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Albiol, Piqué y esa máquina de picar carne que es el Partido Popular de Cataluña
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Nacho Cardero

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Albiol, Piqué y esa máquina de picar carne que es el Partido Popular de Cataluña

Mientras algunos compañeros tratan de hacerle la cama, Albiol recoge el guante de la financiación autonómica y el reconocimiento de “lo propio” para adaptarse a la nueva etapa de deshielo

Foto: Imagen: Pablo López Learte.
Imagen: Pablo López Learte.

El Partido Popular de Cataluña (PPC) es una máquina de picar carne. Aparte de Alicia Sánchez-Camacho, actual presidenta de esta formación, por ahí han pasado los hermanos Fernández Díaz, Alejo Vidal-Quadras, el efímero Daniel Sirera y el exministro Josep Piqué, para quien, en declaraciones a Emilia Landaluce, “todos los gobiernos, incluso en los que yo estuve, se han equivocado [con Cataluña] y han tenido la misma responsabilidad”.

Es nombrar un líder del PPC y empezar a levantar el catafalco. Bien por la permeabilidad del ‘procés’, bien por las contradicciones de la derecha en aquella comunidad, uno acepta el puesto sabiendo de su fecha de caducidad. ‘Sic transit gloria mundi’.

Piqué conocía su destino. Y si no lo conocía, lo intuía. A Piqué le echaba flores la burguesía catalana, pero le cuestionaba la militancia, y eso, en un partido como el PPC, era como ponerle mecha a un bidón de gasolina. Quiso centrar su discurso y acabó asaeteado. La polarización no ayuda a los que presumen de perfil moderado. En un escenario tan ideologizado como el catalán, al final los disparos acaban en el mismo sitio: directos al centro.

Ahora es Xavier García Albiol quien está sufriendo las embestidas de un partido cainita que no termina de saber si va o si viene. Todavía faltan unos meses para que sea nombrado presidente de la formación, lo cual debería acontecer en el congreso del próximo marzo, y ya le están haciendo la cama. Aducen para ello que, al contrario que Piqué, Albiol es “demasiado facha”, un ogro que se come a los niños de Vic con farolillo incluido.

Satélites del PPC tratan de hacer la cama a García Albiol. Aducen que es “demasiado facha”, un ogro que se come a los niños de Vic con farolillo incluido

Figuras del ámbito civil próximas al PP en Cataluña han hecho circular un dosier por las redacciones en el que se trata de promover a Nacho Martín Blanco, tertuliano y politólogo, como sustituto de Albiol para liderar el partido. Martín, que ni siquiera es afiliado del PP, ha negado la mayor. Dice que no tiene nada que ver con semejante conciliábulo, que están utilizando su nombre en vano y que por favor quiten ese cáliz de su vista.

Otros candidatos que se han barajado son Alejandro Fernández y Esperanza García, portavoz y portavoz adjunta del grupo parlamentario, respectivamente, sin visos de que cuaje ninguno de los dos. Globos sonda por doquier contra el de Badalona.

La casualidad ha querido que este informe apócrifo haya coincidido en el tiempo con el desembarco de Sáenz de Santamaría en Cataluña y la etapa de deshielo emprendida desde el Gobierno, lo que no ha hecho sino verter más sombras de duda sobre la idoneidad de la figura de Albiol para tan alambicado puzle. Cuerpo a tierra que vienen los nuestros.

Sin embargo, pese a rumores y maledicencias, en el cartapacio de Rajoy no hay más nombre que el suyo para comandar el ‘nuevo’ Partido Popular catalán. Por ‘nuevo’ entiéndase una formación que, sin renunciar a su identidad original, se adapte al contexto actual de negociación puesto en marcha desde Madrid. Es un sí condicionado.

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Albiol va a disponer de tres cartas para disputar esta partida, a sabiendas de que no se puede equivocar en la elección de las mismas, no le vaya a pasar lo que al protagonista de ‘La dama de picas’, el cuento de Alexander Pushkin.

El tres de tréboles (equipo): a día de hoy, en vez de un conjunto cohesionado, el PPC se asemeja más al camarote de los hermanos Marx. Albiol, como Groucho, ignora qué es más sencillo: si intentar meter el baúl en el camarote o meter el camarote dentro del baúl. De ahí que reclame tiempo para poder conformar un equipo e ir dejando su impronta.

Reconoce que necesita de un número dos que le cubra las espaldas y de un grupo de personas de reconocido prestigio provenientes de la sociedad civil (pensamiento, cultura, deporte…) que le ayude a centrar la formación. Existe un 'boom' de este tipo de plataformas civiles ahora que está en boga el ‘diálogo’ y el independentismo va perdiendo adeptos. El último ‘think tank’ que se está bosquejando es el de Borrell, Carreras y el propio Josep Piqué.

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El siete de diamantes (política): Albiol se muestra dispuesto a recoger el guante de la negociación en temas peliagudos como la financiación autonómica o el reconocimiento de ciertas características propias (“lo propio”) de Cataluña. Todo ello junto a una campaña de comunicación para explicar al votante tradicional del PP qué es eso del “deshielo”. Es, junto a Feijóo y Alonso, uno los redactores de la ponencia sobre política económica y administración territorial que se aprobará en el XVIII Congreso Nacional del PP.

La idea no es combatir el independentismo buscando el choque frontal que, a la postre, solo alimenta el victimismo de los secesionistas, sino con políticas sociales transversales que sirvan de gancho para ese segmento de la sociedad que se está cayendo del caballo, una vez empieza a sufrir la gestión de Puigdemont en la Generalitat en temas tan delicados como la Sanidad o de Ada Colau en Barcelona con la economía y empresa.

El PPC trata de aprovecharse de los bandazos de Arrimadas e Iceta. En el sondeo de GAD3, sube dos diputados, mientras que C’s y PSC caen uno

As de picas (estrategia): Albiol se ha puesto ya a preparar las elecciones catalanas para este ejercicio. Aunque en un principio se maliciaba que se retrasarían en el tiempo, pues los comicios solo benefician a un Junqueras lanzado hacia la Generalitat, como se aprecia en el sondeo de GAD3 publicado ayer por 'La Vanguardia', todo apunta a que la fecha se precipitará a este 2017. Los órdagos lanzados desde el Parlament con las leyes de desconexión y el referéndum conducen inevitablemente a las urnas.

En este contexto, el PPC aspira a cortar la hemorragia de escaños y ascender a los 15 diputados. Para ello, pretende aprovecharse de los votantes descontentos con Ciudadanos y PSC a raíz de sus bandazos programáticos. No por nada, Arrimadas ha modulado su discurso para atraer al votante moderado de la extinta CiU, mientras que Iceta ha cambiado de criterio sobre el derecho a decidir un sinfín de veces según le conviniera.

Tal vez por ello el sondeo de ayer de GAD3 da un ascenso del PPC de los 11 diputados actuales a 13, mientras que penaliza levemente a Ciudadanos y PSC, que caen de 25 a 24 y de 16 a 15, respectivamente.

El Partido Popular de Cataluña (PPC) es una máquina de picar carne. Aparte de Alicia Sánchez-Camacho, actual presidenta de esta formación, por ahí han pasado los hermanos Fernández Díaz, Alejo Vidal-Quadras, el efímero Daniel Sirera y el exministro Josep Piqué, para quien, en declaraciones a Emilia Landaluce, “todos los gobiernos, incluso en los que yo estuve, se han equivocado [con Cataluña] y han tenido la misma responsabilidad”.

Xavier García Albiol Josep Piqué Alicia Sánchez Camacho