Es noticia
Podemos: de las musas al teatro
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Podemos: de las musas al teatro

Es una buena noticia la irrupción de Podemos porque completa la masa crítica necesaria para renovar el sistema político de 1978, gravemente enfermo por fatiga de

Es una buena noticia la irrupción de Podemos porque completa la masa crítica necesaria para renovar el sistema político de 1978, gravemente enfermo por fatiga de materiales. Bienvenido sean los nuevos actores del drama nacional, a sabiendas de que no se incorporan al juego como si la frescura de sus dirigentes o la aparente novedad de sus propuestas les deparasen las ventajas de una especie protegida. Nada de eso.

A punto de pasar de las musas al teatro, Pablo Iglesias, nos regaló este fin de semana sus ideas sobre cada una de las tres “C” del agobio político y mediático. Con demasiada ambigüedad todavía, a mi juicio, en las recetas del flamante secretario general.A saber:

Crisis económica: se apuesta por fuerte intervención pública, reestructuración de la deuda, democratización de la economía, aumento de la productividad con jornadas reducidas para repartir el trabajo y una reforma fiscal que acabe con el fraude.

Corrupción: larga cambiada de Iglesias, que no habla de “manzanas podridas”, sino de un sistema corrupto en sí mismo. “Corrupción es un sistema que permite que 14 personas tengan la misma riqueza que 14 millones”.

Cataluña: a medio camino entre la muletilla nacionalista de Artur Mas sobre el derecho a decidir y la eterna aspiración del hombre a ser dueño de su propio destino, el líder de Podemos apuesta por el derecho a decidir de los individuos, tanto en el modelo económico como en el modelo territorial. Eso sí, le niega a España el rango de nación que sí le reconoce a sus componentes. Tal que así: “España es un país de naciones”.

Se me antojan suficientes estos trazos del pensamiento de Iglesias sobre la crisis económica, la corrupción y el problema catalán, en una primera aproximación al paso del diagnóstico a la terapia. Podemos ha logrado altísimos niveles de coincidencia con el sentir de los ciudadanos sobre nuestros males. Sin embargo, en la terapia se reducen notablemente a medida que las propuestas van tomando forma. Un fenómeno perfectamente aprehendido por los partidos centrales, que miran de reojo al partido recién llegado a la lucha por el poder. Por eso los Estados Mayores del PP y del PSOE revisan sus respectivas hojas de ruta.

El PP reconoce que tiene ruido de sables en casa por su desplome, pero se consuela porque sus votantes no se van a Podemos, sino a la abstención. Ergo, según los asesores de Rajoy,quien debe preocuparse es su adversario político y electoral: el PSOE. Cierto. Según el reciente sondeo del CIS, casi una cuarta parte de exvotantes socialistas se han pasado a Podemos. En Ferraz lo saben, lo asumen y se disponen a actuar en consecuencia.

Dos formas de afrontar el reto. Por un lado, el PSOE de Pedro Sánchez no entrará en confrontación directa con un partido donde tantos socialistas se han refugiado. Y por otro, la estrategia de la dirección socialista consistirá en obligar a los responsables del nuevo partido a concretar sus propuestas. Es decir, a pedirles a todas horas que se posicionen públicamente sobre las cuestiones que preocupan al ciudadano, por ver cómo mantienen la adhesión de seguidores tan homogéneos en la expresión del malestar y tan heterogéneos en las recetas para salir del agujero.

Es una buena noticia la irrupción de Podemos porque completa la masa crítica necesaria para renovar el sistema político de 1978, gravemente enfermo por fatiga de materiales. Bienvenido sean los nuevos actores del drama nacional, a sabiendas de que no se incorporan al juego como si la frescura de sus dirigentes o la aparente novedad de sus propuestas les deparasen las ventajas de una especie protegida. Nada de eso.