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Pedro Sánchez y la sombra de Podemos
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Antonio Casado

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Pedro Sánchez y la sombra de Podemos

Una eventual alianza del PSOE con Podemos es matemáticamente imposible sin sumar a grupos separatistas, como la ERC de Oriol Junqueras

Foto: Pablo Iglesias muestra su nuevo maletín como miembro del Congreso de los Diputados. (EFE)
Pablo Iglesias muestra su nuevo maletín como miembro del Congreso de los Diputados. (EFE)

La izquierda mochilera hace mofa del 'kit' de bienvenida entregado a sus diputados por los funcionarios del Congreso. “En el futuro daremos mochilas, en vez de carteras”, dicen los recién llegados a la moqueta.

Su líder, Pablo M. Iglesias, tiene dificultades para pronunciar la palabra España, declara revisable el principio de integridad territorial (autodeterminación en Cataluña) y elogia la lucidez de ETA por haberse dado cuenta en 1978 de que el poder seguía en manos de los mismos perros con distintos collares.

Hablo de Podemos, el tercero en discordia del orden político alumbrado en las urnas del 20 de diciembre. Y de un dirigente que ve en los medios de comunicación no controlados por el Estado una amenaza permanente contra la libertad de expresión, califica de “democrático” el recurso bolivariano a la expropiación de bienes privados (“Ser demócrata es expropiar, aunque os duela”) y sostiene muy seriamente que “donde hay propiedad privada hay corrupción”.

No es de fiar un líder que simpatiza con el proceso bolivariano, reclama la libertad de los etarras encarcelados y defiende el derecho a portar armas como una de las bases de la democracia. Sobre todo si, de la noche a la mañana, por ganar espacio en los territorios clásicos de la casta, empieza a negarse a sí mismo. Ahora ya no dice, por ejemplo, que a la lógica del capitalismo hay que responderle con la lógica de la fuerza, “porque es el único lenguaje que entiende”.

Así es. Ahora ya pone cara de póquer si alguien saca a relucir sus obras completas o le recuerda lo que decía en público y privado cinco minutos antes de repartir credenciales de “sensatez” entre los dirigentes del PSOE. Y cinco minutos después de haberse puesto estupendo ante sus seguidores: “Me da asco la gente que dice lo que conviene y lo que arranca el aplauso fácil”.

Nadie debe esperar para ya mismo el acercamiento patriótico de los dos principales fuerzas políticas del sistema, que “no son iguales sino todo lo contrario”

Por todas esas razones, insisto, repito y reitero que una eventual alianza del PSOE con Podemos es matemáticamente imposible sin sumar a grupos separatistas, como la ERC de Oriol Junqueras. Y sumados esos grupos, sería doblemente desaconsejable desde el punto de vista político.

Dicho todo lo cual, para que el malentendido no quede entre nosotros, carece de sentido exigir a Sánchez, a titulo preventivo y en nombre del interés general, la inmediata renuncia a un eventual pacto con Podemos. Nadie puede ni debe esperar para ya mismo el acercamiento patriótico de los dos principales fuerzas políticas del sistema, que “no son iguales sino todo lo contrario”, como suele decir Pedro Sánchez.

Hace bien el líder socialista en desviar la carga de la prueba sobre el jefe de filas del partido ganador de las elecciones. El problema es de Rajoy. Es lo que toca. Pero es que además Sánchez está políticamente necesitado de que se escenifique la incapacidad de Rajoy para lograr la investidura. Y si finalmente fracasa, Sánchez tendrá el derecho a intentarlo.

Dejemos para entonces las valoraciones sobre la viabilidad de una hipotética mayoría con la izquierda mochilera y los separatistas, si realmente Sánchez se ratifica en su intención de formarla. Sería el momento de verificar si es cierto que intenta el salto a Moncloa como el modo de blindar su liderazgo en el partido. Eso sí le llevaría a tomar decisiones incompatibles con el interés general. Pero, repito, no adelantemos acontecimientos, por mucho que el “no, no y no” del PSOE a un presidente del PP en el Gobierno sea tan rotundo como el “no, no y no” del PP a un presidente del PSOE en el Congreso de los Diputados.

La izquierda mochilera hace mofa del 'kit' de bienvenida entregado a sus diputados por los funcionarios del Congreso. “En el futuro daremos mochilas, en vez de carteras”, dicen los recién llegados a la moqueta.

Pedro Sánchez