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La soledad de Pedro Sánchez y el funeral del PSOE el 26-J: "Nos hemos equivocado"
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Nacho Cardero

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La soledad de Pedro Sánchez y el funeral del PSOE el 26-J: "Nos hemos equivocado"

Los barones se muestran sumamente críticos con su líder y su discurso monocorde, su falta de empatía y sus despóticos modos de llevar la formación

Foto: Imagen: Pablo López Learte.
Imagen: Pablo López Learte.

“Nos hemos equivocado”, confesaban los barones por lo bajo mientras Pedro Sánchez pasaba revista a las tropas. “Lo vemos mal, muy mal. Pedro es joven pero incapaz de transmitir ilusión. Está solo. No tiene el apoyo de ninguno de nosotros. Ni siquiera de los que le auparon a la secretaría general del PSOE. Su error fue decir ‘si te he visto no me acuerdo’ al día siguiente de hacerse con el poder y olvidarse de quiénes se pusieron de su lado. Eso estuvo mal. Ahora solo tiene a los de su círculo. A César Luena. Y eso es como no tener nada”.

Pedro Sánchez trató de aprovechar el comité federal del sábado para testar la moral de la tropa y hacer recuento de los heridos y muertos tras el fallido intento de investidura. La desmoralización es absoluta. Ni las palabras ni la imagen del líder socialista transmiten una sola brizna de optimismo. “La gran herida que tenemos se llama división interna”, explicitó el sábado delante de los suyos. Han sido dos años, pero parecen haber pasado muchos más. Desde que se hiciera con la secretaría general, su rostro se ha ajado y su cabello va tornando blanquecino. “Tiene más canas que la última vez que le vi”, se interesaba Carlos Alsina en una entrevista en ‘Más de Uno’. “La política, las responsabilidades...”, y luego, sin dar concesiones a la distensión, pasó al raca-raca habitual como el conejito de las pilas Duracell: que si Rajoy, que si los partidos que impiden el cambio, que si aún estamos a tiempo…

[Lucha de poder en Ferraz: así se las gastan los barones]

Los barones se muestran sumamente críticos con su líder, con su discurso monocorde, su falta de empatía y sus despóticos modos de llevar la formación. No paran de asaetear al secretario general con los dardos más hirientes inimaginables cuando, sin embargo, deberían arrogarse una parte de la responsabilidad. Tuvieron la oportunidad de dar un golpe de mano en los comités federales de diciembre y enero, pero, luego de apuntar, se acochinaron en tablas. También se equivocaron al rubricar como línea roja la “no negociación” con el PP. Así, más que cuestionar las formas de Sánchez, lo que han hecho es lo contrario: blindarle en el cargo.

Vídeo: entrevista de Pedro Sánchez en Antena 3 Noticias

“No podemos ocultar que el PSOE anda desnortado. Eso es incuestionable”, reflexiona un alto cargo socialista, “pero también es cierto que se está haciendo demasiada sangre. Por la marcha de dos diputados que ya poco aportaban [Carme Chacón e Irene Lozano], no se puede hablar de ‘secesión’ como se está haciendo. Es una guerra cruenta que a nadie beneficia. Si Pedro Sánchez al final se consolida, va a ser implacable con los barones, y si los barones ‘matan’ a Pedro Sánchez y el PSOE se hunde, que no crea Susana que le va a ser fácil recuperar ese espacio. El problema de fondo es que si el PSOE se va al garete, España se va al garete”.

Hay cierto consenso entre las filas socialistas en que se equivocaron de estrategia al situar al PP en el centro de la diana en vez de a Podemos, un error en el que persiste su secretario general, a tenor de la última entrevista en Antena 3. “Pablo Iglesias no es nuestro adversario, sino las políticas del PP, la corrupción, la falta de oportunidades laborales, la desigualdad. Por eso quiero poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy. No contemplo otro escenario que ganar”, se ensañó de nuevo con el partido que todavía ocupa el Gobierno de la nación.

