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Los negocios de Duro Felguera y el clan de los asturianos con los ‘otros hijos’ de Chávez
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Nacho Cardero

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Los negocios de Duro Felguera y el clan de los asturianos con los ‘otros hijos’ de Chávez

Compuesto por un reducido número de empresarios asturianos, el clan se ha aprovechado para hacer negocio de los millonarios contratos de emergencia nacional de Venezuela

Foto: De izquierda a derecha, Álex Betancourt, Pedro Trebbau y Juan Carlos Torres Inclán.
De izquierda a derecha, Álex Betancourt, Pedro Trebbau y Juan Carlos Torres Inclán.

Los llaman el clan de los asturianos y está compuesto por un reducido número de empresarios de aquella región que, unidos por su estrecha relación personal y profesional, se ha aprovechado para hacer negocio de los millonarios contratos de emergencia nacional que el Gobierno de Hugo Chávez empezó a repartir de forma discrecional a partir de 2009. Contratos a dedo, sin concurso ni control. Decenas de miles de millones de euros. Un tráfago incesante de dinero, aquí y acullá, del que participaron las compañías asturianas Duro Felguera, en aquellos años presidida por Juan Carlos Torres Inclán; Essentium, que tenía como cabeza visible a Valentín Monje, y TSK, del acaudalado empresario Sabino García Vallina.

Duro y Essentium aparecen en los informes del Sepblac, de la UDEF y en investigaciones de la prensa extranjera. Pagaban comisiones de entre el 4,5 y 5,5% del total del montante a cambio de proyectos. Según el informe del Servicio de Prevención para el Blanqueo de Capitales español (Sepblac), que ha conducido a la intervención de Banco Madrid, Duro Felguera abonó 50 millones de euros a un dirigente chavista por una “asesoría oral” para hacerse con un contrato de más de 1.500 millones para la construcción de dos grupos de ciclo combinado en Venezuela. A preguntas de este diario, un portavoz oficial aseveró en un escueto SMS que “todo era legal”.

Duro Felguera no era la única. En el documento del Sepblac se puede leer igualmente que otra de las compañías mencionadas, Constructora Hispánica, ahora propiedad de Essentium, abonó una comisión del 4,5% para hacerse, junto a CAF, Cobra y Dimetronic, con un contrato para remodelar la línea 1 del metro de Caracas.

Además del metro, el gobierno de Chávez dio mandato, por la vía de urgencia, para la construcción de decenas de miles de viviendas sociales. De todas ellas, 3.264 fueron adjudicadas a MCH, filial de Essentium, para que las levantara en Santa Teresa de Tuy, localidad próxima a una de las sedes de PDVSA, la todopoderosa petrolera estatal venezolana. Un informe de la UDEF detalla movimientos bancarios en esta operación, que “sin duda evidencia el uso de maniobras de blanqueo”. Un portavoz de Essentium, sin embargo, asegura a este diario que “el Banco de España conoce todas las cuentas y movimientos con Venezuela y siempre ha dado su visto bueno”. Respecto al pago de comisiones, admite la existencia de “representantes comerciales”.

Aunque ya venía de tiempo atrás, la irrupción del clan de los asturianos en Venezuela empezó a acelerarse en el año 2009, momento en que el país detectó graves problemas de desabastecimiento energético por culpa, entre otros, delNiño. Es entonces cuando, bajo la etiqueta de adjudicaciones por régimen de emergencia, prodigan los contratos inflados, con montantes muy por encima del valor real de la operación.

Uno fue el de Duro Felguera para la construcción de dos plantas eléctricas, un proyecto que, tal y como reflejaba la nota de prensa de la propia compañía asturiana, se enmarcaba “dentro de los planes de la Administración venezolana para atender el crecimiento de la demanda eléctrica que se registra en Caracas y su área de influencia”. El puente de plata mediante el cual el entonces presidente de la española Juan Carlos Torres pudo hacerse con este contrato no fue otro que la anterior cúpula de Hugo Chávez, esto es, los mismos jerarcas ‘bolivarianos’ que ahora aparecen negro sobre blanco en las cuentas de Banco Madrid y que están siendo investigados por las autoridades norteamericanas y españolas por supuesto blanqueo de capitales. El principal nexo de unión era el exviceministro de Energía y Petróleo, Nervis Villalobos.

En el año 2011, por un cambio de estrategia de los accionistas, Duro Felguera prescindió de Torres, quien unos años atrás ya había sido investigado por Hacienda por un presunto caso de evasión fiscal a Suiza. Dos de los accionistas de Duro, el avilesino Melca y el gijonés TSK, votaron en contra del cambio en la gestión de la compañía.

