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El miedo del capital al 'lobo' de Podemos
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Nacho Cardero

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El miedo del capital al 'lobo' de Podemos

¿Habrá fuga de capitales? “Es un escenario que entra dentro de lo probable”, admite uno de esos ‘embajadores económicos’ que tiene España ante los grandes fondos internacionales

Foto: Ilustración: Raúl Arias
Ilustración: Raúl Arias

¿Habrá fuga de capitales? “Es un escenario que entra dentro de lo probable”, admitía uno de esos ‘embajadores económicos’ que tiene España ante los grandes fondos de inversión internacionales. “Aunque no es comparable nuestra situación con la de Grecia, en tanto en cuanto somos un país mucho más serio, el dinero se caracteriza por su cobardía y por huir de la inestabilidad. Y ahora mismo, en España, hay miedo e inseguridad política”.

Moody’s, que no es Nostradamus pero le gusta jugar a las profecías, advertía en su último informe de “que la imprevisibilidad del panorama político es uno de los riesgos clave para 2015”. “La incertidumbre”, destacaba la agencia de calificación, “ha aumentado ante las elecciones que se celebrarán a finales de año” por el avance de un partido antisistema que puede golpear con dureza la economía nacional. Con tan aciago panorama, Moody’s, que hace subir o bajar el pan según el tono de sus análisis, se negaba finalmente a mejorar el rating.

Las imágenes de Pablo Iglesias en el Círculo de Bellas Artes, remake castizo de Willy Wonka y la fábrica de chocolate –con sus seguidores coreando “Pablo presidente” y “Sí se puede” igual que los oompa loompa cantaban eso de “do-ba-dee-doo”–, mantienen en vilo al mundo del dinero. Sobre todo al de aquí, al que tiene asiento en el Consejo Empresarial de la Competitividad y cuenta con palco en el Teatro Real. Pero no solo. También el foráneo, testigo de cómo ese señor con coleta y mochila se pasea por Wall Street como si estuviera de cañas en Lavapiés, se pregunta por la España que quedará tras la cascada de elecciones que tendrálugar este2015.

“Estuve la semana pasada en Nueva York reunido con los fondos y no supe qué contarles. Se me fundieron los plomos”, admitía el ‘embajador económico’ antescitado. “Puedes explicar siete años de recesión. Explicas que lo hicimos peor que el resto, que no hicimos a tiempo nuestros deberes, pero que ahora –y es verdad– el cuadro macro se va arreglando. Creceremos este año al 2,5%... El problema es que ya no es esa la pregunta que les preocupa. Es otra: ¿qué va a pasar en noviembre? Y no me sale eso de la gran alianza entre los dos grandes partidos. Es la respuesta que ellos quieren escuchar, pero no me sale. Yo, que animo a los inversores a venir aquí, no tenía ni idea de qué contarles”.

En su informe del pasado 27 de febrero, en el apartado dedicado a España (A tale of two halves), Bank of America Merrill Lynch incidía en que “la imperfecta proporcionalidad del sistema electoral, las pequeñas muestras de los sondeos, el voto oculto y la aparición de nuevos partidos” dejaban el camino expedito a grandes sorpresas. Pase lo que pase en las generales, remarcaba el banco, no hay duda de que el arco parlamentario quedará altamente fragmentado y con un Gobierno “que no será lo suficientemente fuerte para implementar los ajustes fiscales y las reformas estructurales que necesita el país”.

Más aún, continuaba BoAML, si Podemos tuviera una influencia notable en la España que quede tras las elecciones de 2015, podríamos ver una venta masiva de bonos como en 2011 y 2012 por temor a una reestructuración de la deuda española. Una situación que sería fácilmente contrarrestada por el Banco Central Europeo siempre y cuando la formación de Iglesias no ganara directamente las elecciones. Si se diera este último escenario, alertaba el banco de inversión, “ni el QE sería suficiente”. BoAML estimaba para España un crecimiento en 2015 del 2,2%. Para el 2016, sin embargo, reducía esta previsión tres décimas, hasta el 1,9%, por “la volatilidad del panorama político”.

Después de repetir machaconamente “que viene el lobo”, “que viene el lobo”, nos encontramos a menos de un año de las elecciones y el ‘lobo’ ya está aquí. En el Círculo de Bellas Artes, Pablo Iglesias, que maneja las cámaras igual que Messi juega con el balón, con suavidad y chutando a puerta vacía por incomparecencia del contrario, soltó aquello de que pretende poner un nuevo impuesto "para que pague más el que más tiene" y "hacer que los de arriba se aprieten el cinturón". Un impuesto a los ricos con el que se recaudaría lo equivalente al 0,23% del PIB y serviría para sufragar el Estado del bienestar.

De ser cierta la frase de Iglesias, "amar a tu país es tributar en tu país", deberíamos llegar a la conclusión de que en España hay un grave déficit de patriotas. Aquí no paga impuestos ni Antoñita la Fantástica. No lo hace ni el que fuera vicepresidente del Gobierno y capo del FMI en Washington, Rodrigo Rato, que usaba tarjeta black para sus gastos personales, ni lo hacen Juan Iranzo y Estanislao Rodríguez-Ponga, todavía hoy decano y tesorero, respectivamente, del Colegio de Economistas de Madrid, que tiraban de idéntica credit card haciendo como que no sabían. Tampoco los titulares de cuenta suiza de la lista Falciani ni las multinacionales con acuerdos con Luxemburgo. Hasta el expresidenteAznar parece tener deudas pendientes con el fisco, a tenor de la investigación de la Agencia Tributaria a Famaztella, la sociedad que este mantiene con su mujer.

De ser cierta la frase de Iglesias ('amar a tu país es tributar en tu país'), hay un grave déficit de patriotas. Aquí no paga impuestos ni Antoñita la Fantástica

Los ‘chicos’ de Podemos, consejos vendo que para mí no tengo, tampoco son los más adecuados para dar lecciones de ética, sobre todo después de que Montoro tuviera que mandar a Monedero dos agentes de aduanas, de esos que llevan pistola y chaleco antibalas, como rezongaba el número tres de la formación de izquierdas, para que dejara de esquivar a los inspectores y cumpliera con sus obligaciones fiscales. Una cosa es predicar y otra, muy distinta, dar trigo. Ahora Monedero se encasqueta gorra de los USA y bufanda al estilo Roldán para que no lo reconozcan por la Gran Vía madrileña.

Montoro, que no se casa con nadie por esode ser de Jaén, ha logrado aflorar casi 110.000 millones ocultos gracias a los modelos 720 y 750, aprobados en esta legislatura. También está promoviendo modificaciones en el ya famoso artículo 95 de la Ley General Tributaria para poder publicar las listas de deudores y defraudadores a Hacienda. Aparecerían por primera vez, si es aprobada la nueva norma, en el cuarto trimestre de este año. Aquellas personas que el próximo 31 de julio deban a Hacienda más de un millón de euros verán sus nombres y apellidos en la lista prime time de defraudadores. Alguno ya se está echandoa temblar.

¿Habrá fuga de capitales? “Es un escenario que entra dentro de lo probable”, admitía uno de esos ‘embajadores económicos’ que tiene España ante los grandes fondos de inversión internacionales. “Aunque no es comparable nuestra situación con la de Grecia, en tanto en cuanto somos un país mucho más serio, el dinero se caracteriza por su cobardía y por huir de la inestabilidad. Y ahora mismo, en España, hay miedo e inseguridad política”.