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El calculado perdón de Rajoy
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Antonio Casado

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El calculado perdón de Rajoy

En nombre del Partido Popular, Mariano Rajoy pide perdón a los españoles por haber situado en puestos de responsabilidad a personas que no lo merecían. Hay

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control en el Senado. (Reuters)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control en el Senado. (Reuters)

En nombre del Partido Popular, Mariano Rajoy pide perdón a los españoles por haber situado en puestos de responsabilidad a personas que no lo merecían. Hay humildad en un gesto que le honra como presidente del Gobierno y como máximo responsable del partido en el poder. Este Rajoy es mucho mejor que el de “salvo algunas cosas”, el de “Luis, sé fuerte” o el de “la persona por la que usted me pregunta”.

Pero también hay cálculo en esta petición pública de disculpas, lo cual no quiere decir que sean insinceras. Calculada sinceridad, digámoslo así. Llevó las disculpas por escrito a la sesión de control al Gobierno en el Senado y leyó la nota antes de responder a la primera pregunta de la tarde.

Con ese premeditado gesto espera haber desactivado la solicitud del PSOE, apoyada por el resto de los grupos, para que sin demora se celebre en el Congresoun pleno monográfico sobre la corrupción. No está Rajoy por la labor. Y se entiende. Sería como plantarse ante un pelotón de fusilamiento político que dispararía sin duelo por cuenta de la inmoralidad asociada a las siglas de su partido. A los nombres de Bárcenas, el extesorero del PP, o Miguel Blesa, el banquero de Aznar, se han unido en los últimos días un exvicepresidente del Gobierno, un exministro, un exlíder regional, un presidente de Diputación Provincial y varios alcaldes.

Consciente de los devastadores efectos que en la imagen de su partido están produciendo las últimas noticias sobre la corrupción, el presidente del Gobierno trata de ponerse en el lugar de tantos españoles que se tapan la nariz al hablar de política. “Entiendo y comprendo la indignación de los ciudadanos”, dijo.

No es suficiente para la oposición. Con la voz cantante del PSOE de Sánchez, que ya ha formalizado la petición del pleno ante la Junta de Portavoces, no está dispuesta a desaprovechar la lista de nombres que fueron importantes referentes políticos en el PP y ahora parecen salivazos del diablo ante la opinión pública y ante sus propios compañeros.

Vale. Todo eso es verdad. Pero el concertado empeño de Moncloa y Génova consiste en evitar la caza y captura de Rajoy por parte de quienes proyectan sobre él la exigencia de responsabilidades políticas. Así que ya les adelanto que pincha en hueso la solicitud de un pleno con debate monográfico sobre la corrupción. La doctrina está clara en el entorno del presidente: “No es tiempo de debates, sino de seguir tomando medidas de regeneración y de hacer la vida imposible a los corruptos”.

Otra cosa es que acierte o se equivoque Mariano Rajoy en una estrategia basada en la negativa a escenificar su apedreamiento parlamentario mientras apela a la verdad estadística de una inmensa mayoría de políticos libres de toda sospecha y al funcionamiento del Estado de derecho como el mejor recurso para acometer la limpieza de la vida publica. Lo iremos viendo en los próximos días.

En nombre del Partido Popular, Mariano Rajoy pide perdón a los españoles por haber situado en puestos de responsabilidad a personas que no lo merecían. Hay humildad en un gesto que le honra como presidente del Gobierno y como máximo responsable del partido en el poder. Este Rajoy es mucho mejor que el de “salvo algunas cosas”, el de “Luis, sé fuerte” o el de “la persona por la que usted me pregunta”.

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