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Nacho Cardero

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Ciudadano Rajoy

El presidente del Gobierno se embute la camiseta naranja de C's, sabedor de que la formación de Albert Rivera puede 'matar' al Partido Popular pero, al mismo tiempo, puede devolverle la vida

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Ciudadanos se ha descorchado y se muestra finalmente como lo que es, el gran tapado de las elecciones, el Podemos de la derecha, la formación a la que acudirán aquellos votantes del PP ‘cabreados’ con Rajoy para mostrar su desafección con el Gobierno. Canibaliza progresivamente a UPyD y recibe un apoyo en Madrid que ni los Rolling Stones cuando actúan en el Calderón.

Albert Rivera, última rockstar de la capital, amenaza con pegar un mordisco electoral al Partido Popular que lo va a dejartiritando. De continuar la tendencia de los sondeos, los consultores le pronostican hasta un 15% de los votos. Ciudadanos irrumpiría como la mayor amenaza para el PP al ocupar parte de su espectro ideológico. Ante semejante panorama, ¿será la puntilla a la maltrecha formación de Mariano Rajoy? Nada de eso. Ciudadanos'mata' al PP, pero paradójicamente será tambiénquienle déla vida.

La estrategia de Pedro Arriola ha devenido errónea. La hoja de ruta del gurú popular, según la cual la mejoría de la economía española y la falta de alternativas en el centro-derecha les permitiría recuperar parte de esos cuatro millones de votos perdidos respecto a 2011, atraerlos desde el limbo de la abstención bajo la amenaza ‘que viene el Coletas’ y lograr así ese 35% de votos con el que podrían gobernar cómodamente, esa hoja de ruta, digo, se ha demostrado que tiene más borrones que un cuadernillo Rubio. El hecho real es que ni el factor económico está resultando tan decisivo como se presuponía ni el ‘abstencionista cabreado’ se tapará la nariz para votar al PP y frenar a Podemos. No. Ahora tiene a Ciudadanos.

Albert Rivera es el ajuar que toda madre del PP querría para la boda de su hija: defiende la unidad de España en Cataluña, se declara constitucionalista, tiene un discurso moderado entre liberal y socialdemócrata, es educado, amable, no exhibe muchas ideas pero tampoco dice tonterías y, sobre todo, no tiene pasado. Es decir, no está manchado por la bicha de la corrupción. Más bien parece un producto sacado de las estanterías del Toys ‘R’ Us.

El nuevo juguete del centro-derecha causa furor. Nació como protesta por el exceso de catalanismo que se daba en aquella comunidad, en la misma línea discursiva que abanderaba Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, del que tomó sus ideas y en el que se apoyó Rivera para fundar Ciudadanos. Luego, durante los años del Tripartito, arañó votos de entre los descontentos del PSC por encamarse con los independentistas y ahora, en la égida popular, lo hace del partido que dirige el país.

Ciudadanos pesca en la redes de esos 4 millones de votantes que ha perdido el PP y que no volverán por mucha recuperación que venda TVE

Según diseccionaba el politólogo Oriol Bartomeus en Agenda Pública, “prácticamente la mitad de los que declaran intención de votar a Ciudadanos han dado su apoyo a los populares en las últimas generales, y casi un 30% no había votado en esas mismas elecciones. Estas serían las dos grandes vías de apoyo al nuevo partido”. Sin embargo, en contra de lo que se podría pensar en un primer análisis, esta circunstancia no supone una hecatombe para las huestes de Génova, ya que se observa que “Ciudadanos no afecta al voto fiel del PP, sino a aquel segmento de votantes que desde 2012 se mostraban indecisos… o que querían votar a UPyD”.

Estos exvotantes del PP, que jamás iban a optar ya por la papeleta de la gaviotapor mucho que la economía creciera un 3% en 2015 o la tasa de paro bajara con guarismos jamás antes vistos –yque quieren castigar a Rajoy, pero que no saben cómo hacerlo, pues irse con el PSOE sería como hacerte el harakiri y votar a Podemos sería venderse al misticismo de Maduro– están desertando en masa hacia la formación de Rivera.

Decía la precandidata de C’s en Madrid, Begoña Villacís, que no "somosde izquierdas ni de derechas, somosnaranja”. Tal vez sea ese el espíritu originario que exuda Ciudadanos, pero la realidad es que este partido se nutre fundamentalmente de descontentos del PP, más que del PSOE, abre un espacio para las alianzas postelectorales y puede proporcionar a la formación que actualmente ostenta el poder las mayorías que necesita para gobernar en municipales y autonómicas. Es probable queel PP quieratransmitirla imagen de que es necesario salir al ataque contra la amenaza de Ciudadanos, como decía ayer Lucía Méndez en El Mundo, pero desde un punto de vista práctico, Arriola le debe estar sugiriendo ahora mismoa Rajoy que se embuta, en silencio y en la intimidad, la camiseta naranja de C’s.

Con el enérgico apoyo social recibido en los últimos actos y el fichaje de nombres tan exóticos como sonados como los de Luis Garicano y Manuel Conthe, Ciudadanos está obligando a recalcular el GPS de los sondeos electorales. El primero de todos, el que tiene que ver con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Ahí Ciudadanos resultará clave para salvar la presumible ingobernabilidad de estas instituciones. Luego vendrán las elecciones catalanas, donde puede situarse como primer partido no nacionalista. Lo que no ha conseguido el PPC lo está consiguiendo Rivera. Cosas a tener en cuenta por el ‘Ciudadano Rajoy’.

Ciudadanos se ha descorchado y se muestra finalmente como lo que es, el gran tapado de las elecciones, el Podemos de la derecha, la formación a la que acudirán aquellos votantes del PP ‘cabreados’ con Rajoy para mostrar su desafección con el Gobierno. Canibaliza progresivamente a UPyD y recibe un apoyo en Madrid que ni los Rolling Stones cuando actúan en el Calderón.

Mariano Rajoy Ciudadanos