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La aristocracia del PP, con Rajoy
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Antonio Casado

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La aristocracia del PP, con Rajoy

No esperen, pues, grandes novedades, más allá de los previsibles llamamientos de Rajoy a la unidad, la dedicación y el trabajo en todas las escalas de mando y representación institucional del PP

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, vuelve al “plasma” en la intervención “abierta” de esta mañana ante la Junta Directiva de su partido. Dicho sea sin acritud. El plasma, que se ha convertido en la metáfora del marianismo con pocas palabras, es en realidad –te dicen–el recurso utilitario para facilitar el seguimiento del discurso sin que los periodistas le quiten el sitio a los componentes de la Junta.

“En ningún partido se permite que los periodistas estén presente en las reuniones internas de sus órganos de dirección”. En eso tienen razón los equipos de la Secretaría de Organización que, además, explican que el sitio está rifadísimo. Por tanto, los informadores seguirán por circuito cerrado la intervención del presidente, que se producirá tras el informe de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

Todo a punto para un acontecimiento cuyo precedente es del 13 de abril de 2013. Dos años en blanco. Los operarios han hecho horas extraordinarias para desdoblar las dependencias donde habitualmente se reúne el Comité Ejecutivo. Desdoblar es un decir. Es el milagro de los panes y los peces. Léase alquiler de cuatrocientas sillas suplementarias para meter a 640 personas con calzador y en “formato escuela” –así lo llaman los organizadores–en este espacio de la segunda planta de Génova.

Rajoy, con la aristocracia del PP. O al revés, si se trata de frenar a quienes ponen en duda la solidez de su liderazgo. Diputados, senadores, europarlamentarios, presidentes de comunidades autónomas, alcaldes de grandes ciudades, directivos nacionales, regionales, provinciales, etc. Se reconoce como el máximo órgano de dirección entre congresos. Depositario de la voluntad de los militantes entre congreso y congreso, pero escasamente operativo. A causa del tamaño, entre otras cosas.

¿Se atreverá alguien a decir en público lo que dice en privado sobre el ánimo del partido tras el batacazo andaluz y los últimos rumores de desunión interna? 

Hablamos de un órgano más favorable a la tentación asamblearia que a la toma de decisiones operativas. No esperen, pues, grandes novedades, más allá de los previsibles llamamientos de Rajoy a la unidad, la dedicación y el trabajo en todas las escalas de mando y representación institucional del PP convocadas en vísperas de unas elecciones en las que el extenso poder territorial del partido va quedar inevitablemente mermado.

El cantado recorte en el formidable poder municipal y autonómico que hoy por hoy disfruta el partido es precisamente epicentro del ruido de muebles que se detecta en interiores de la organización. Y la tentación asamblearia es, una vez abierto el turno de palabra, la única esperanza de los colegas, confinados en la sala de prensa, para animar la mañana. ¿Se atreverá alguien a decir en público lo que dice en privado sobre el estado de ánimo del partido después del batacazo andaluz y los últimos rumores de desunión interna? Como si fuera nueva la tensión entre Cospedal y Javier Arenas. Hagan juego, señores.

Y en cuanto a la intervención de Rajoy en abierto, respecto a la que se han creado infundadas expectativas, basta haber escuchado sus declaraciones de ayer por la mañana en Radio Nacional para hacerse a la idea. A saber: las cifras de crecimiento y empleo confirman que “estamos haciendo bien las cosas”, aunque hay que perseverar; el partido está fuerte y unido, por encima de discrepancias puntuales; los resultados de Andalucía no son trasladables a escala nacional, la vocación mayoritaria del PP no permite hablar de pactos antes de tiempo, en Cataluña se aplicará la ley, etc., etc.

Titulares, sí;decisiones, no.

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, vuelve al “plasma” en la intervención “abierta” de esta mañana ante la Junta Directiva de su partido. Dicho sea sin acritud. El plasma, que se ha convertido en la metáfora del marianismo con pocas palabras, es en realidad –te dicen–el recurso utilitario para facilitar el seguimiento del discurso sin que los periodistas le quiten el sitio a los componentes de la Junta.

Mariano Rajoy María Dolores de Cospedal Javier Arenas