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Aparecen los primeros síntomas del cambio
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Antonio Casado

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Aparecen los primeros síntomas del cambio

No parece que el batacazo sin paliativos del PP y la victoria relativa del PSOE puedan extrapolarse sin más a unas elecciones generales hasta el punto de poner el escenario nacional patas arriba

Foto: Ciudadanos celebra sus resultados de ayer. (Efe)
Ciudadanos celebra sus resultados de ayer. (Efe)

Aguantan el tirón los socialistas, se desploma el PP y asoman la cabeza, como estaba cantado, Podemos y Ciudadanos, más o menos en los números previstos. Son los heraldos del cambio, aunque solo se han hecho notar tímidamente en Andalucía, donde se prolonga pero se debilita el largo reinado socialista (unos 120.000 votos menos) en la Comunidad más empobrecida de España y de Europa.

Segunda prueba de los test de estrés de ayer. Era sobre el denostado bipartidismo. No muere en Andalucía pero aquímuestra los primeros síntomas de su declive. Los 15 escaños de Podemos son una mala noticia para el PSOE. Y los 9 escaños de Ciudadanos, en un territorio que apenas se ha trabajado la gente de Albert Rivera, son una malísima noticia para el PP.

Aún así, cuidado con las extrapolaciones porque nada está escrito en el más incierto año político de nuestra reciente historia. No parece que el batacazo sin paliativos del PP (pierde medio millón de votos y 17 escaños) y la victoria relativa del PSOEpuedan extrapolarse sin más a unas elecciones generales hasta el punto de poner el escenario nacional patas arriba. Hay que jugar ese partido.

Como estaba cantado, los 47 escaños del PSOE, a falta de 8 para la mayoría absoluta, no le dan para hacer de su capa un sayo. Tendría que pactar con uno de los dos emergentes, Podemos por su izquierda (15) o Ciudadanos (9) por su derecha y eso no va a ocurrir. Al menos, de momento. Ninguno de esos dos partidos tiene la menor intención de retratarse en Andalucía, estando como están pendientes de que se repartan cartas en las territoriales de mayo y en las generales de finales de año.

Por tanto, la muy previsible negativa de Podemos y Ciudadanos a entenderse con el PSOE de Susana Díaz dejaría abierto el nuevo paisaje político andaluz a la espera de acontecimientos. La espera puede ser larga y penosa, hasta después del 24 de mayo (municipales y autonómicas). Salvo muy previsible maniobra del PP. Me refiero a su pasiva complicidad, dictada desde Génova, para facilitar con su abstención la investidura de Susana Díaz a cambio de nada. Simplemente, a cambio de que Ferraz tome nota y se contagie en la defensa del bipartidismo. Se ve venir este regalito envenenado de Rajoy en nombre de su doctrina sobre la prevalencia de la lista más votada. Consiste en obligar a Díaz a formar gobierno –en minoría, por supuesto– sin esperar a ver qué pasa en las trece autonomías y los principales municipios en la siguiente meta volante de este año electoral.

La política andaluza vuelve a estar marcada por el signo de la inestabilidad. Se confirma  el juego de tronos de Díaz con Sánchez

En todo caso, la política andaluza vuelve a estar marcada por el signo de la inestabilidad. Y así se confirma plenamente que, como muchos dijimos en su día, Susana Díaz había hecho un pan de obleas al utilizar el anticipo electoral con la prefabricada excusa de que sus socios de IUestaban desestabilizando el gobierno de la Junta de Andalucía.

También se confirma plenamente que en el juego de tronos con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, Susana Díaz no ha reforzado su posición, si tenemos en cuenta que no logra una mayoría suficiente para gobernar, que obtiene menos apoyo popular que su padrino político, José Antonio Griñán, y que su nombre queda asociado al peor resultado de la historia de los socialistas andaluces.

Aguantan el tirón los socialistas, se desploma el PP y asoman la cabeza, como estaba cantado, Podemos y Ciudadanos, más o menos en los números previstos. Son los heraldos del cambio, aunque solo se han hecho notar tímidamente en Andalucía, donde se prolonga pero se debilita el largo reinado socialista (unos 120.000 votos menos) en la Comunidad más empobrecida de España y de Europa.

Susana Díaz Pedro Sánchez José Antonio Griñán