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Sánchez apela a la reserva emocional del PSOE
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Antonio Casado

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Sánchez apela a la reserva emocional del PSOE

En el votante socialista clásico que desertó el 20-D pensaba Sánchez la otra noche con el mensaje de que Iglesias y Rajoy están en el mismo contubernio para echar del campo al PSOE

Foto: El secretario general y candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se deja fotografiar tras finalizar su intervención en un mitin. (EFE)
El secretario general y candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se deja fotografiar tras finalizar su intervención en un mitin. (EFE)

El miedo al 'sorpasso' moviliza el voto indolente del PSOE. Lo reconoce Pedro Sánchez en distancia corta con los periodistas de su caravana. Habla de “la reserva emocional del partido”, activada por miedo al aplastamiento planeado por un impostor.

Otros dirigentes han ido más allá:

La reina indiscutible del socialismo andaluz y presidenta de la comunidad con más escaños en juego (61), Susana Díaz, recordaba la otra noche a los dirigentes de Unidos Podemos, conglomerado de 15 fuerzas políticas de muy distinto pelaje ideológico y territorial, que “el PSOE es mucho PSOE”.

El presidente de Asturias, Javier Fernández, rescata el “¡No pasarán!” frente a las pretensiones del consorcio populista-comunista, que aspira a la expropiación del partido fundado por el verdadero Pablo Iglesias (1850-1925). “Perded toda esperanza”, decía el líder asturiano dirigiéndose a las fuerzas acaudilladas por Pablo Manuel.

El exsecretario general Pérez Rubalcaba ridiculiza en Facebook los fundamentos culturales y políticos del dirigente de Podemos (se inventó una 'Ética de la razón pura' de Kant) y se recrea en el más reciente oxímoron de Iglesias, que habla de su “patriotismo” en una “España plurinacional”, como quienes hablan del “ruidoso silencio” o la “luminosa oscuridad”.

En el debate a cuatro, Iglesias dio marcha atrás y se cuidó de referirse a la 'plurinacionalidad' de España. Ni una sola vez usó el término, del que había abusado

Sabedor del poco vuelo que tendría su 'patriotismo plurinacional' como extravagante manufactura verbal, en el debate a cuatro del lunes Iglesias dio marcha atrás con el mismo desparpajo que pasó de la cal viva al “PSOE, te necesito” o del comunismo a la socialdemocracia. A nadie le ha interesado destacarlo, pero este virtuoso del camuflaje político se cuidó muy mucho de referirse a la 'plurinacionalidad' de España.

Ni una sola vez usó ese término, del que había abusado hasta la saciedad en su reciente paso por Barcelona, donde además se comprometió a respetar los “derechos nacionales de Cataluña”. La 'plurinacionalidad' se había convertido en 'diversidad' de la noche a la mañana. Toma salto mortal hacia atrás con doble tirabuzón para acabar en la España 'una' y 'diversa' de Franco y, en el mejor de los casos, en los 'vientos del pueblo' de Miguel Hernández.

También el prometido referéndum de autodeterminación había dejado de ser, de pronto, una raya roja en su soñado apareamiento con los socialistas. Tan inesperado fue lo uno y lo otro (el “ya veremos” del referéndum y la “diversidad de España”), que sonó a reacción apresurada a las advertencias de Susana Díaz, que estos días no pierde ocasión de acusar a Podemos de querer romper España y liquidar al PSOE.

En vísperas del debate a cuatro, la presidenta andaluza dijo en Vélez Málaga que no consentiría los “desvaríos” a los que Iglesias se había comprometido en Barcelona. “Los votos de los andaluces no le van a servir para pagar un peaje a las confluencias ni los privilegios de Ada Colau”, había declarado Díaz unas horas antes de que Iglesias reemplazase en su discurso el término 'plurinacionalidad', que le tapa en Cataluña y Euskadi y le destapa por el resto de España, por el de 'diversidad', que ha hecho torcer el gesto de los independentistas, si bien se ha perdido en la polvareda de los análisis sobre un debate televisado que, según los expertos en demoscopia, solo ha hecho cambiar su intención de voto a un 5% de los consultados.

Una cifra que, atención, se dispara hasta el 13% entre los potenciales votantes socialistas. Según los estudios 'cualitativos' que se manejan en Ferraz, el dato tiene mucho que ver con el despertar del votante socialista clásico que desertó en diciembre de 2015 para irse mayoritariamente a Podemos o a la abstención. Es un millón y medio de votos. En ellos pensaba Sánchez la otra noche con el mensaje de que Iglesias y Rajoy están en el mismo contubernio para echar del campo al PSOE.

El miedo al 'sorpasso' moviliza el voto indolente del PSOE. Lo reconoce Pedro Sánchez en distancia corta con los periodistas de su caravana. Habla de “la reserva emocional del partido”, activada por miedo al aplastamiento planeado por un impostor.

Pedro Sánchez Susana Díaz