Es noticia
Gabilondo: ese gesto casi insensato
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Gabilondo: ese gesto casi insensato

Imposible escuchar el discurso de Gabilondo y no volver la cabeza ¿Quién es este político que se expresa sin levantar la voz, cree en lo que dice y no arremete contra nadie?

Foto: El exministro de Educación Ángel Gabilondo. (EFE/J.J.Guillen)
El exministro de Educación Ángel Gabilondo. (EFE/J.J.Guillen)

Imposible escuchar el discurso del exministro Ángel Gabilondo (2009-2011) y no volver la cabeza. ¿Quién es este político que se expresa sin levantar la voz, cree en lo que dice y no arremete contra nadie? Suena distinto a todos, ya sean viejos conocidos o jóvenes por conocer: creíble, motivado, sincero, respetuoso, humilde, con un relato de elaboración propia y absolutamente exento de lugares comunes o manufacturas verbales de los aparatos de partido.

Será justamente porque no se trata de un político al uso. Eso explicaría que su gesto casi insensato (su hermano, el periodista Iñaki Gabilondo lo imagina metiendo la cabeza en la boca del lobo), sea ineludible en una persona convencida de la dimensión social de la política y la economía.

A saber: “Pensar en las condiciones socioeconómicas de quienes están en situación de pobreza en tantos sentidos, de quienes son víctimas de la acción abusiva de otros, al perder su trabajo o su hogar, me obliga a no eludir ese desafío”, decía ayer ante los periodistas, una vez oídas las agrupaciones de Madrid y ratificada su candidatura como independiente al frente de la lista socialista a la Comunidad.

Cientos y cientos de veces habrá explicado a sus alumnos ese primer mandamiento moral de la condición humana, hijo de la razón, inspirado en el célebre imperativo categórico de Immanuel Kant. Ahora se lo aplica a sí mismo, de modo que todo el mundo sepa que ese gesto “aparentemente insensato”, como dijo en rueda de prensa, es en realidad un gesto “consciente” y “decidido” en su particular compromiso de abatir la resignación.

De su comparecencia, en la que aceptó agradecido el ofrecimiento del PSOE para encabezar la lista al Gobierno de Madrid –aún pendiente de ratificación de candidaturas en un próximo Comité Federal–, conviene fijarse en su idea de pacto intergeneracional entre quienes han venido trabajando desde 1978 para forjar la mejor España de la historia (él utilizó otras palabras) y las nuevas fuerzas emergentes de gente muy preparada que viene con “otras formas de hacer” y merecen “todo nuestro respeto y toda nuestra consideración”.

Se hace cuesta arriba mezclar el filantrópico discurso del exministro Gabilondo con el ruido de facas en rincones poco iluminados del PSOE, donde tratan de desestabilizar a Pedro Sánchez por supuesta debilidad de liderazgo. Mucho menos desde que Susana Díaz decidiera adelantar las elecciones andaluzas, es verdad. Pero va a ser muy difícil mantener contra Sánchez el cargo de la debilidad después de su golpe de mano en Madrid. El desahucio de Tomás Gómez, en nombre de sus ruinosas expectativas electorales, y su apuesta por Gabilondo, aceptada por abrumadora mayoría en una organización controlada por el entonces secretario general del PSM, no parece una prueba de la cacareada fragilidad del líder del PSOE.

En la calle Ferraz no ocultan su satisfacción por lo bien que le ha salido a Sánchez tanto el respaldo obtenido en la reciente cumbre de líderes socialistas europeos como la colocación del exministro Gabilondo al frente del cartel para la Comunidad de Madrid. Y ahora esperan seguir la racha en su cruce parlamentario con el presidente Rajoy en el Debate del Estado de la Nación convocado para mañana en el Congreso de Diputados. Ya veremos.

Imposible escuchar el discurso del exministro Ángel Gabilondo (2009-2011) y no volver la cabeza. ¿Quién es este político que se expresa sin levantar la voz, cree en lo que dice y no arremete contra nadie? Suena distinto a todos, ya sean viejos conocidos o jóvenes por conocer: creíble, motivado, sincero, respetuoso, humilde, con un relato de elaboración propia y absolutamente exento de lugares comunes o manufacturas verbales de los aparatos de partido.

Ángel Gabilondo Susana Díaz Pedro Sánchez