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Cama redonda del independentismo catalán
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Antonio Casado

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Cama redonda del independentismo catalán

Finalmente, Mas y Junqueras olvidaron el pasado y volvieron al amor en la alegre promiscuidad de una cama redonda junto a la burguesía pujolista, los rojos de Junqueras y los activistas de Forcadell

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (EFE)

El incansable mareo de la perdiz en busca de una lista ganadora en las elecciones del 27-S parece concluido en las abigarradas filas del separatismo catalán. Abigarrado: que tiene muchos colores mal combinados; que está compuesto de elementos muy diversos sin orden ni conexión entre ellos.

Una vez superada la pereza infinita por la enésima aproximación a la monomanía del presidente de la Generalitat, Artur Mas, con sus cambiantes y mal avenidos costaleros, era imprescindible este paso previo por el Diccionario de la Lengua Española. Ningún término como el antedicho (“abigarrado”), describe mejor el último hecho relevante de este viaje hacia ninguna parte en su última versión, elaborada en marzo de este año. Un plan pactado por los dos caudillos nacionalistas, Mas y Oriol Junqueras, para declarar la independencia de forma unilateral 18 meses después de las elecciones autonómicas. “Plebiscitarias”, según ellos, en aplicación del artículo 33, el de su real gana.

El artículo 33 ha servido también para modificar sobre la marcha el calendario inicialmente previsto hasta la “desconexión” con España. Ya no son los dieciocho fijados en el toque inicial de la real gana, sino “entre seis y ocho”, después de un hipotético triunfo soberanista en las urnas del 27 de septiembre, según el acuerdo alcanzado el lunes por la noche entre ERC y el partido de Jordi Pujol (Convergencia, ya sin Unió), ratificado veinticuatro horas después.

No es lo más relevante la modificación del calendario. Para saltar al vacío, en descampado y sin reparar en el riesgo de daños a terceros, da igual hablar de dieciocho meses, seis meses o semana y media. Lo nuevo en el minuto y resultado de la delirante aventura segregacionista, con un decreciente nivel de facturación en las encuestas, es el abigarrado amontonamiento de personas y personajes en una lista única encabezada por un madrileño (¡toma nísperos!, que diría el maestro Campmany).

¿Pero quién nos dice que, después de alcanzar un pacto con más costuras que el cuerpo de José Tomás, no se repite el síndrome de la división interna?

Primero fue el intento de lista única entre las dos grandes fuerzas nacionalistas (CiU y ERC). Después quedamos en que cada una iría por su lado. Más tarde, lista de políticos con civiles. Luego lista de civiles con políticos. Después, solo civiles. Finalmente, Mas y Junqueras olvidaron el pasado y volvieron al amor (cuarto y quinto puesto respectivamente) en alegre promiscuidad de una cama redonda junto a la burguesía pujolista, los rojos de Junqueras (rojos de cercanías, se entiende), los activistas de CarmeForcadell (segunda de la lista) y los de Muriel Casals (va de tercera), con la esperanza de que se sumen los disidentes del PSC de Iceta, los disidentes de Unió y cualquier devoto de la Cataluña rica y plena que pase por allí.

Todos ellos encabezados por el madrileño Raul Romeva (Mister Proper, le dicen, por su parecido con el personaje alicatado hasta el techo que lava másblanco). Según sus compañeros del viaje a ninguna parte, es una figura internacionalmente conocida (¿?) por haber sido vicepresidente del grupo europarlamentario de Los Verdes. Y , por supuesto, todos ellos comprometidos previamente a subrogarse en el poder renovado de Artur Mas al frente de la Generalitat, aunque este disfrace su ambición en el cuarto puesto de la lista única

¿Pero quién nos dice que, después de alcanzar un pacto con más costuras que el cuerpo de José Tomás, no se repite el síndrome de la división interna que brota donde Mas pone la mano? De momento, los de la CUP ya se han desmarcado de la lista única, después que a su vez ERC se hiciese lo propiode ellos en la inicial propuesta de una lista sin políticos. Los chicos y chicas de David Fernández anuncian que irán por libre el 27-S.

El incansable mareo de la perdiz en busca de una lista ganadora en las elecciones del 27-S parece concluido en las abigarradas filas del separatismo catalán. Abigarrado: que tiene muchos colores mal combinados; que está compuesto de elementos muy diversos sin orden ni conexión entre ellos.

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