¿Tú me lo preguntas? Populismo eres tú

Una vez dijo Pablo Manuel Iglesias que algunos envidiaban a Podemos por la belleza de su doctrina. Dicho en un contexto político, como era el caso, el ramalazo poético no pasa de ser una simpleza. Pero nos permite parafrasear a Bécquer por cuenta de su famosa “rima” sobre el ser de la poesía como pretexto para terciar en el debate sobre el ser del populismo.

Donald Trump, el americano imprevisto, lo ha reverdecido y en España hemos entrado al trapo. En los ambientes políticos y periodísticos no se habla de otra cosa. Aunque el debate sea más viejo que la tos.

El pueblo como coartada. Más bien como método, aunque no suponga identificación ideológica de quienes ejercen o ejercieron el populismo a lo largo de la historia. Desde el despotismo ilustrado de Luis XIV (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”), hasta el cuñadismo no menos ilustrado de Iglesias, las doctrinas del poder se inspiran o dicen inspirarse en el 'pueblo' o las 'clases populares'. Léase 'la gente', en su novísima acepción, igualmente asociada al concepto fundacional de “democracia” , concebida como gobierno del pueblo para el pueblo.

Vale, populismo de toda laya. Recordemos el capitalismo popular de Thatcher, la teología del pueblo que abrazó el papa Francisco o el Partido Popular de Mariano Rajoy. Unos llevan la fama y otros cardan la lana. Véase el curioso cruce de recados entre Albert Rivera, Iglesias y Susana Díaz, que ha animado las redes sociales de estos días, a raíz del inesperado salto a la fama universal de Donald Trump.

El líder de Ciudadanos imaginó a Iglesias encantado con el triunfo del populista candidato republicano en las recientes elecciones norteamericanas porque “al final todos los populismos se tocan y defienden lo mismo, sean de extrema izquierda o de extrema derecha”. Y al líder de Podemos le faltó tiempo para arremeter contra Rivera por tener la “poca vergüenza” de hacer semejante comparación.

En esas estábamos cuando se sumó a la fiesta la presidenta de Andalucía y dirigente del PSOE a la espera, sorprendida por los parecidos entre Iglesias y el futuro presidente de EEUU en sus respectivos ataques contra la casta. “Esa música me suena”, dijo antes de rematar que quizás Iglesias y Trump “beben de la misma fuente”. Tampoco se hizo esperar el líder de Podemos para dejar su ocurrente chispazo en las redes sociales: “Yo quisiera saber qué se ha bebido ella”.

Rivera imaginó a Iglesias encantado con el triunfo de Trump porque “al final todos los populismos piden lo mismo, sean de extrema izquierda o derecha”

Un acercamiento desapasionado a la reyerta verbal de los tres partidos políticos teóricamente alineados en la oposición al Gobierno del PP nos crearía dificultades a la hora de decir cuál de ellos es más populista por el tipo de argumentos utilizados. Y no tanto porque los tres compitan en una carrera de demagogos sino porque el ejercicio de la política estuvo siempre cargado de populismo. Y tan populista es el Iglesias disfrazado de Capitán Trueno contra los corruptos, teniendo a algunos tan cerca, como Susana Díaz cuando, pongamos por caso, decreta la jornada de 35 horas para funcionarios andaluces a sabiendas de que no servirá de nada por falta de competencias.

Por si había dudas, alguien tan poco sospechoso de podemismo como el andaluz José Andrés Torres Mora, pensador de guardia en el PSOE, explicó que hasta su partido, cuya historia ha corrido en paralelo a la historia de España desde hace casi siglo y medio, “no ha sido inmune a las modas políticas”. “No lo fue en los años treinta del siglo pasado y no lo es ahora”, añade, recordando que “la moda política del momento es el populismo”.

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Isabel Morillo. Sevilla

De modo que si Íñigo Errejón entra en éxtasis mirando los vídeos de Evita Perón ('Construir pueblo', conversaciones con Mouffe), tampoco ha de extrañarnos que Pedro Sánchez sueñe con un PSOE sin dirigentes, que Oriol Junqueras se prepare para ser presidente de la República Independiente de Cataluña o que Mariano Rajoy levite proclamando a los cuatros vientos que España es el país que crea más empleo, aunque sea de aquella manera.

Al fin y al cabo son distintas modalidades de populismo, aunque solo algunas lleven la carga peyorativa. A cualquiera de sus figurantes le cuadraría el remedo nada romántico de Bécquer sobre la naturaleza del populismo: ¿Y tú me lo preguntas, Susana, Pablo, Íñigo, Pedro, Oriol, Albert…? Populismo eres tú.