Fue precisamente esta circunstancia la que sirvió de espoleta para la creación del ‘clan de los asturianos’. Así, expulsado de Duro Felguera, Torres se acercó a TSK y Essentium para seguir haciendo negocios con Venezuela aprovechado su vínculo con el entorno de Villalobos. En este clan estaba Valentín Monje Tuñón, fundador del grupo Essentium y padre de la tesorera del Barcelona, Susana Monje. Tal y como ya señalara Manuel Cerdán en El Confidencial, Tuñón Monje esconde tras de sí un amplio historial judicial, plagado de procesos por estafa, falsedad y apropiación indebida. Los antecedentes del empresario asturiano que figuran en los registros policiales y judiciales se elevan a una veintena de causas.

En cuanto a TSK, preguntado por la relación posterior de esta empresa con quien fuera presidente de Duro Felguera, este diario no ha recibido todavía respuesta.

Derwick: los ‘bolichicos’ conquistan Madrid

Como intermediario ante el clan de los asturianos, Villalobos se valía de la sociedad Derwick. Según relata el diario El Mundo, el exembajador de EEUU en Venezuela Otto Reich presentó una denuncia en 2013 por sobornos de Derwick al exviceministro de Energía y Petróleo para la consecución de proyectos energéticos.

¿Quién se esconde tras Derwick? Un grupo de jóvenes venezolanos, más que ricos, más que millonarios, conocidos allí como los ‘bolichicos’, compañeros todos ellos en el Instituto las Cumbres de Caracas, perteneciente a los Legionarios de Cristo, que se mueven a caballo entre Miami, Nueva York y Madrid, y que, más aún, se han adueñando ‘inmobiliariamente’ de la capital de España aprovechándose de la crisis por la que ha atravesado el país. Igual se les ve consumiendo Petrus de a 1.500 la botella que comprando edificios como en el monopoly. Esta comunidad de ricos venezolanos, la de los Vargas, la de los Cisneros, en torno a la que también gira Derwick, se ha asentado la zona prime de Madrid. A muchos de ellos se les puede ver en los rededores de Alfonso XII, frente al Retiro. Venezuela, capital Madrid.

Detrás de Derwick están nombres tan conocidos del madrileño vip como el empresario Alex Betancourt López, con negocios de caza y ganadería, entre otros

Detrás de esta sociedad se encuentran nombres tan conocidos del madrileño vip como el empresario Alex Betancourt López, con negocios de caza y ganadería, entre otros, quien se casara recientemente en Los Jerónimos y celebrara su boda en la finca El Rincón, en Aldea del Fresno, propiedad del marqués de Griñón, de la que fue testigo el papel cuché. Alejandro Betancourt y su madre, Lilia López, en su día novia del torero Palomo Linares, fueron quienes adquirieron la finca del expresidente de la CEOE, hoy en prisión, Gerardo Díaz Ferrán.

Derwick ha dado pie a muchas noticias y literatura al otro lado del charco por sus negocios poco claros y su relación con PDVSA. Otro de los fundadores de esta sociedad es Pedro Trebbau, primo de Alex. “¿Quién se lleva los contratos de emergencia en Venezuela? Derwick y, si no, la sociedad que diga Derwick”, explica una persona próxima a su círculo. “¿Quién y cómo se construye esta red? A través del viceministro de energía, Nervis Villalobos, y a través de Andrés Alvarado, alias ‘Pardi’, hijo del viceministro de electricidad JavierAlvarado. Estos son sus apoyos con los gobiernos primero de Chávez y luego de Maduro. También se apoyan en el ya expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez. PDVSA es clave en todo”.

Estos nombres, estos lazos, son los que ahora han quedado al descubierto con la intervención de Banco Madrid y desenmascaran la realidad de una Venezuela ajena a la que vende aquel Ejecutivo a sus ciudadanos.

Los llaman el clan de los asturianos y está compuesto por un reducido número de empresarios de aquella región que, unidos por su estrecha relación personal y profesional, se ha aprovechado para hacer negocio de los millonarios contratos de emergencia nacional que el Gobierno de Hugo Chávez empezó a repartir de forma discrecional a partir de 2009. Contratos a dedo, sin concurso ni control. Decenas de miles de millones de euros. Un tráfago incesante de dinero, aquí y acullá, del que participaron las compañías asturianas Duro Felguera, en aquellos años presidida por Juan Carlos Torres Inclán; Essentium, que tenía como cabeza visible a Valentín Monje, y TSK, del acaudalado empresario Sabino García Vallina.

UDEF Hugo Chávez Duro Felguera