Es noticia
Rajoy y Rosa Díez, tal para cual
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Rajoy y Rosa Díez, tal para cual

Ninguno de ellos ha reconocido sus errores. No creen que los hayan cometido. Y si lo creyeran tampoco lo reconocerían, por no hacerle el trabajo al adversario o al competidor

Foto: Mariano Rajoy durante una reunión en Moncloa con Rosa Díez. (EFE)
Mariano Rajoy durante una reunión en Moncloa con Rosa Díez. (EFE)

Es como si se hubieran puesto de acuerdo en dejar el campo libre al emergente partido de Albert Rivera (Ciudadanos). El caso es que el revolcón andaluz del PP –la grande–y de UPyD –la chica–, anticipa un revolcón de ambos a escala nacional. Tiene toda la pinta. Sin embargo, sus respectivos líderes, Mariano Rajoy y Rosa Díez, han sido incapaces de escenificar algo parecido a la autocrítica por su respectivo fracaso. Es lo que tienen en común, salvando las diferencias. La principal, el poder, que une mucho. Por eso los críticos del PP se muerden la lengua, discrepan a escondidas y los barones huyen del contagio de Génova, mientras que en UPyD, con la cesta del pan vacía, optan por la espantada o piden públicamente la renuncia de la presidenta (Maura, Lozano, Toni Cantó, Anchuelo). Pero los jefes supremos, impasible el ademán. Ni media palabra de autocrítica.

Sí, he dimitido de la dirección de @UPyD Gracias a todos los periodistas por vuestro interés. Mañana prometo contestar

Rajoy no se da por aludido, más allá de recurrentes apelaciones a un mejor engranaje entre las acciones del Gobierno y las del PP. Insiste en apostarlo todo al discurso de la recuperación económica y está convencido de que el PP volverá a ganar las elecciones generales. Lo tendrá difícil si no cambia su forma de comunicar la presunta salida de la crisis económica. El relato impuesto desde Moncloa llega a los despachos de las elites, no a los paganos del sacrificio que hace posible dicho relato. Celebran la marcha triunfal hacia el “fin de la pesadilla” los ejecutivos que miran con lupa las décimas del PIB y están pendientes de la bolsa o la prima de riesgo, pero ofende a millones de españoles en paro o con el empleo precario, al borde de la pobreza o simplemente agobiados para llegar a fin de mes.

Clamoroso silencio también, en Génova y en Moncloa, sobre otro baldón asociado a las siglas del PP. Me refiero a la corrupción, que está entre las principales causas de su caída en las encuestas y, por supuesto, de la debacle andaluza, un agujero por donde se escapa a chorros la credibilidad del partido de Rajoy. Y los votos, que disparan la facturación electoral de Podemos y Ciudadanos, las dos fuerzas emergentes llamadas a revolucionar el mapa político español. Una genuina, actual y viva causa de la que, lamentablemente, se descolgó UPyD al perder la oportunidad de subirse al carro junto a los afines de Ciudadanos.

El tropezón de PP y UPyD dispara la facturación electoral de Podemos y Ciudadanos, las dos fuerzas emergentes llamadas a revolucionar el mapa político

No hay disputa en endosar el error al personalismo de Rosa Díez. Aunque ella se esforzó en construir un partido, una organización, unas siglas que trascendieran a su fundadora, es evidente que no lo ha conseguido. Tan evidente como que el tejido organizativo que puso en marcha ya tenía vida propia. Queda sobradamente demostrado con la rebelión interna que se ha producido en estas últimas cuarenta y ocho horas.

Sin embargo, ni Díez ni Rajoy (salvando las distancias, insisto) han hecho actos de contrición. Como si no hubiera pasado nada. Ninguno de ellos ha reconocido sus errores. No creen que los hayan cometido. Y si lo creyeran tampoco lo reconocerían, por no hacerle el trabajo al adversario o al competidor. Justamente lo que han conseguido con su respectiva actitud. Pedro Sánchez, que puede mejorar su posición relativa en el ranking (por efecto de la fragmentación), y Albert Rivera, que hereda los votos de UPyD y se alimenta del votante desalentado del PP, deben estar felices.

Es como si se hubieran puesto de acuerdo en dejar el campo libre al emergente partido de Albert Rivera (Ciudadanos). El caso es que el revolcón andaluz del PP –la grande–y de UPyD –la chica–, anticipa un revolcón de ambos a escala nacional. Tiene toda la pinta. Sin embargo, sus respectivos líderes, Mariano Rajoy y Rosa Díez, han sido incapaces de escenificar algo parecido a la autocrítica por su respectivo fracaso. Es lo que tienen en común, salvando las diferencias. La principal, el poder, que une mucho. Por eso los críticos del PP se muerden la lengua, discrepan a escondidas y los barones huyen del contagio de Génova, mientras que en UPyD, con la cesta del pan vacía, optan por la espantada o piden públicamente la renuncia de la presidenta (Maura, Lozano, Toni Cantó, Anchuelo). Pero los jefes supremos, impasible el ademán. Ni media palabra de autocrítica.

UPyD Rosa Díez Pedro Sánchez Mariano Rajoy