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La negra Navidad de L.B.
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Nacho Cardero

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La negra Navidad de L.B.

El ciclón Bárcenas ha menguado hasta poco más que cierzo. El hombre de los cuarenta y ocho millones de euros en cuentas helvéticas, el hombre que

Foto: Luis Bárcenas (Efe).
Luis Bárcenas (Efe).

El ciclón Bárcenas ha menguado hasta poco más que cierzo. El hombre de los cuarenta y ocho millones de euros en cuentas helvéticas, el hombre que vestía cover coats de cuello aterciopelado como los secundarios de las películas de Scorsese, que engullía cangrejos de río maridados con Pouilly-Fuissé igual que si fueran pipas, que coronaba montañas de lo más escarpadas y se perfilaba la barba con faca albaceteña, el hombre que amenazaba con acabar con el partido en el Gobierno y derribar las columnas del sistema cual Sansón redivivo, ese hombre, Luis Bárcenas, va a pasar el fin de año entre rejas en la cárcel de Soto del Real… y es más que probable que no sólo el fin de año.

“Apenas mantengo contacto con Bárcenas. Es difícil cuando uno está en la cárcel. Con Rosalía [la mujer de L.B.] hablo de vez en cuando”, detalla una persona de la confianza del extesorero. “Creo que se ha equivocado. De momento va a pasar una buena temporada en prisión: esta Navidad, Semana Santa, verano… Es un peligro para el Partido Popular que esté en la calle. Esto no tiene solución ni cambiando diametralmente de estrategia. No sería creíble. Ya es demasiado tarde”.

Su carácter se agrieta conforme transcurren los días. “El frío de su interior le helaba las viejas facciones, le amorataba la nariz afilada, le arrugaba las mejillas, le entorpecía la marcha, le enrojecía los ojos, le ponía azules los delgados labios; hablaba astutamente y con voz áspera”, describía Charles Dickens a Ebenezer Scrooge, hasta que los tres fantasmas, el de las Navidades pasadas, presentes y futuras, se le fueron apareciendo y ablandando su hasta entonces granítica alma. Si no estos espectros, otros parecidos deben merodear en estos momentos la celda del extesorero.

Bárcenas suplica ahora por una libertad provisional que ni llega ni se la espera. Relataba hace unos días El País que, coincidiendo con la llegada de las fiestas navideñas, había redoblado sus gestiones para salir de prisión a cambio de información contra el PP. La cosa, sin embargo, no pasaba de ahí. El juez, sus antiguos compañeros y hasta los medios que había utilizado de altavoces se llaman andana. Todos se desentienden del hombre que ha marcado la actualidad en este ejercicio que ya expira.

“No tiene más. Ha malgastado su bala de plata. La bala de plata nunca se dispara. Nunca se hace pública”, continúa su persona de confianza. “Yo le preguntaba, además de los papeles, ¿que más tienes…? Porque los papeles ya han salido en El País y están amortizados. Y me dice lo de los SMS. Le digo que se guarde esa bala en la recámara, que es la única que le queda. Cuando se alía con Pedro J., le pregunto si le ha pasado esos SMS. Me empieza a dar largas, que bueno, que un poco, que unas fotografías… ¡Le había pasado los SMS enteros! Le recomiendo que, si está a tiempo, lo pare, que no se publiquen… pero ya no había vuelta atrás”.

placeholder Intercambio de sms entre Rajoy y Bárcenas
Intercambio de sms entre Rajoy y Bárcenas

 

El calendario de mesa marcaba la fecha exacta: 14 de julio de 2013. Ese domingo, los teléfonos bufaban como sólo lo hacen cuando traen noticias que te dejan un nudo en el estómago. La mayoría de los interlocutores llamaban para comentar la información y al final, de apostilla, dar por finiquitado a Rajoy. “Esto ya no lo aguanta”, decían. Ese domingo, El Mundo publicaba los mensajes de ánimo que el presidente había enviado a Bárcenas hasta bien entrado el 2013, cuando las acusaciones que se vertían sobre este último eran algo más que especulaciones. “Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir, que alguien te ayude, tampoco hacen falta muchos” (mayo de 2011); “Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo” (febrero de 2012); “Luis, lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo” (enero de 2013).

