Es noticia
La lista de empresarios que esperan un vuelco el 20-D para controlar el Ibex
  1. España
  2. Caza Mayor
Nacho Cardero

Caza Mayor

Por

La lista de empresarios que esperan un vuelco el 20-D para controlar el Ibex

El Gobierno cree que las grandes empresas han cambiado de caballo: "Estas compañías que nos dan ahora esquinazo son las mismas que querían que pidiéramos el rescate, ¿o acaso no es así?"

Foto: Ilustración: PLL
Ilustración: PLL

Las elecciones del 20 de diciembre se prestan mucho a la fabulación y a comentarios apócrifos de toda índole. Entre los más fantasiosos, hay uno que circula por los pasillos de la Plaza de la Lealtad y los despachos de los gerifaltes del parné, según el cual ya habría elaborada una lista de nuevos presidentes de las grandes compañías en caso de vuelco electoral el 20-D. Se trata de ir tomando posiciones. Los empresarios no se casan ni con el PP ni con ningún partido. Los empresarios solo se casan con el poder. El resto les da igual: que se hunda el mundo pero que a mí me pongan otro daiquiri.

La proliferación de estas historias, a priori dentro del género de la ciencia ficción, ha ido calando sin embargo en el ánimo del Gobierno hasta el punto de darles carta de naturaleza y pensar muy seriamente que el Ibex ha cambiado de caballo en el tramo final de la legislatura y se ha subido al jamelgo de Albert Rivera. Hay muchas informaciones en las últimas semanas que inciden en esta hipotética aproximación a C's.

Se ha llegado a tal extremo, y son tales los recelos del PP, que desde los balcones de Génova se han puesto a mirar con lupa quién asiste o deja de asistir a los actos a los que acude Rajoy, como el reciente premio que Juncker recibió en Madrid, o qué encuentros le organizan al líder de Ciudadanos, como el aquelarre de este miércoles con Puente Aéreo (si antes no lo anulan por miedo a los resquemores que este puede levantar en el Ejecutivo).

“Estas empresas que nos dan ahora esquinazo son las mismas que querían que pidiéramos el rescate, ¿o acaso no es así?”, señalan en los aledaños de La Moncloa. “¿Qué entienden ellos de política? No saben. Hablo del concepto en general… Es cierto que hubo un momento en el que arrimaron el hombro, que fue cuando se asustaron con el ‘coletas’ y se posicionaron en su contra. Ahora que ya no existe esa amenaza, han empezado a aproximarse descaradamente a Ciudadanos, esa formación que a día de hoy todavía no sabemos cómo se financia pero que tiene sedes por todas partes”.

Más que la CEOE, el centro de reunión de las grandes compañías es el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), que está tutelado por Telefónica, Santander y BBVA. Pensar que desde el CEC -una jaula de grillos donde cada uno vela por sus propios intereses- se pueda elaborar una estrategia común para orillar al Partido Popular y aproximarse a Pedro Sánchez o Rivera resulta casi tan ingenuo como creer en los Reyes Magos.

“Las empresas que nos dan ahora esquinazo son las mismas que querían que pidiéramos el rescate. ¿Qué sabrán de política?“, dicen en los aledaños de Moncloa

No hay dicha estrategia contra el PP. Lo que sí hay es una sensación de hastío con Rajoy, especialmente entre aquellos que han sido ‘maltratados’ por la política económica y energética del Ejecutivo, caso de las renovables. Rajoy nunca ha terminado de llevarse bien con el mundo del dinero. Es como si le produjera urticaria. De ahí que algunos prohombres de la cosa postularan ya desde hace tiempo que su hueco fuera ocupado por otro candidato.

Consideraban que la imagen del presidente estaba muy deteriorada y sin visos de recuperación, y le aconsejaban que ‘hiciera un Rubalcaba’. Si no le hubieran pasado el testigo a Alfredo Pérez Rubalcaba y los socialistas se hubieran obcecado en llevar a Zapatero en 2011 a pesar del hundimiento de su imagen, se hubieran ido a los 70 diputados en vez de los 110 que se obtuvieron finalmente. Hay temor a que esto ocurra con el PP.

En este sentido, creen que la irrupción atronadora de Albert Rivera en el panorama político resulta saludable para España, no tanto porque apuesten por su formación como porque “le pueda hacer el trabajo sucio al PP y limpiarlo de personas que suponen un lastre”. Lo mismo puede decirse si Ciudadanos opta por el PSOE. Entienden que su simple presencia marcará unas líneas rojas, en cuanto al proceso catalán y los cantos populistas de la extrema izquierda -líneas muy en sintonía con el pensamiento del Ibex-, que Pedro Sánchez no se atreverá a traspasar.

De todos los candidatos, es Sánchez el que menos ha cultivado sus relaciones con la gran empresa. No por falta de ganas sino porque ha ocupado el grueso de su tiempo en librar unas guerras intestinas con esa vieja guardia socialista que, como apostilla jocosamente uno de sus hombres de confianza, tiene mucho de 'vieja' y poco de 'guardia'. Tampoco se han producido intentos de aproximación por parte de los amos del 'jurdó' más allá de aquella reunión hace meses con el ya mencionado Puente Aéreo. Es ahora que en las casas de apuestas empieza a cotizar un futuro Gobierno socialista cuando se tienden puentes y se fijan reuniones oficiales en los despachos del Ibex.

Ni a favor ni en contra de Rajoy, Rivera o Sánchez. Al menos, hasta que estén seguros de quién va a ocupar La Moncloa a partir de 2016. Los empresarios solo velan por sus propios intereses parapetados tras su fino instinto darwinista por la supervivencia. En una entrevista concedida a El Confidencial semanas previas a los comicios que le auparon al poder, José Luis Rodríguez Zapatero explicó que, al día siguiente que le nombraran presidente, él esperaba que dejaran sus cargos los responsables de las empresas que habían sido privatizadas durante las legislaturas de José María Aznar. Pues bien, apenas ha habido cambios. Salvo contadas excepciones, la mayoría continúa en su poltrona 10 años después de aquellas declaraciones de Zapatero y pretende, llegue quien llegue tras el 20 de diciembre, seguir al frente del machito otros 10 años más.

Las elecciones del 20 de diciembre se prestan mucho a la fabulación y a comentarios apócrifos de toda índole. Entre los más fantasiosos, hay uno que circula por los pasillos de la Plaza de la Lealtad y los despachos de los gerifaltes del parné, según el cual ya habría elaborada una lista de nuevos presidentes de las grandes compañías en caso de vuelco electoral el 20-D. Se trata de ir tomando posiciones. Los empresarios no se casan ni con el PP ni con ningún partido. Los empresarios solo se casan con el poder. El resto les da igual: que se hunda el mundo pero que a mí me pongan otro daiquiri.

Ibex 35 Consejo Empresarial de la Competitividad Mariano Rajoy Ciudadanos