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Galicia y Euskadi, en clave nacional
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Antonio Casado

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Galicia y Euskadi, en clave nacional

Estamos mirando las elecciones vascas y gallegas como meta volante del camino que nos puede alejar de unas nuevas elecciones generales. O acercarnos aún más a ellas

Foto: El lendakari, Iñigo Urkullu (i), y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)
El lendakari, Iñigo Urkullu (i), y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

El grave problema de la interinidad política en España se come las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. Las estamos mirando como meta volante del camino que nos puede alejar de unas nuevas elecciones generales. O acercarnos aún más a ellas. En esa clave hemos tratado de descifrar los resultados del reciente sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas).

La hipótesis demoscópica anuncia oxígeno para Mariano Rajoy con la mayoría absoluta del PP en Galicia y la consolidación de su delfín nacional, Núñez Feijóo. Respecto a Euskadi, hacemos caldo de cerebro con los cinco diputados del PNV en el Congreso. Podrían hacer presidente a Rajoy si Iñigo Urkullu, por su parte, necesitase a los diputados autonómicos del PP para gobernar en Euskadi. O si, por un capricho de la aritmética política, el cambio de cromos lo hiciera el nacionalismo moderado con un Pedro Sánchez de muy improbable sindicación con Podemos y Ciudadanos para llegar a La Moncloa.

Claro que está viva la clave nacional en estas elecciones. Es normal que se sienta concernido Mariano Rajoy: “No quiero que pase en Galicia lo que está sucediendo en España”. Lo curioso es la milimétrica coincidencia argumental, incluso verbal, con el lendakari en funciones y candidato del PNV: “Euskadi no se va a sumir en el desgobierno de España”.

Por responsabilidad institucional, a Felipe VI no se le ocurriría convocar una nueva ronda de consultas en plena campaña electoral de Galicia y Euskadi

Otra derivada nacional es que estos comicios paralizan de hecho la capacidad de propuesta del Rey ante una eventual sesión de investidura. Por responsabilidad institucional, porque no hay precedentes y por sentido común, a Felipe VI no se le ocurriría convocar una nueva ronda de consultas en plena campaña electoral de Galicia y Euskadi. Por tanto, un mes de propina a las cuatro fuerzas responsables de que en España no se haya cerrado aún el paréntesis tonto que se abrió hace nueve meses.

Y no digo que les permite ganar tiempo porque en realidad es una forma de seguir perdiéndolo, a la espera de que los resultados de estos dos procesos electorales de carácter autonómico cambien la relación de fuerzas a escala nacional. Aunque cada vez con menos fe, aún espera Mariano Rajoy que el desastre electoral del PSOE anunciado por el CIS, tanto en Galicia como en el Pais Vasco, ponga fin al obstruccionismo de Sánchez.

Sánchez ha ido demasiado lejos. Ya no tiene marcha atrás su “no es no” al candidato del PP. Y sus intentos de formar un Gobierno alternativo son inviables

Eso no va a ocurrir, porque el líder del PSOE ha ido demasiado lejos. Ya no tiene marcha atrás su “no es no” al candidato del PP (ni sí ni abstención, “lo vamos a llevar hasta el final”). Y sus intentos de formar un Gobierno alternativo son inviables. Los revienta Podemos (“¿Nos toma por idiotas?”, dice Iglesias) y los revienta Ciudadanos al declararse totalmente incompatible con Podemos.

En clave estrictamente autonómica, tampoco habrá emociones fuertes donde todo está prácticamente cantado. En Galicia, un candidato que desborda a la marca (las siglas del PP casi ni aparecen) como el político mejor valorado a escala nacional y regional.

En el País Vasco, atentos a la curiosa confrontación entre la pulsión identitaria de EH Bildu, con un pasado negro, y el toque social de Podemos, que carece de pasado. Además, un PNV resistente al desgaste que ha escarmentado en cabeza ajena (la de Artur Mas y CDC en Cataluña, claro) y pasa de aventuras sediciosas, mientras las dos fuerzas de inequívoco compromiso constitucional, PP y PSOE, caminan hacia la irrelevancia.

El grave problema de la interinidad política en España se come las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. Las estamos mirando como meta volante del camino que nos puede alejar de unas nuevas elecciones generales. O acercarnos aún más a ellas. En esa clave hemos tratado de descifrar los resultados del reciente sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas).

Mariano Rajoy Iñigo Urkullu Alberto Núñez Feijóo Pedro Sánchez Ciudadanos