Pedro Sánchez yerra al creer que puede arañar votos al Partido Popular como sucedía en los tiempos de Aznar y González, cuando el PP y el PSOE eran vasos comunicantes y las papeletas que perdía uno iban a parar a la urna del otro. Ese paradigma se ha roto en mil pedazos con la irrupción de los partidos emergentes. Ahora quien araña votos al PP es Ciudadanos, igual que Podemos está destrozando al PSOE por el flanco izquierdo.

El escenario que va a quedar el día después del 26 de junio resulta diabólico y todavía más difícil de gestionar que el del 20 de diciembre

El pesimismo se ha apoderado de las tropas socialistas de cara a las elecciones generales del 26-J. “No van a ser buenos. No veo de qué manera podríamos mejorar nuestros resultados del pasado 20 de diciembre”, comentaba uno de los barones durante el comité federal. El último estudio de Llorente y Cuenca (abril de 2016) sobre la previsión de resultados en unas próximas elecciones pronostica una fuerte desmovilización entre los simpatizantes socialistas: “Políticamente, el electorado más movilizado parece ser el del PP (76% de participación segura); y el menos motivado a participar, el del PSOE (62,4%)… Las inclinaciones abstencionistas se dan sobre todo en el espacio del centro izquierda. En los espacios del centro derecha, la derecha pura y la izquierda pura, la tendencia abstencionista es menor”.

El sondeo publicado ayer por Metroscopia en ‘El País’ apunta en esta misma dirección: por un lado, victoria del PP con incremento de votos y nueve puntos de ventaja respecto al PSOE, y por otro, pérdida de liderazgo de Pedro Sánchez en el flanco izquierdo al ser superado por la suma de Podemos más Izquierda Unida.

Aunque resulte tramposo juntar las intenciones de voto de Podemos e IU, ya que una candidatura conjunta no es igual a la suma de ambas por separado, lo cierto es que la confluencia de ambas formaciones en los próximos comicios tendría un impacto brutal todavía pendiente de cuantificar. Aprovechándose de la casuística del sistema electoral, esta coalición se adueñaría del tercer puesto en el reparto de escaños e incluso llegaría al segundo en muchas provincias. ¿Conclusión? Las dos grandes formaciones perderían diputados (sí, también el PP), produciéndose un empate técnico del PSOE con Podemos más Izquierda Unida, sacando algún diputado más los primeros pero obteniendo más votos los segundos.

El escenario que va a quedar el día después del 26 de junio resulta diabólico y todavía más difícil de gestionar que el del 20-D. Ora tenemos a una izquierda que va a tener las mismas o incluso más facilidades que el centro derecha para gobernar en España, ora tenemos a un Pablo Iglesias que podría discutir ‘de tú a tú’ quién será el próximo presidente del Gobierno. Los estrategas de Podemos están abonando el terreno. Primero hacen como que negocian a cara de perro con IU cuando el acuerdo está prácticamente cerrado y luego se valdrán de la efeméride del 15-M y de todo su simbolismo para lanzar la nueva coalición.

“El 'sorpasso' es nuestro peor escenario”, corroboraba uno de los barones socialistas. “No podemos apoyar una Presidencia de Pablo Iglesias. Sería la muerte del PSOE”. Mientras tanto, Susana Díaz continúa agazapada y con un objetivo meridianamente claro: esperar al congreso federal para ser elegida secretaria general del PSOE y atrincherarse en Andalucía mientras reconstruye al PSOE desde sus cenizas.

“Nos hemos equivocado”, confesaban los barones por lo bajo mientras Pedro Sánchez pasaba revista a las tropas. “Lo vemos mal, muy mal. Pedro es joven pero incapaz de transmitir ilusión. Está solo. No tiene el apoyo de ninguno de nosotros. Ni siquiera de los que le auparon a la secretaría general del PSOE. Su error fue decir ‘si te he visto no me acuerdo’ al día siguiente de hacerse con el poder y olvidarse de quiénes se pusieron de su lado. Eso estuvo mal. Ahora solo tiene a los de su círculo. A César Luena. Y eso es como no tener nada”.

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