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Antonio Casado

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Sánchez y Susana vuelven a cruzarse la mirada

La presidenta andaluza no permitirá la vuelta atrás de Andalucía en una reordenación del poder territorial ni una reforma de la Constitución que no garantice la unidad y la igualdad de los españoles

Foto: Pedro Sánchez y Susana Díaz, juntos en un acto del PSOE en Sevilla. (EFE)
Pedro Sánchez y Susana Díaz, juntos en un acto del PSOE en Sevilla. (EFE)

Los amantes de emociones fuertes ligadas a la guerra norte-sur del PSOE miran hacia Sevilla. Allí se reúne hoy el Consejo de Política Federal –cumbre de barones socialistas–, que preside Susana Díaz, cinco días después de que el líder del partido, Pedro Sánchez, renovase su apuesta por la España federal. Una ocasión más de cruzarse la mirada.

Minutos después de que Sánchez formalizase dicha apuesta, en el marco de una reforma constitucional encargada a catorce sabios, la presidenta de la Junta de Andalucía puso en el circuito una prueba más de su manifiesta discordancia personal (la política es una simple máscara) con el secretario general de su partido: “No permitiré que el PSOE apruebe cualquier propuesta de reforma de la Constitución”.

Por marcar diferencias con Sánchez, Susana es capazde pasar por idiota. Dicho de otro modo: prefiere pasar por idiota antes que pasar por seguidora de aquel, porque solamente un idiota podría atribuirle a Pedro Sánchez la intención de aprobar “cualquier” reforma de la Constitución. O, menos aún, cualquier reforma elaborada a espaldas de sus líderes territoriales, incluida ella, a la que casualmente ha colocado a la cabeza del Consejo de Política Federal (antes Consejo de Política Territorial), que hoy se reúne en la capital andaluza.

En Ferraz ya le habrán dado las gracias con media sonrisa a Susana Díaz por difundir el catecismo de la España federal elaborado en tiempos de Rubalcaba

Por hacernos una idea, es como si la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, verbalizase de buenas a primeras su firme propósito de impedir a toda costa un eventual pacto de Rajoy con los separatistas catalanes para acercarlos al sueño de una Cataluña rica y plena. Me imagino la cara que pondría el presidente del Gobierno al que, por supuesto, ni se le ha pasado por la cabeza tan luminosa genialidad. Y esa es la cara que Sánchez debió poner el jueves pasado al conocer las líneas rojas que con tanta celeridad marcaba Susana Díaz a un consejo de expertos que ni siquiera ha empezado a trabajar, coordinado por un constitucionalista de su confianza (el socialista andaluz Gregorio Cámara), en el que se integran otros socialistas vinculados a universidades andaluzas, ex altos cargos institucionales de esta comunidad y hasta una expresidenta del PSOE andaluz (Amparo Rubiales).

La presidenta de la Junta ha debido entender que apremiaba advertir a estas personas, o sea, a Pedro Sánchez, de que ella no permitirá la vuelta atrás de Andalucía en una reordenación del poder territorial, ni un modelo autonómico a dos velocidades o una reforma de la Constitución que no garantice la unidad de España y la igualdad de los españoles. En Ferraz ya le habrán dado las gracias con media sonrisa por difundir la Declaración de Granada, el catecismo de la España federal elaborado en tiempos de Rubalcaba (julio 2013), en la que se propone garantizar la igualdad de todos los ciudadanos en las prestaciones básicas del Estado del bienestar (sanidad, educación y servicios sociales), vivan donde vivan.

Este es el telón de fondo de una convocatoria cuyos protagonistas deberían ser los cinco nuevos presidentes autonómicos (Lambán, Armengol, Puig, García-Page y Fernández Vara). Junto a los dos ya instalados (Susana Díaz y el asturiano, aún en funciones, Javier Fernández), componen la foto del poder territorial armonizado que Sánchez quiere presentar hoy en Sevilla, si Díaz no contamina la banda sonora del evento, como anticipo de lo que sería su Gobierno si conquistara la Moncloa.

Los amantes de emociones fuertes ligadas a la guerra norte-sur del PSOE miran hacia Sevilla. Allí se reúne hoy el Consejo de Política Federal –cumbre de barones socialistas–, que preside Susana Díaz, cinco días después de que el líder del partido, Pedro Sánchez, renovase su apuesta por la España federal. Una ocasión más de cruzarse la mirada.

Susana Díaz Pedro Sánchez