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DDM, el sheriff innombrable que impone su ley en Castilla-La Mancha
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Nacho Cardero

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DDM, el sheriff innombrable que impone su ley en Castilla-La Mancha

DDM provocó la caída de CCM. Fue uno de los desencadenantes que llevaron a la intervención de Caja Castilla-La Mancha, punto de partida de la actual

DDM provocó la caída de CCM. Fue uno de los desencadenantes que llevaron a la intervención de Caja Castilla-La Mancha, punto de partida de la actual crisis financiera. DDM controla los medios de comunicación de la región y posee una televisión que ha puesto al servicio del poder y que es conocida coloquialmente como Telebarreda. DDM fue compañero de pupitre del presidente manchego en el Colegio de Nuestra Señora del Prado, los Marianistas, y dicen que es él, y no su amigo Barreda, quien dicta la ley en esta comunidad. El amo. El sheriff al norte de Despeñaperros. El innombrable. 

 

Domingo Díaz de Mera, 55, también es el dueño del Club Balonmano Ciudad Real. Lleva más de una década al frente de esta institución. Mostacho encanecido, frente despejada, viste casual, con polos coloridos y vaqueros desgastados, como si aún conservara el ropero de cuando cursaba Derecho en la Complutense. Tiene casa en los aledaños del Ayuntamiento, en una especie de dúplex elevado al cubo. Se le ve con frecuencia desayunando en los bares de alrededor. También en el AVE que lleva de esta ciudad manchega a Madrid. Siempre saluda. Es un tipo que gana en las distancias cortas y que ha situado a esta modesta localidad manchega en el mapa del deporte internacional. No en vano, Ciudad Real será una de las sedes del Mundial que se celebrará en España en 2013. Tiene a los lugareños rendidos a sus pies.

Díaz de Mera es profeta en su tierra. Sólo en su tierra. Fuera de Castilla-La Mancha tiene mala prensa. Dentro, no. Básicamente porque en Castilla-La Mancha él es el dueño de la prensa. Posee un holding, Green Publicidad y Medios, del que cuelgan sus licencias de televisión y radio, entre ellas CRN, Canal Regional de Noticias, esto es, Telebarreda. Su imagen siempre ha estado asociada a la propiedad de El Día de Ciudad Real, aunque ahora trata de desvincularse. En 1998 montó otro periódico, Las Noticias de Castilla-La Mancha, con delegaciones en las cinco provincias de la región y que cerró justo después de que Bono ganase las elecciones.

Tiene un blog personal, www.domingodiazdemera.com, que ha montado para defenderse de las críticas foráneas (“Las cosas claras: no le debo un euro a CCM. Basta Ya”, “Para los tontos no hay sermón”, “Agustín Flores Vadillo, administrador del aeropuerto, se equivoca”, son algunos de los post que ha escrito para tan singular bitácora). En un sucinto currículum dice que es presidente del Balonmano Ciudad Real, emprendedor e inversor en medios de comunicación, aunque omite sus remilgos a la hora de defender esa cosa tan etérea a la que llaman libertad de expresión.

Los compañeros socialistas insisten machaconamente a Barreda para que, aunque mantenga su sillón en el Palacio de Fuensalida tras las autonómicas, mida con cuentagotas sus apariciones públicas con Díaz de Mera

Fue muy sonado en la Red el caso del periodista Carlos Otto, redactor de El Día de Ciudad Real, quien el 27 de octubre de 2008 escribió en su blog personal el artículo Por encima del bien y del mal, un texto crítico con su ‘jefe’ Díaz de Mera y con Juan Antonio León Triviño, constructor y presidente del Aeropuerto de Ciudad Real. Al día siguiente fue despedido. También llaman la atención las ruedas de prensa del club de balonmano, con Dujsehabaev al frente, llamando “caradura” y “enemigo del club” a todo aquel que se atreva a mentar el nombre de Díaz de Mera en vano. No se le puede criticar. No se le puede nombrar. Es DDM.

Cospedal tampoco habla de él. Si acaso se vale de eufemismos y circunloquios cuando tiene que referirse a su bestia negra. Es como si al Partido Popular le hubieran pegado los labios con loctite. Quizá porque Díaz de Mera mantuvo una más que cordial relación con el anterior alcalde de Ciudad Real, el popular Francisco Gil-Ortega, y  también –aunque en menor grado- con la actual regidora, Rosa Romero, quien el pasado mes de junio le prorrogó la cesión del pabellón Quijote Arena por otros veinticinco años y anunció una nueva subvención de 330.000 euros para la presente temporada.

Se aproximan las elecciones y DDM es una bomba lapa bajo el maletero de PSOE y PP susceptible de explosionar en cualquier momento, de ahí que tanto unos como otros comiencen a marcar distancias. Los compañeros socialistas insisten machaconamente a Barreda para que, aunque mantenga su sillón en el Palacio de Fuensalida tras las autonómicas de 2011, eche lastre y mida con cuentagotas sus apariciones públicas con el inseparable Díaz de Mera. Por su lado, los populares tratan de hacer ver a su regidora lo inconveniente de acceder a las actuales pretensiones del empresario manchego, que quiere que el Ayuntamiento le cede gratuitamente más terrenos públicos en los aledaños del Quijote Arena para levantar un Centro de Alto Rendimiento.

