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Sobre la 'podemización' de García-Page
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Antonio Casado

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Sobre la 'podemización' de García-Page

El líder socialista de Castilla-La Mancha se ha 'podemizado' antes que su secretario general. Todo sea por la causa. La de recuperar al PSOE como alternativa creíble de poder

Foto: Los secretarios regionales del PSOE y Podemos, Emiliano García-Page (izda) y José García Molina, sellan su acuerdo. (EFE)
Los secretarios regionales del PSOE y Podemos, Emiliano García-Page (izda) y José García Molina, sellan su acuerdo. (EFE)

Después del bloqueo presupuestario, al presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, solo le quedaban tres salidas: convocar elecciones, aparearse con el PP o aparejarse con Podemos. Ha elegido la menos mala de las tres y la que más conviene a sus intereses.

Lo demás son “chismes”, como dice Rajoy cuando le zumban los oídos con querellas palaciegas o reprobaciones de sus ministros favoritos. Y eso es lo que debe sentir Page cuando le reprochan haberse 'podemizado' incluso antes que su secretario general, Pedro Sánchez, haciendo bueno el dicho de que unos llevan la fama y otros cardan la lana.

La forja de volver a La Moncloa, arruinada tras el divorcio con sus electores, pasa por reconquistar el territorio de la izquierda perdido en mayo de 2010

Todo sea por la causa. La de recuperar al PSOE como alternativa creíble de poder, después de haber estado al borde de quedarse como tercera fuerza política nacional. La forja de esa posibilidad, la de volver a La Moncloa, arruinada tras el divorcio con sus electores, pasa por reconquistar el territorio de la izquierda perdido en mayo de 2010.

Esa es, equivocada o no, que eso ya se verá, la estrategia del nuevo líder socialista. Si de paso la operación siembra la discordia en el partido que, con Iglesias Turrión al frente, aspira a quedarse con el legado de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, pues miel sobre hojuelas en los cálculos de Sánchez y García-Page, que en el apareamiento castellano-manchego con Podemos han trabajado de forma coordinada.

Ambos parecen haber tomado al pie de la letra lo que, a mediados de noviembre del año pasado, uno de los inspiradores de la socialdemocracia española, José María Maravall, que fue ministro de Educación en la primera etapa del reinado felipista, declaraba públicamente. Que la aparición de la izquierda mochilera bautizada como Podemos es “la oportunidad de que el PSOE vuelva a cobrar vida”.

Como es natural, Sánchez nunca admitirá que en ese intento puede estar dando oxígeno a su gran competidor en el espacio de la izquierda

En vísperas del anunciado encuentro de Sánchez con Iglesias, es prácticamente unánime que el nuevo líder socialista ha visto en Podemos el resorte político y electoral que necesita el PSOE en la inaplazable tarea de reencontrarse a sí mismo. Como es natural, Sánchez nunca admitirá que en ese intento puede estar dando oxígeno a su gran competidor en el espacio de la izquierda.

De hecho, Iglesias, Echenique y compañía ya han celebrado el controvertido viraje socialista respecto a la ratificación del tratado de la Unión Europea con Canadá. Y tanto a nivel político como mediático se ha convertido en pedrada habitual contra el nuevo PSOE su peligrosa tendencia a 'podemizarse'.

No se ven así las cosas en Ferraz. Los nuevos guionistas del PSOE dicen que se trata de todo lo contrario. O sea, que Podemos se parezca cada vez más al PSOE y, a partir de ahí, formar un frente común para echar a Rajoy de La Moncloa y poner fin a “esta etapa negra del PP” (discurso de cierre de Sánchez en el reciente congreso federal de su partido).

Después del bloqueo presupuestario, al presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, solo le quedaban tres salidas: convocar elecciones, aparearse con el PP o aparejarse con Podemos. Ha elegido la menos mala de las tres y la que más conviene a sus intereses.

Emiliano García-Page Pedro Sánchez