreso extraordinario en representación de las federaciones.

La actual presidenta de la Junta de Andalucía no será secretaria general del PSOE. Supondría una falta de respeto tanto a los ciudadanos andaluces, con los que se ha comprometido todavía no hace ni un año, como a los desalentados militantes socialistas, que buscan un capitán de barco a tiempo completo.

Otra cosa es su legítima aspiración a influir. Por ejemplo, desde la Presidencia, ocupada actualmente por su antecesor en la Junta, José Antonio Griñán, un cargo sin poder real pero con presencia permanente en la vida de un partido que bracea por salir del agujero. Encaja en este autorizadísimo comentario: “Ser secretaria general no está entre sus planes ahora mismo, pero querrá estar sin estar”, me decía ayer una voz atenta a los preliminares de la convulsión.

El nombre de Susana Díaz, su figura, su peso político, van a estar omnipresentes en todos los pasos a dar en el proceso renovador de ideas, programas y, por supuesto, personas. Lógico. Reina en la federación más numerosa del partido, tiene poder institucional y acaba de acreditar en las urnas la prolongadísimahegemonía del socialismo andaluz. Ya venía gobernando el PSOE en coalición con Rubalcaba y así seguirá siendo con el sucesor de este cuando salga elegido en el congreso extraordinario de julio.

¿Y cómo se llevará a cabo esa elección? Por voto individual y secreto de los 250.000 militantes, por el voto de los delegados asistentes en representación de las distintas federaciones (método tradicional), o por una combinación de ambos (precedente gallego). El voto directo de los militantes no está contemplado en los estatutos del partido, pero la propuesta de Madina no cayó en saco roto. Sólo dos históricos, el expresidente del PSOE, Manuel Chaves, y el ya eurodiputado, Ramón Jáuregui, le han puesto pegas. La portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, no lo ha descartado. Y ayer mismo el aún secretario general, Rubalcaba, lo habló con los barones regionales. De momento Andalucía (Susana Díaz) y Madrid (Tomás Gómez) lo aprueban, Asturias lo propuso sin éxito en su día y Galicia ya lo ha aplicado.

Un buen tema para debatir en el Comité Federal del PSOE, órgano depositario de la voluntad del partido entre congreso y congreso, que será convocado con toda probabilidad en la reunión de la Comisión Ejecutiva prevista para el lunes que viene.

Se la mira como aspirante al liderazgo nacional del PSOE, pero Susana Díaz ya ha dicho que Andalucía es su prioridad. Ergo, su trabajo como primera dirigente socialista no sería prioritario. ¿Una secretaria general dedicando sus horas libres a un partido tan necesitado de mimos, atención y cuidados? Ni hablar, por mucho que agite la especie el líder andaluz del PP, Juan Manuel Moreno. Ni creo que vaya a ocurrir, aunque ciertos sectores políticos y mediáticos se empeñan en cantarlo.

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