CCM, Lábaro y otros pecados inmobiliarios

¿Pero dónde viene esta leyenda que si no es negra bien pudiera ser del color de la antracita y persigue a Díaz de Mera de un tiempo a esta parte? Del ladrillo. Es el origen de todos los males. Siempre es el ladrillo. Una fiebre que atacó de lleno a Díaz de Mera, que se dejó arrastrar por esa carrusel de compras, fusiones y dinero fácil en que se embarcó el sector, que le llevó a endeudarse de forma desproporcionada y que hizo que se convirtiera en el principal cliente de la intervenida Caja Castilla-La Mancha, hoy en manos de Cajastur. Tal es así que Díaz de Mera y sus socios Ignacio Barco y Román Sanahuja acaparaban el cuarenta por ciento de los recursos propios de CCM. En total, unos 700 millones de euros.

Ladrillo que ha tocado, ladrillo que ha terminado convertido en arcilla. Díaz de Mera fue socio de referencia y consejero de Colonial y Metrovacesa, compañías que se encuentran hoy en manos de los bancos y con la cotización en mínimos

Todo ello ha devenido en una cadena de dislates. Ladrillo que ha tocado, ladrillo que ha terminado convertido en arcilla. Díaz de Mera fue socio de referencia y consejero de Colonial y Metrovacesa, compañías que se encuentran hoy en manos de los bancos y con la cotización en mínimos. Global Consulting Partners, matriz desde la que realizaba buena parte de sus inversiones, se encuentra en concurso de acreedores, al igual que sus filiares. Labaro, inmobiliaria que presidía Julio Mateo pero que él dirigía desde la sombra, también. Además, está imputado a petición de la Fiscalía Anticorrupción en el llamado ‘Caso El Monte’ junto a Román Sanahuja por una operación de compraventa de acciones de Metrovacesa a un precio inferior al real.

Sanahuja hace ya años que puso tierra de por medio con Díaz de Mera. Ignacio Barco, en cambio, continúa fiel a su inseparable compañero de fatigas y quiebras. Barco, otro Quijote de la Mancha, dueño de la marca de quesos Villadiego, dio el pelotazo con la venta de la Tribuna de Ciudad Real al Grupo Correo (hoy Vocento). Actualmente comparte inversiones con Díaz de Mera en inmobiliarias, medios de comunicación, club de balonmano y aeropuerto de Ciudad Real. Es el parapeto que este último se ha puesto para que no le alcancen las balas. De hecho, cuando hace meses este diario le preguntó a Díaz de Mera por una de sus múltiples sociedades, Globalmet, se salió por la tangente: “Yo ya no estoy ahí. Barco. Es Barco el que está”. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con Díaz de Mera para la elaboración de este perfil.

Díaz de Mera, Barco, Triviño, Méndez Pozo et alii aparecen también detrás del fallido pelotazo del aeropuerto fantasma de Ciudad Real. Decimos fantasma porque es un proyecto hueco que está en suspensión de pagos, la dirección ha puesto en marcha un Expediente de Regulación de Empleo que afecta a toda la plantilla, y una empresa pública ha tenido que ‘enchufar’ 2,3 millones de euros a Vueling para que opere desde Ciudad Real, ya que Ryanair, Air Nostrum y Air Berlin se han marchado. Un puñado de vuelos semanales a Barcelona, otros dos a París, y basta. Los gestores han mandado un comunicado a los medios en el que se pide que no se hable de la situación del aeropuerto. No se les puede criticar. No se les puede nombrar.

Los vítores que cada fin de semana se escuchan en el Quijote Arena acallan quiebras y escándalos. Los éxitos del deporte ciudadrealeño sirven de redención para los pecadillos de Díaz de Mera. Este fin de año habrá cotillón en el Quijote Arena. El botellón lo promueven Jorge Díaz de Mera y Nacho Barco jr., hijos de los mencionados. Cava a raudales, Djs, cincuenta mil vatios de sonido y hasta lanzallamas. Mucho concurso de acreedores, mucha Fiscalía Anticorrupción, pero el show debe continuar.

- Entregas anteriores:

 

- Panamá City, el Shangri-La de los gallegos (y un señor de Murcia) en Iberoamérica (III)

- El aguarrás que todo lo puede de Joaquín Rivero y los topetazos de Anticorrupción (IV)

- De los calzones de Soros a las bragas de Madonna: el oasis catalán cambia de muda (V)

DDM provocó la caída de CCM. Fue uno de los desencadenantes que llevaron a la intervención de Caja Castilla-La Mancha, punto de partida de la actual crisis financiera. DDM controla los medios de comunicación de la región y posee una televisión que ha puesto al servicio del poder y que es conocida coloquialmente como Telebarreda. DDM fue compañero de pupitre del presidente manchego en el Colegio de Nuestra Señora del Prado, los Marianistas, y dicen que es él, y no su amigo Barreda, quien dicta la ley en esta comunidad. El amo. El sheriff al norte de Despeñaperros. El innombrable.