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La guerra contra el ISIS y el silencio de Moncloa
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Antonio Casado

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La guerra contra el ISIS y el silencio de Moncloa

El Gobierno de Rajoy no está haciendo tiempo antes de enviar una propuesta de colaboración al Gobierno francés, sino que espera recibirla próximamente

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su equipo de ministros. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su equipo de ministros. (EFE)

El Gobierno francés espera una respuesta de Moncloa sobre la eventual participación española en la lucha contra el llamado ISIS (Estado Islámico), una vez activadas las previsiones de la Unión Europea en materia de defensa colectiva. “Vamos a ver lo que proponen los españoles”, ha dicho el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian, con una sugerencia expresa de que nuestras tropas releven a las suyas destacadas en el Sahel africano (antiguo imperio colonial francés, no lo olvidemos).

La frase y la sugerencia de Le Drian son desafortunadas. España es solidaria y lo demostrará. En la medida de sus posibilidades, en el marco de la legalidad internacional y, puertas adentro, con el consabido respaldo parlamentario. Esos son los tres vectores de nuestra participación en la forja de la coalición internacional que se está trabajando el presidente Hollande. Ayer, en París, con Cameron (Reino Unido), hoy en Washington con Obama (EEUU), mañana de nuevo en el Elíseo con Merkel (Alemania) y pasado mañana en Moscú con Putin (Rusia).

Madrid no aparece en la ruta. Se entiende. Las exigencias del alistamiento no pueden ser las mismas. A cada país, según tamaño y posición en las relaciones de poder. Dicho sea también como atenuante del silencio aplicado por el Gobierno Rajoy al debate sobre cuál debe ser nuestra aportación a la lucha contra quienes tanto dolor han causado al pueblo francés con los bárbaros atentados del viernes 13 en París.

España es solidaria y lo demostrará. En la medida de sus posibilidades, en el marco de la legalidad y con el consabido respaldo parlamentario

Moncloa no está haciendo tiempo antes de enviar una propuesta de colaboración, sino que espera recibirla. Y calla mientras tanto. Hace bien Rajoy. Aunque solo fuera por no hipotecar la gestión del próximo Gobierno, a menos de un mes de unas elecciones generales. Pero no solo eso explicaría que el ministro de Defensa francés siga aguardando la oferta española. A ver si va a resultar ahora que ha de ser España, por lo que haga o deje de hacer, la vara de medir la capacidad o incapacidad europea para forjar una política de seguridad común. O, como es el caso, para derrotar al Estado Islámico (Daesh) por activación de la llamada cláusula de solidaridad: “La Unión y sus estados miembros actuarán conjuntamente con espíritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista”.

La previsión es del artículo 222 del Tratado de Funcionamiento de la UE, en relación al 42.7 del Tratado de Lisboa (donde ya no se habla de “ataque terrorista” sino de “ataque armado”), que viene a ser una transposición del famoso artículo 5 del Tratado de la OTAN (un ataque contra una parte “será considerado un ataque contra todas”). Y todo ello, a su vez, en relación con el artículo 51 de las Naciones Unidas, que proclama el derecho a la legítima defensa individual o colectiva en caso de ataque armado contra un miembro, incluso antes de que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para el mantenimiento de la paz y la seguridad.

Ese es el marco: 1) legalidad internacional, 2) multilateralidad y 3) consenso político interior. La razón de buena vecindad y el excelente momento en las relaciones bilaterales, uno de cuyos exponentes es precisamente el altísimo grado de cooperación policial en la lucha contra el terrorismo islámico, no tiene por qué determinar el formato, el momento ni el calibre de una eventual aportación militar española en la "guerra" para "aniquilar" al Estado Islámico. Los entrecomillados se corresponden con el relato francés del desafío yihadista.

El Gobierno francés espera una respuesta de Moncloa sobre la eventual participación española en la lucha contra el llamado ISIS (Estado Islámico), una vez activadas las previsiones de la Unión Europea en materia de defensa colectiva. “Vamos a ver lo que proponen los españoles”, ha dicho el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian, con una sugerencia expresa de que nuestras tropas releven a las suyas destacadas en el Sahel africano (antiguo imperio colonial francés, no lo olvidemos).

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