Es noticia
Esas primarias que no traen más que desgracias
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Esas primarias que no traen más que desgracias

Nadie diría que falta más de un mes para la campaña oficial de las primarias socialistas. Los pretendientes al trono de Ferraz no paran de decir simplezas sin dejar de enseñarse los dientes

Foto: Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Pedro Sánchez y Susana Díaz.

Las primarias entraron en la vida del PSOE tras la espantada de Felipe González en junio de 1997 (34º congreso). Las implantó su sucesor, Joaquín Almunia, necesitado de legitimarse por la base como aspirante a la Moncloa. Por la base las ganó Borrell (mayo de 1998), que no tardaría en encontrar una excusa (escándalo Huguet y Aguiar) para huir de la bicefalia.

Desde entonces, las primarias no han traído más que desgracias al partido de Pablo Iglesias (la histórica figura de la barba, no el meritorio con coleta de reciente aparición). División interna, crispación, cainismo, banderías y vuelo de navajas. Todo eso lo acabaron mimetizando los cachorros del socialismo español. De sus mayores aprendieron a hablar. No a pensar.

Unos recalaron en Podemos, como Bustinduy (hijo de la exministra Ángeles Amador) o Ramón Espinar (del expresidente de la Asamblea de Madrid). Otros encajaron de mala gana en el PSOE de Felipe, Zapatero y Rubalcaba, como Beatriz Talegón, Adriana Lastra o el propio Pedro Sánchez.

Susana Díaz se maneja bien devolviendo las pelotas envenenadas de Sánchez. En Tenerife aseguró que lo suyo no es “asaltar los cielos”

Hojas verdes que le han salido al olmo centenario. Cómplices en la necesidad de pasar página. Los de Podemos no se identifican con la obra de la Transición y reniegan del régimen del 78. Y los que aún son militantes socialistas al corriente de pago se apuntan mayoritariamente a las tesis de Sánchez, que consisten en un banal desdén hacia el pasado: “Hagamos de las primarias un canto al futuro y no un ejercicio de nostalgia”. Y por ahí a la simpleza de que el próximo 21 de mayo los militantes deberán elegir entre el PSOE del siglo XX o el PSOE del siglo XXI. Ayer, erre que erre, claveteó su mensaje preferido en Asturias.

Por simplezas no va a quedar, porque hay calendario para aburrir. De hecho, nadie diría que falta más de un mes para que arranque la campaña oficial de las primarias socialistas. Los pretendientes al trono de Ferraz no paran. No paran de decir simplezas sin dejar de enseñarse los dientes. Para eso les hubieran sobrado los 12 días de mayo (del 9 al 20) previstos en el calendario aprobado por el comité federal del sábado pasado, aunque parecen decididos a competir en fogonazos verbales y no en propuestas pensadas en mejorar la vida de los ciudadanos.

El fin de semana fue derrochador en ese terreno. Susana Díaz se maneja bien devolviendo las pelotas envenenadas de Sánchez (uy, perdón) desde el fondo de la pista. Y el domingo, en Tenerife, aseguró que lo suyo no es “asaltar los cielos” (alusión a la impregnación podemita del sanchismo) sino “que la gente viva mejor”, lo cual marca la diferencia entre la izquierda “útil” frente a la izquierda de la pancarta.

Desde el otro extremo, Sánchez se siente montado en una ola imparable y que ninguna barrera podrá detenerlo en su retorno a Ferraz

Desde el otro extremo de la polarizada disputa (“como una moto, Pedro está como una moto”, dicen mis amigas Margarita Robles y Susana Sumelzo), el ex secretario general se siente montado en una ola imparable y que ninguna barrera podrá detenerlo en su retorno a Ferraz. “No habrá dique que pare la fuerza de la militancia”, dijo en Gijón. O sea, nuevo sartenazo al asturiano Javier Fernández, presidente de la comisión gestora, a la que acusa más o menos veladamente de favoritismo hacia Susana Díaz.

Entretanto, la lejana banda sonora de Patxi López, el tercero en discordia, sonó el domingo en San Sebastián, con los habituales lugares comunes que le permitirán caer del lado de Susana o de Sánchez, cinco minutos después de conocer el recuento del 21 de mayo por la noche. A saber: “En estos tiempos confusos, los socialistas son mas necesarios que nunca”, “el mejor PSOE volverá a representar una nueva esperanza para este país”, “los socialistas vascos nunca nos rendimos”. Y así sucesivamente.

Las primarias entraron en la vida del PSOE tras la espantada de Felipe González en junio de 1997 (34º congreso). Las implantó su sucesor, Joaquín Almunia, necesitado de legitimarse por la base como aspirante a la Moncloa. Por la base las ganó Borrell (mayo de 1998), que no tardaría en encontrar una excusa (escándalo Huguet y Aguiar) para huir de la bicefalia.

Pedro Sánchez Susana Díaz