El salto a la fama de Javier Fernández

Las declaraciones públicas del presidente de la comisión gestora del PSOE, el asturiano Javier Fernández, cargadas de cordura, sentido común y autoridad moral, están llamadas a producir efectos balsámicos en las filas socialistas.

Hace la autocrítica echada en falta por la curva declinante en la facturación electoral. Y deja muy claras las luces de posición que determinarán la hoja de ruta, en coherencia con la marca del partido. El no a un Gobierno del PP “está en la médula del militante” y ahí seguirá, aunque se opte por la abstención en la investidura de Mariano Rajoy.

Pero “hay asuntos de Estado en los que siempre estaremos con el Gobierno”. Por ejemplo, en el firme rechazo a unas nuevas elecciones. Así, la continuidad de Rajoy en La Moncloa sería un mal menor, a la luz de razones “tácticas”, que nada tienen que ver con las “ideológicas”.

Dos preguntas quedan sin respuesta. Una, la fecha del comité federal en el que espera verse respaldado. Y otra, la posibilidad de creciente circulación sobre un eventual salto de Javier Fernández al liderazgo del PSOE. Respecto a la primera, me permito adelantar la fecha del sábado 22. Y respecto a la segunda, es contundente su “no es no” a la hipótesis de que pudiera optar a la secretaría general del PSOE.

Aunque en sus declaraciones no haya sido tan explícito (“Solo pienso en el Gobierno de Asturias”, se limita a decir), tengo razones para anticipar que, respecto a dicha hipótesis, no se ablandaría como se ablandó al aceptar la presidencia de la gestora. “No quería ni a tiros”, en expresión de un exdirigente que, como tantos otros barones regionales, pusieron sus ojos en él como el más respetado, el más sólido, el más prudente y el de mayor autoridad moral, que son cualidades de reciente descubrimiento en amplias capas del PSOE.

El máximo responsable de la ejecutiva provisional sigue tratando de crear las condiciones de un viraje apacible del no a la abstención en el comité federal. Este es el órgano de dirección que, como depositario de la voluntad de la militancia (en “un partido con cultura representativa y no plebiscitaria”), marca la línea del partido y decide la política de pactos.

Fernández hace la autocrítica echada en falta por la curva declinante en la facturación electoral y deja claras las luces de posición que marca la hoja de ruta

La fecha que está en la cabeza de Fernández es la del sábado 22 de octubre. Ha descartado ya la más apresurada del sábado 15. Por dos razones. Una, dar tiempo a que calen los llamamientos a la unidad y el sosiego, tras la bochornosa jornada del 1 de octubre. Y otra, por la inoportuna coincidencia con las elecciones primarias en las que Miquel Iceta y Núria Parlón van a disputarse el liderazgo del PSC. Ambos están alineados en el “no es no” a Rajoy. Y así lo vienen pregonando en sus respectivas campañas. Pero ambos se atendrán a la decisión que tome el llamado 'consejo nacional' del PSC.

Javier Fernández lo ve difícil, pero se muestra convencido de que en dicho consejo nacional, ya elegido su primer secretario el día 15, se asumirá la decisión del comité federal del PSOE. Así, los siete diputados catalanes votarían en el Congreso como el resto del grupo parlamentario socialista y no se repetiría el precedente de febrero de 2013, cuando 13 de los 14 diputados del PSC rompieron la disciplina de voto del PSOE al apoyar una propuesta que defendía la consulta legal en Cataluña.