Es noticia
De 140 a poco más de 40: por qué van a desaparecer 100 grandes bancos en Europa
  1. España
  2. Caza Mayor
Nacho Cardero

Caza Mayor

Por

De 140 a poco más de 40: por qué van a desaparecer 100 grandes bancos en Europa

Esa banca europea que todavía luce moqueta roja en los despachos, con olor a naftalina y que ha servido de brazo ejecutor del poder político tiene fecha de caducidad

Foto: PLL.
PLL.

Lo comentaba compungido el ‘capo’ de una gran aseguradora del Viejo Continente luego de un 'tour' tecnológico por Silicon Valley, ya sabéis, esos 'tours' para altos ejecutivos reservados con meses de antelación, a veces incluso años, para hacer ‘networking’ y presumir de entrar en contacto con las nuevas tendencias del mundo digital. El gerifalte europeo se adentraba todo ufano en Menlo Park, California, sede central de Facebook, para mantener un encuentro al más alto nivel con la cúpula de la ubicua red social.

Lejos de presentarse Mark Zuckerberg o su número dos, tres, cuatro o alguno de sus hombres de confianza, les recibió una chiquilla que no tendría más edad que la hija del ejecutivo europeo. La incomodidad del séquito del grupo asegurador, patente en todo momento por tener como interlocutor a alguien a quien costaba encontrar en el organigrama y se había educado con la Bola de Dragón Z, mudó en un enfado monumental cuando les preguntó a qué se dedicaba su compañía. “¿De verdad no la conoce? Gestionamos cientos de miles de millones de euros y cotiza en el Eurostoxx 50”. “Eso es lo de menos”, se justificó la chica. “Si ustedes solo hacen seguros y no son lo suficientemente flexibles para adaptarse al entorno digital, lo más probable es que en menos de 10 años hayan desaparecido…”.

[Despidos, cierre de oficinas y fusiones por el desplome del negocio]

Es verdad. Lo más seguro es que desaparezca la aseguradora y gran parte de esa banca europea que todavía luce moqueta roja en los despachos y exuda olor a naftalina, esa banca internacional que durante años ha servido de brazo ejecutor del poder político y que hoy se encuentra en un agujero negro del que no sabe cómo salir. “Es la comidilla del sector financiero. En Fráncfort, cuando evalúan el sistema, dicen que de 140 grandes bancos en Europa debemos pasar a 40. Si nos creemos la UE, si nos la creemos, y avanzamos en la unión bancaria y fiscal, resultaba irremediable que se produzca este proceso de concentración”, explica el directivo de un gran banco internacional.

“Si ustedes no son lo suficientemente flexibles para adaptarse al entorno digital, lo más seguro es que en 10 años hayan desaparecido…”


El Banco Central Europeo pretende encorsetar el mercado en torno a un puñado de entidades -las más grandes- porque entiende que estas no pueden caer. Un proceso de concentración que en un primer estadio implicaría absorciones en el mercado local (una hoja de ruta que, en España, pasa por que los ‘seis grandes’ se queden con los siete más pequeños, también conocidos como los ‘siete enanitos’) y que en una segunda fase abordaría ya las fusiones trasnacionales. “Es por un tema de costes, pero no solo...".

El sistema adolece de una fragilidad impensable hace una década. Hablamos de gigantes con pies de barro, de la desbancarización de los índices bursátiles, de una cotización que camina por el alambre cual funambulista, expedientes de regulación de empleo, cierre de oficinas, pérdida de poder efectivo, un tiempo ya pasado que no volverá… El escenario resulta diabólico. ¿Cómo se compagina más exigencia de capital, más demanda política para dar más crédito y una buena cuenta de resultados en un contexto de bajos tipos de interés?

En los despachos de las grandes entidades españolas, se afanan en decir que van sobrados de capital tras el rescate y las reestructuraciones, pero el BCE no lo tiene tan claro. Las tropas de Draghi hace ya tiempo que vienen dejando caer que las entidades europeas, y por ende las españolas, se hacen trampas al solitario con una interpretación muy laxa de la normativa. “No puede ser, por ejemplo, que el Deutsche Bank ocupe los puestos de cabeza en ratio de capital por activos ponderados por riesgo y que luego, cuando se calcula sobre total activos, pase a ser el peor”, comenta este directivo financiero.

“La banca europea va por detrás de la americana y no está debidamente capitalizada. Basilea III marca un calendario para 2019, pero en Fráncfort son muy conscientes de que los activos ponderados por riesgo son una broma y hay que adelantar el calendario para arreglarlo”, añade. Desde los años del pelotazo fácil y los créditos a gogó, las entidades han manejado sus números con la misma agilidad que los tahúres del Rastro mueven los cubiletes. Igual que en aquella escena genial de ‘La gran apuesta’:

- Hola. Estoy haciendo una encuesta sobre dueños de hipoteca que tengan más de 90 días de mora. Estoy buscando a Harvey Humpsy.

- ¿Buscas al perro del dueño?

- ¿Su arrendador llenó su solicitud para una hipoteca usando el nombre de su perro?

- Eso creo.

[Locura ‘fintech’. Por Kike Vázquez]

Así las cosas, más pronto que tarde, los bancos tendrán que pasar la gorrilla. O buscan capital en el mercado, lo cual resulta harto complicado por la escasa rentabilidad esperada sobre recursos propios, o se reparte menos dividendo, lo cual supone un serio revés para los accionistas. En definitiva: susto o muerte.

[Cómo Apple y Samsung le están comiendo el pastel a la banca tradicional]

Pocas veces se ha percibido tal sensación de nerviosismo entre los gerifaltes de la cosa financiera. Tienen localizado el problema, pero no dan con la llave de la solución. La política monetaria ha introducido un escenario de tipos de interés artificiales que condena a la banca a una cuenta de resultados más que mediocre. Los márgenes no tiran por los tipos cero y por esas hipotecas que arrastran de la época de la burbuja y que tienen diferenciales mínimos. Aunque en la actualidad se están concediendo créditos a un interés ‘más razonable’, éstos todavía son muy escasos como para compensar todo lo anterior. Por si fuera poco, hay una guerra comercial en las pymes que impide subir los tipos a los clientes.

Se han quedado sin márgenes y la única fórmula que tienen de incrementarlos, que es vía comisiones, se ha dado de bruces con la aparición de nuevos actores no regulados, caso de las 'fintech', que se lo están poniendo seriamente difícil a los grandes bancos y que pueden hacer que, como vaticinaba aquella joven de Facebook, les condenen en el medio plazo a la marginalidad e incluso a la desaparición. Es la tormenta perfecta.

Lo comentaba compungido el ‘capo’ de una gran aseguradora del Viejo Continente luego de un 'tour' tecnológico por Silicon Valley, ya sabéis, esos 'tours' para altos ejecutivos reservados con meses de antelación, a veces incluso años, para hacer ‘networking’ y presumir de entrar en contacto con las nuevas tendencias del mundo digital. El gerifalte europeo se adentraba todo ufano en Menlo Park, California, sede central de Facebook, para mantener un encuentro al más alto nivel con la cúpula de la ubicua red social.

Sector Financiero Tendencias de futuro Unión Europea