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Sánchez y la teoría del mal menor
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Antonio Casado

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Sánchez y la teoría del mal menor

Habría que saber si crecería como líder o todo lo contrario si en nombre de los intereses generales pasara a la oposición, después de desbloquear la situación política

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Aunque hayamos oído repicar el “no es no”, a Rajoy y a cualquier otro candidato del PP, en boca de los dirigentes César Luena y Antonio Hernando, todavía no hemos oído decir a Pedro Sánchez que prefiere repetir elecciones antes que facilitar un Gobierno del PP. Solo cuando oigamos esa declaración formalizada del líder socialista abandonaremos toda esperanza ante una clase política incapaz de rescatar a España de la incertidumbre y el vacío de poder. Y solo entonces, cuando diga que repetir elecciones es un mal menor si se compara con la continuidad del “partido de Gürtel” en Moncloa, podrán algunos elevar a definitiva la conclusión de que estaba poniendo sus intereses y los de su partido por encima de los de España.

Hasta ahora, después del sonoro portazo de Podemos, Sánchez se ha limitado a recomendar a sus colaboradores el enfriamiento de expectativas ante eventuales tratos con el PP. Siempre junto a Ciudadanos, la coartada centrista de Ferraz, y “nunca para formar Gobierno”, precisa Luena, secretario de Organización. “Ni con Rajoy ni con nadie del PP”. Vale. Se entiende. Dejar al país sin alternativa seria y a Podemos en la oposición sería letal para los socialistas. Ese discurso es de proceso fácil. A Ferraz le sobran argumentos contra el Gobierno XXL que propone Rajoy. No será el caso cuando tenga que rebatir a quienes le acaben pidiendo neutralidad por el bien de España. Es decir, la abstención de sus 90 diputados, incorporada al análisis como último resorte para evitar una nueva llamada a las urnas.

Habría que saber si Sánchez crecería como líder o todo lo contrario si en nombre de los intereses generales pasara a la oposición después de desbloquear la situación política y de firmar unos pactos de Estado para una legislatura con fecha de caducidad pactada.

Dejar al país sin alternativa seria y a Podemos en la oposición sería letal para los socialistas

En confesión de parte, reconoce el columnista que formula un deseo basado en la teoría del mal menor aunque esté divorciado de la realidad. A Sánchez ni se le pasa por la cabeza la hipótesis de una abstención a mayor gloria de Rajoy (“tendríamos que cerrar Ferraz”, dice su gente), que además está expresamente vedada por una resolución del comité federal, solo revisable por el propio comité federal si se valorasen razones de interés superior al del propio partido. Por ejemplo, evitar males mayores como los derivados de una larga interinidad que crea incertidumbre e inestabilidad, paraliza inversiones, refuerza el separatismo, debilita la posición internacional de España y, sobre todo, multiplica el desistimiento y la decepción de los ciudadanos. Pero, en fin, nadie lo ha planteado puertas adentro. Y su secretario general menos que nadie.

En estas horas de socialismo ofendido por la alevosa espantada de Podemos, Pedro Sánchez solo tiene palabras para culpar a Pablo Manuel Iglesias de impedir el cambio exigido por los españoles en las elecciones del 20 de diciembre. Lo vamos a escuchar esta misma mañana en discurso abierto ante los parlamentarios socialistas. Su intervención va a estar centrada en la “conjura” Rajoy-Iglesias que malogró el mandato de las urnas. Les acusará de haber jugado a lo mismo por razones personales: crear las condiciones para una nueva llamada a las urnas, en un calculado paralelismo de estrategias que se retroalimentaban. A saber: ambos quieren repetir elecciones, ambos tienen amenazado su liderazgo y ambos han utilizado su poder de bloqueo.

Aunque hayamos oído repicar el “no es no”, a Rajoy y a cualquier otro candidato del PP, en boca de los dirigentes César Luena y Antonio Hernando, todavía no hemos oído decir a Pedro Sánchez que prefiere repetir elecciones antes que facilitar un Gobierno del PP. Solo cuando oigamos esa declaración formalizada del líder socialista abandonaremos toda esperanza ante una clase política incapaz de rescatar a España de la incertidumbre y el vacío de poder. Y solo entonces, cuando diga que repetir elecciones es un mal menor si se compara con la continuidad del “partido de Gürtel” en Moncloa, podrán algunos elevar a definitiva la conclusión de que estaba poniendo sus intereses y los de su partido por encima de los de España.

Moncloa Antonio Hernando Ciudadanos