Morenés, el ministro pateado

Hace unos días le tocó al expresidente, Felipe González, y ayer le tocó al actual ministro de Defensa, Pedro Morenés. Ambos olvidaron la regla de oro que obliga a tratar a los nacionalistas catalanes como especie protegida, so pena de castigo a los siete males.

Aquel por relacionar el desafío secesionista con las aventuras alemana e italiana de los años treinta (en ambos casos se trata de reventar unilateralmente la legalidad en nombre de una quimera identitaria). Y éste por declarar que si todo el mundo cumple las leyes reguladoras de nuestra convivencia no hará falta aplicar las leyes previstas en caso de incumplimiento. Por decir semejante obviedad, por decir que las leyes están para cumplirse, por decir que si se incumplen las leyes que nos defienden de la arbitrariedad deberán aplicarse las previsiones legales a quien la cometa, al ministro se las dieron de todos los colores.

No solo los abducidos por la aventura secesionista (el “procés”) han hecho una interpretación libre de estas declaraciones. Según ellos, el ministro no descarta una intervención militar ante una posible declaración unilateral de independencia. También los hermanos de la cofradía del papel de fumar, al otro lado de la barricada soberanista, han pateado a Morenés.

No hay ningún exceso, ninguna salida de tono en el contenido de la precisión: naturalmente, siempre que todo el mundo cumpla con su deber

De entrada, la mención a las Fuerzas Armadas es del entrevistador y no del entrevistado, Tómense ustedes la molestia de revisar la conversación con el periodista de la radio pública y díganme qué puede responder el ministro si le preguntan por el papel de las Fuerzas Armadas ante una eventual declaración de independencia. Pues, ninguno. “Si todo el mundo cumple la ley le aseguro que no hará falta ningún tipo de actuación”. Eso es lo que dijo. No hay ningún exceso, ninguna salida de tono, ninguna extravagancia, en el contenido de la precisión: naturalmente, siempre que todo el mundo cumpla con su deber.

Y eso incluye a la Generalitat, el Juzgado de Guardia, la Fiscalía, la Abogacía del Estado, la Policía Nacional, la Guardia Civil , los Mossos d´ Esquadra, el Gobierno de la Nación, el Tribunal Constitucional, etc, etc, etc. Todos esos resortes institucionales “están sujetos al Estado de Derecho”, “conocen perfectamente su papel” y son “absolutamente democráticos”. El entrecomillado es del ministro y se refiere tanto a las Fuerzas Armadas como al resto de instituciones que “tienen establecidas sus funciones en las leyes, y las cumplirán estrictamente”.

Fíjense si hay resortes institucionales obligados a cumplir y hacer cumplir la ley antes de que los demás nos dediquemos a hacer caldo de cerebro con una eventual intervención militar. Por cierto, que en todo caso estaría relacionada con el artículo 8 de la Constitución (última garantía de la integridad territorial y el orden constitucional) y no con el 155 (el Gobierno puede forzar a una Autonomía al cumplimiento de la ley), que es lo que se coló indebidamente en la entrevista y en la polémica.