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Antonio Casado

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¿Está el PSOE al borde de una fractura?

Si una eventual votación del comité federal decidiera pasar del no a la abstención en una nueva sesión de investidura de Rajoy, estaríamos al borde de una fractura del partido

Foto: Fotografía de archivo de una reunión de la comisión permanente de la ejecutiva federal del PSOE. (EFE)
Fotografía de archivo de una reunión de la comisión permanente de la ejecutiva federal del PSOE. (EFE)

La comisión permanente del PSOE (cúpula del poder socialista más los secretarios de área), como versión reducida de la ejecutiva, se reunirá el lunes 26 de septiembre, el día después de las elecciones vascas y gallegas. El punto central del orden del día es convocar al comité federal para el sábado 1 de octubre. Según fuentes oficiales, para valorar los resultados de la noche anterior y conocer los planes de Sánchez. Pero es sospecha generalizada que en esa reunión se desatarán las hostilidades. Una catarsis que ya se ha hecho inevitable.

Los 250 miembros del órgano responsable máximo de la política de pactos y depositario de la voluntad de la militancia deberían decidir entonces si revisan o no su posición, adoptada por unanimidad en la reunión del 28 de diciembre y ratificada en la del 9 de julio. Posición convertida en mandato al secretario general. Se resume en el manido “no es no” de Sánchez al candidato del PP para la presidencia del Gobierno.

Nada más y nada menos.

¿Es esa el arma secreta de Sánchez contra ese sector crítico que reclama ese golpe de timón en nombre de los intereses generales y el fin de la interinidad?

El criticado obstruccionismo de Sánchez es coherente con la posición unánime del CF y no tiene marcha atrás. En la reunión del 1 de octubre, Sánchez volverá a defender el no a Rajoy. De eso pueden estar ustedes seguros. Por tanto, si una eventual votación decidiera mayoritariamente pasar del no a la abstención en una nueva sesión de investidura de Rajoy (u otro aspirante del PP), estaríamos al borde de una fractura del partido.

¿Es el arma secreta de Sánchez contra el sector crítico que con careta y silenciador reclama ese golpe de timón en nombre de los intereses generales y el fin de la interinidad? Pudiera ser. Pero también pudiera ser que llegase al cónclave con la pólvora mojada por una posible debacle en las urnas del domingo (o sea, 'sorpasso' en Galicia e irrelevancia en Euskadi). Se crearía un ambiente tan cargado que el fantasma de la fractura también sobrevolaría la reunión.

Otra hipótesis gira en torno a la presunta conspiración interna para destronar a Sánchez. Eso no va a ninguna parte. Primero, los números no dan. Segundo, reprobar a Sánchez es reprobar al comité federal, Y tercero, sería quebrantar antidemocráticamente la doble legitimidad (primarias y congreso) de que goza el actual líder del PSOE.

No se detecta en la actitud de Sánchez el diseño de planes distintos a la formación de un Gobierno 'a la tramontana' o el socorrido Gobierno para el 'cambio'

Pero las posibilidades estatutarias existen. Por ejemplo, si el comité federal decidiese por mayoría retirar la designación de Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno. O bien que, a propuesta del 20% de los miembros del CF, una moción de censura derribase a la actual comisión ejecutiva y hubiera que formar una gestora. No digo que vaya a ocurrir. Simplemente hago el enunciado. El solo enunciado de estas posibilidades nos lleva a la conclusión —temida por unos, querida por otros— de que asimismo estaríamos al borde de una fractura.

Por la boca del caballo sé que ese día, el 1 de octubre, además de ratificarse en el “no es no” a Rajoy, Pedro Sánchez va a plantear una hoja de ruta dizque pensada en el interés de España. Sin embargo, a la vista de los antecedentes, no se detecta en la actitud de Sánchez el diseño de planes distintos a la formación de un Gobierno 'a la tramontana' (con Podemos y nacionalistas) o el socorrido Gobierno para el 'cambio' (con Podemos y Ciudadanos). Fórmulas ya exploradas en los tanteos a Iglesias, Rivera, Homs, etc. Y, por las reacciones de significadas figuras del partido, a escala nacional y regional, tampoco es aventurado deducir que si llegasen a cuajar en un Gobierno con mayoría parlamentaria (darían los números, no la política), también se estarían creando las condiciones para una indeseable fractura del PSOE.

Espero y deseo que eso no ocurra.

La comisión permanente del PSOE (cúpula del poder socialista más los secretarios de área), como versión reducida de la ejecutiva, se reunirá el lunes 26 de septiembre, el día después de las elecciones vascas y gallegas. El punto central del orden del día es convocar al comité federal para el sábado 1 de octubre. Según fuentes oficiales, para valorar los resultados de la noche anterior y conocer los planes de Sánchez. Pero es sospecha generalizada que en esa reunión se desatarán las hostilidades. Una catarsis que ya se ha hecho inevitable.

Pedro Sánchez