Meses después, El Mundo volvía a la carga con nuevos SMS de los que se colegía que el presidente de La Razón, Mauricio Casals, había estado ejerciendo de cicerone entre el PP y Bárcenas para pactar con este último y acallarle. Estos mensajes, lanzados con bazuca en prensa, dejaban a los pies de los caballos a Cospedal y Arenas -que habían negado machaconamente ante el juez Ruz haber participado en un pacto económico con el extesorero- y sacaban los colores a Rajoy, que poco antes había subido al atril del Congreso para reconocer que se había equivocado por “mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no lo merecía”, pero negaba cualquier acción u omisión para “encubrir a un presunto culpable”.

 

Mal que bien, Rajoy ha superado la embestida. No así Bárcenas. Los allegados al extesorero arguyen fallo de estrategia, no haber elegido con acierto a sus aliados. “La defensa de Bárcenas ha estado al servicio de El Mundo y no tanto de Luis. Cuando te nombran abogado [Javier Gómez de Liaño] el día 11 [de julio] y tienes una comparecencia cuatro días después, lo normal es solicitar al juez dos, tres, cuatro días más para poder prepararte. Y no se hace porque se prefiere el impacto mediático. ¿Es el abogado quien gobierna la causa o es Pedro J. quien lo hace dentro de esa ofensiva que había lanzado contra el presidente del Gobierno? Yo le decía: ‘Luis, no te equivoques, no busques confrontación sino colaboración’. Si hubiera pactado, seguramente estaría en la calle. Pero ahora el PP no se va a prestar a nada”.

“Lo de Luis respecto a lo del PP va a quedar en nada o en muy poco”, admite el entorno de Bárcenas. “Basta ver las últimas imputaciones a empresarios. Son diez, sí, pero ¿a quién mete el juez Ruz? Y sobre todo: ¿A quién deja fuera? Se está incurriendo en una bizcochabilidad nada desdeñable. Es cierto que el juez sacó aquel famoso auto sobre la financiación del PP, que es un auto que puede dañar la imagen del partido, pero no va más allá, no en el sentido de las responsabilidades que se les pueda pedir en un futuro. ¿Por qué imputa a diez empresarios que nadie conoce y deja fuera a López del Hierro? Como siempre, pagan los de abajo por los pecados de los de arriba”.

El 2013 fue el año en el que Bárcenas y la Justicia pusieron contra las cuerdas al partido en el Gobierno. Ante tesitura tan delicada, mandaron al primero a la cárcel de Soto del Real mientras que a la segunda se la echaron al morral como perdiz recién escopeteada. El nuevo poder judicial sintoniza con la bandería de la gaviota. En el CGPJ cuentan con Carlos Lesmes, quien fuera director general de Relaciones con la Administración de Justicia con el Gobierno Aznar, y en el Constitucional tienen en la presidencia a Francisco Pérez de los Cobos, quien durante algún tiempo compaginó su militancia en el PP con su puesto como magistrado. Así las cosas, los problemas ya son menos. Mientras en Génova comienzan a dormir tranquilos, los fantasmas siguen merodeando por la celda de Bárcenas. Navidad, negra Navidad.

El ciclón Bárcenas ha menguado hasta poco más que cierzo. El hombre de los cuarenta y ocho millones de euros en cuentas helvéticas, el hombre que vestía cover coats de cuello aterciopelado como los secundarios de las películas de Scorsese, que engullía cangrejos de río maridados con Pouilly-Fuissé igual que si fueran pipas, que coronaba montañas de lo más escarpadas y se perfilaba la barba con faca albaceteña, el hombre que amenazaba con acabar con el partido en el Gobierno y derribar las columnas del sistema cual Sansón redivivo, ese hombre, Luis Bárcenas, va a pasar el fin de año entre rejas en la cárcel de Soto del Real… y es más que probable que no sólo el fin de año.

Luis Bárcenas Mariano Rajoy