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Sánchez-Susana, al rescate del PSOE
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Antonio Casado

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Sánchez-Susana, al rescate del PSOE

También en el PSOE hay ruido de sables. Fuego amigo, como en el PP. Siempre lo hubo en las grandes organizaciones políticas. La minoría descontenta como

También en el PSOE hay ruido de sables. Fuego amigo, como en el PP. Siempre lo hubo en las grandes organizaciones políticas. La minoría descontenta como prueba clásica de democracia interna. Minoría, al fin, con muy escaso fundamento, por no decir nulo, cuando airea las supuestas dificultades de Pedro Sánchez para consolidarse como líder del partido y aspirante a la Moncloa, que correrían en paralelo con los supuestos manejos de Susana Díaz para echarlo a un lado.

El nuevo secretario general del PSOE y la presidenta de la Junta gobiernan en coalición con idéntica sed de remontada en un partido histórico. En eso van de la mano, por la cuenta que les trae. Los dos están en la ola de renovación generacional (junto a Felipe VI, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Alberto Garzón) que se hace sentir en el nuevo aliento político de los españoles. Y los dos se disponen a examinarse en las elecciones autonómicas (no andaluzas) y municipales de mayo.

Ambos han barrido en las urnas internas, pero ninguno de ellos ha pasado hasta ahora por las otras, las institucionales, las abiertas a la ciudadanía. Las que importan ahora son unas elecciones territoriales como las que hace cuatro años marcaron el principio del desplome electoral del PSOE, confirmado luego en las generales y en las europeas.

Si Susana Díaz no mejorarse los resultados de entonces, sobre todo en grandes ciudades andaluzas, decisivas en la recuperación de las diputaciones provinciales, y si el factor Sánchez no trajese un avance de la marca socialista a escala nacional (recuento autonómico y municipal), reaparecería el síndrome PASOK (un partido socialdemócrata que en poco tiempo pasa de la centralidad a la irrelevancia).

Es absurdo que, a los hoy por hoy máximos ostentadores de poder orgánico e institucional del PSOE, les convenga algo distinto a la sindicación de sus intereses en el objetivo común de recuperar a los militantes y los votantes desalentados desde que en mayo de 2010 el entonces presidente Zapatero rompiese el pacto electoral contraído con ellos en las urnas de 2008.

Sin embargo, en las últimas semanas repica en rincones poco alumbrados de la política y el periodismo la tesis de que Susana Díaz hace tournées autonómicas para capitalizar el malestar de algunos barones descontentos con el afán de protagonismo de Pedro Sánchez y que este ha perdido gran parte de los apoyos recibidos en las primarias internas para ganar la secretaría general del partido.

Según crece la visibilidad de Susana Díaz fuera de su tierra aumenta el rumor de que se está preparando el camino hacia la Moncloa en 2015, aunque ella está harta de decir que antes quiere confirmarse en las urnas andaluzas. Y si no se hiciera presente fuera de su tierra, entonces se diría que eso es porque ya no confía en Sánchez y está dejando que se estrelle solito. Así funciona este discurso que le zumba en los oídos al nuevo equipo de Ferraz, donde dicen tener localizado el epicentro de estos rumores, difundidos siempre en base a comentarios innominados y fuentes de difícil verificación.

Por supuesto que Susana Díaz pasará Despeñaperros para emplearse a fondo en la campaña de las elecciones territoriales de mayo, reclamada por diversos barones autonómicos del PSOE. Y, sobre todo, para ejercer de presidenta del Consejo Territorial del partido. Eso la obliga a entrevistarse con secretarios generales de las distintas federaciones. Es el trabajo asignado por la dirección. Para mejorar el grado de cohesión interna y recuperar el prestigio de las siglas a escala nacional, no para conspirar contra el líder federal al que ella apoyó hace cinco meses. Y sigue apoyando. Insisto, por la cuenta que le trae.

También en el PSOE hay ruido de sables. Fuego amigo, como en el PP. Siempre lo hubo en las grandes organizaciones políticas. La minoría descontenta como prueba clásica de democracia interna. Minoría, al fin, con muy escaso fundamento, por no decir nulo, cuando airea las supuestas dificultades de Pedro Sánchez para consolidarse como líder del partido y aspirante a la Moncloa, que correrían en paralelo con los supuestos manejos de Susana Díaz para echarlo a un lado.

Susana Díaz Pedro Sánchez