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Vistalegre II y el miedo a las purgas
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Antonio Casado

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Vistalegre II y el miedo a las purgas

Llega el gran cónclave, de donde puede salir un Podemos abocado a quedarse en el gallinero de la política si gana Iglesias o a mirar hacia el PSOE si gana Errejón

Foto: Iglesias y Errejón en el pleno del Congreso de los Diputados. (EFE)
Iglesias y Errejón en el pleno del Congreso de los Diputados. (EFE)

Fin de semana de publicidad negativa en Podemos. Por el ruido de facas y egos en un partido envilecido demasiado pronto. Y por el miedo a las purgas del día después. Decía Trotski: "De los doce apóstoles de Cristo solo Judas salió traidor. Pero si hubiera logrado el poder habría presentado como traidores a los otros once” (de su 'Historia de la revolución rusa').

Tomen nota errejonistas y pablistas, que llegan al gran cónclave con un piolet camuflado en la mochila por si hace falta ajusticiar verbal y políticamente a los del bando perdedor.

Se les rompió el amor de tanto usarlo. Ahora las palabras vienen cargadas de rencor y cuentas pendientes. Ya hemos sabido que el fango estaba bajo sus pies y no en la malicia de quienes "envidian la belleza" de su proyecto. La envidia, como el fango, era un ingrediente más del proyecto, como demostró Iglesias el viernes en la radio, cuando acusó a sus íntimos envidiosos de no haberse curado ciertas frustraciones.

El fango estaba bajo sus pies y no en la malicia de quienes "envidian la belleza" de su proyecto. La envidia era, igual que el fango, un ingrediente más

Vamos con la aproximación política al acontecimiento del fin de semana. Nos dará ocasión de comparar con el paralelo del PP, donde se prepara la aclamación de Rajoy. "Para que los españoles puedan comprobar que son dos proyectos totalmente distintos", dijo Iglesias (¡qué clarividencia!), cuando anunció la deliberada coincidencia en fechas de los respectivos congresos.

De Vistalegre II va a salir un Podemos abocado a quedarse en el gallinero de la política, si gana Pablo Manuel. O a mirar hacia el PSOE, si gana Íñigo Errejón. Aquel es arrogancia, confrontación, agresividad y caudillismo. Lo que quiere es vencer. Este es realismo, transversalidad, moderación y diálogo. Lo que quiere es convencer.

Iglesias dice que Errejón se equivoca y debería rectificar. Dice Errejón, por su parte, que si gana Iglesias será más difícil echar a Rajoy y coincide en eso con las fuerzas del 'establishment'. Tal cual. Una victoria de Iglesias, cuyo liderazgo dispara el índice de rechazo a su partido, sería buena noticia para Mariano Rajoy y Javier Fernández, los valedores de la factual coalición al servicio de los intereses generales. A la espera de lo que ocurra en las primarias socialistas de mayo, claro.

Íñigo Errejón dice que si gana Iglesias será más difícil echar a Mariano Rajoy y coincide en eso con las fuerzas del 'establishment'

Hasta ese momento, la dirección provisional del PSOE y sus principales barones lo celebrarían como competidores de la izquierda mochilera. Estarían encantados teniendo a su izquierda a un partido con voluntad de "dar miedo" y aversión fundacional a convertirse en un partido como los otros, donde habitan los "sinvergüenzas, los corruptos y los responsables de la desigualdad", según la doctrina de Iglesias malograda, a su juicio, en la oferta electoral elaborada por Errejón ante las elecciones del 26 de junio de 2016.

"A esos, ya les damos miedo. Ese no es el reto. El reto es seducir a la parte de nuestro pueblo que aún no confía en nosotros", replica el aludido, su transversal número dos. Al menos hasta la noche del sábado (cierre de la votación telemática abierta el 4 de febrero), cuando se sepa si son unas u otras las tesis políticas más votadas por las bases de Podemos.

Si ganan las tesis errejonistas saldrá un Podemos de puentes tendidos hacia "una mayoría de españoles que ha desconectado de nosotros", según Errejón. Pero, sobre todo, de puentes tendidos hacia el PSOE. Sería posible si Iglesias llevase a cabo su anunciado mutis y Errejón no tuviera otro remedio que asumir el liderazgo.

En caso de derrota pablista, como se ve, se escenificaría el chantaje contenido en el anunciado mutis del Napoleón con coleta

Si ambas cosas ocurren, efectivamente, crecería la complicidad de los dos partidos mayoritarios de la izquierda y las posibilidades de desalojar al PP del poder. Pero también crecerían las posibilidades de que por los puentes tendidos entre Podemos y PSOE cientos de militantes socialistas, sobre todo de sus capas jóvenes, se pasaran al otro lado.

En caso de derrota pablista, como se ve, se escenificaría el chantaje contenido en el anunciado mutis del Napoleón con coleta que a esta hora sigue siendo el secretario general de Podemos. Ese anuncio está condicionando el cónclave general de la izquierda mochilera, pues el número dos sigue sin recoger el guante: "Si gana Íñigo, yo me voy y que gobierne él".

Nadie se atreve a especular sobre las consecuencias imprevisibles de la situación, un tanto absurda, de que ganasen las tesis de Errejón pero éste seguirá apostando por Iglesias como secretario general.

Fin de semana de publicidad negativa en Podemos. Por el ruido de facas y egos en un partido envilecido demasiado pronto. Y por el miedo a las purgas del día después. Decía Trotski: "De los doce apóstoles de Cristo solo Judas salió traidor. Pero si hubiera logrado el poder habría presentado como traidores a los otros once” (de su 'Historia de la revolución rusa').

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