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El “Sí” y el “No” en clave española
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Antonio Casado

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El “Sí” y el “No” en clave española

¿Y si se celebrase el referéndum a escala europea, en nombre de los mismos principios de fe en la democracia? ¿Aceptaría el resultado el señor Tsipras?

Foto: Manifestación a favor del "Sí" en el referéndum de Grecia. (EFE)
Manifestación a favor del "Sí" en el referéndum de Grecia. (EFE)

España también está en campaña por el referéndum del domingo en Grecia. Salvo casos de flagrante malversación del vínculo entre representante y representado, el “sí” (nai) ganaría al “no” (oxi) por abrumadora mayoría entre nosotros. Solo Podemos e Izquierda Unida aplauden la insumisión del Gobierno griego, basada en la milonga del dentista y su paciente. “Convocar el referéndum nos ha hecho recibir mejores propuestas”, decía ayer el primer ministro.

Tsipras y Varoufakis saben que los jerarcas de Bruselas y del FMI no les van a hacer daño por la cuenta que les trae. O eso creen ellos. Nadie lo firmaría habiendo oído ayer a la canciller alemana, Angela Merkel, y su poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, después de una oferta griega que vino a añadir confusión al minuto y resultado de la crisis. La inesperada predisposición griega a aceptar las condiciones de la última oferta europea, con muy ligeras variantes, era el frenazo y marcha atrás del chantajista asomado al abismo.

Asumir el derecho de Grecia a expresarse en un referéndum reforzará la posición moral de otros pueblos cuando vuelvan los números a la negociación

Demasiado tarde, dijeron en Berlín, donde la convocatoria del referéndum se ve como una patada al tablero propinada de repente por uno de los jugadores. Por tanto, lo suyo es aceptar el reto y aguantarle la mirada a Tsipras en nombre de la voluntad y el sentir mayoritario de la ciudadanía. El mapa de las voluntades europeas refleja el de las españolas. Y al revés. En dieciocho de los diecinueve países que comparten la moneda única, sean conservadores o sean de izquierda, barrería igualmente el “sí”.Todos, menos Grecia.

Así que, tras una reunión fallida del Eurogrupo, las cosas volvieron al terreno elegido por Tsipras. El de los intangibles. Su medida nos la dará el resultado del ya inevitable referéndum. A saber: la Europa de los valores, la soberanía nacional, la dignidad del pueblo griego, los principios democráticos y la épica del gobernante envuelto en la bandera de la patria. En nombre de todo lo cual, sentenció ayer el jefe del Ejecutivo griego: “El 'no' es nuestro deber ante la historia”.

Tsipras habla como si enfrente tuviera un adversario sin alma. Pero los intangibles sontambién de amplia circulación en el seno de los distintos pueblos europeos, ni más ni menos orgullosos que el griego, ni más ni menos sensibles a los efectos de lo tangible. Lo tangible es el bolsillo de los ciudadanos y el de la comunidad políticamente organizada (el Estado). En el caso griego, prórroga del segundo rescate, tercer rescate y liquidez de emergencia. Todo ello calculado en miles de millones de euros. Como el coste contante y sonante de los sacrificios impuestos a los españoles por la mala cabeza de sus gobernantes.

Tsipras y Varoufakis saben que los jerarcas de Bruselas y del FMI no les van a hacer daño por la cuenta que les trae. O eso creen ellos

Vale, aceptemos la apelación al dictamen popular, pero el de todos. Asumir el derecho del pueblo griego a expresarse en un referéndum también reforzará la posición moral de otros pueblos cuando vuelvan los números a la negociación (lo tangible) y estos ciudadanos recelen de un trato deferente o privilegiado a Grecia en detrimento de los demás ¿Y si se celebrase el referéndum a escala europea, en nombre de los mismos principios de fe en la democracia? ¿Aceptaría el resultado el señor Tsipras?

Siempre a sabiendas de que otros, como los españoles, sí han hecho sacrificios, sí han aceptado reformas a cambio de asistencia financiera y sí se han subrogado de las malas prácticas o la mala gestión de sus gobernantes. No fueron los mandatarios de los países socios de Grecia quienes inspiraron o consintieron la corrupción, el despilfarro y la mala gestión de la clase política griega.

España también está en campaña por el referéndum del domingo en Grecia. Salvo casos de flagrante malversación del vínculo entre representante y representado, el “sí” (nai) ganaría al “no” (oxi) por abrumadora mayoría entre nosotros. Solo Podemos e Izquierda Unida aplauden la insumisión del Gobierno griego, basada en la milonga del dentista y su paciente. “Convocar el referéndum nos ha hecho recibir mejores propuestas”, decía ayer el primer ministro.