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PSOE, a la búsqueda de sí mismo
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Antonio Casado

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PSOE, a la búsqueda de sí mismo

A su paso por Madrid, la presidenta andaluza, Susana Díaz, dijo que su partido necesita reconocerse en un proyecto socialista, “como el que yo represento en

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía y dirigente socialista, Susana Díaz (d), saluda a Miquel Iceta. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía y dirigente socialista, Susana Díaz (d), saluda a Miquel Iceta. (EFE)

A su paso por Madrid, la presidenta andaluza, Susana Díaz, dijo que su partido necesita reconocerse en un proyecto socialista, “como el que yo represento en Andalucía y Pedro Sánchez en España”. Más o menos a la misma hora el nuevo líder del PSOE braceaba en el Congreso por distinguirse del PP en materia de corrupción. Me parece un error tratar de marcar distancias con el partido de Rajoy porque el PP salga perdiendo en la comparación. Sin perjuicio de que el recuento esté bien o mal hecho, no tiene sentido querer diferenciarse del adversario cuando, en materia de corrupción, los ciudadanos ya no distinguen.

Aplíquese el cuento el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que acabó entrando al trapo al utilizar por enésima mes el recurso al “y tú, más”, por cuenta de los casos de corrupción asociados a las siglas del PSOE. Así que mal Sánchez y peor Rajoy, que pudo haberse quedado en el rincón y los golpes del rival se habrían ido al aire. El rango obliga con frecuencia a tragar saliva en evitación de males mayores. En cambio optó por bajar al ring y convertirse en colaborador necesario de una reyerta verbal que perjudica por igual a los dos primeros actores del drama.

En las mismas seguimos. Incapaces de sindicarse en una mirada común hacia este problema de Estado que ya es la corrupción, ahora nos dan el espectáculo de ir cada uno por su lado en terapias encaminadas a sanear la vida pública y sacar del cesto las manzanas podridas. Como si hubiera muchas formas de detectar y poner fuera de la circulación a un sinvergüenza. El caso es que ayer el portavoz del PP, Alfonso Alonso, anunciaba “para las próximas fechas”, como se viene anunciando desde febrero de 2013, un conjunto de medidas regeneradoras, al tiempo que el PSOE daba los últimos toques a una proposición de ley con treinta y tres medidas contra la corrupción. Es lo que tiene la proximidad de unas elecciones. Dos no pactan si uno no quiere y el PSOE de Sánchez ya ha dicho que no pactará la lucha contra la corrupción con “el partido de la corrupción”.

Y vuelvo al principio: ¿reconoceremos un proyecto socialista en esta desapacible descalificación del PP, por corrupto, cuando la gente en la calle ya no se molesta en averiguar cuál es más corrupto de los dos? Lo dudo. Personalmente prefiero reconocer el proyecto en su latido fundacional contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión. Sánchez estuvo ayer especialmente activo en las redes sociales, al hilo de un tremendo informe de Intermon Oxfam sobre la obscenidad del sistema. Ojo al dato: el dinero acumulado por los tres españoles más ricos duplica al de los nueve millones más pobres. Y esa clave resumió su encuentro con la presidenta chilena, Michelle Bachelet: la mejor forma de fortalecer la democracia es a través de la igualdad. Ahí espera reconocerse el desalentado votante socialista. No en esperar que la corrupción sea la tumba del PP como la crisis económica fue la del PSOE en mayo de 2010.

Es muy duro toparse con el recadito de la mencionada ONG sobre la desigualdad. O el de Save the Children, donde se documenta el lacerante dato de que uno de cada tres niños españoles está en situación de pobreza o en riesgo de exclusión social. No menos lacerante es ver a España ocupando el segundo lugar del mundo en incapacidad de lucha contra la pobreza infantil. Solo Grecia nos gana a la cabeza de tan humillante clasificación, con datos de Eurostat (Agencia Estadística de la UE).

Cuando los socialistas vuelvan a ser reconocidos como un partido comprometido con su sueño fundacional de igualdad y justicia social, frente a proyectos como el del PP, cuya gestión está disparando los índices de pobreza y desigualdad, habrá empezado la remontada del PSOE.

A su paso por Madrid, la presidenta andaluza, Susana Díaz, dijo que su partido necesita reconocerse en un proyecto socialista, “como el que yo represento en Andalucía y Pedro Sánchez en España”. Más o menos a la misma hora el nuevo líder del PSOE braceaba en el Congreso por distinguirse del PP en materia de corrupción. Me parece un error tratar de marcar distancias con el partido de Rajoy porque el PP salga perdiendo en la comparación. Sin perjuicio de que el recuento esté bien o mal hecho, no tiene sentido querer diferenciarse del adversario cuando, en materia de corrupción, los ciudadanos ya no distinguen.

Susana Díaz Pedro Sánchez Mariano Rajoy